La Alianza de Municipios Turísticos de Sol y Playa, conformada por las localidades de San Bartolomé de Tirajana, Adeje, Arona, Benidorm, Calvià, Lloret de Mar, Salou y Torremolinos, no se opone a la aplicación de una tasa turística en estos destinos siempre que se cuente con su opinión a la hora de establecer los cimientos de este impuesto y que sus beneficios repercutan en la mejora de sus infraestructuras. Así lo expresaron varios alcaldes durante la mesa redonda 'Turismo y Globalización' celebrada en la primera jornada del VI Foro de Turismo Maspalomas Costa Canaria, aunque con la oposición del regidor de Benidorm.

El concejal de Turismo de Arona, David Pérez, explicó que sí sería beneficiosa una tasa turística, pero con matices. Y es que consideró que la aplicación del impuesto a los turistas solo sería positivo si sus beneficios repercuten en la sostenibilidad del destino. No obstante, señaló que no es el momento porque "ya hemos tocado techo pero no sabemos cuál es el suelo". Por su parte, el alcalde de Salou, Pere Granados, explicó que en un principio se opuso a esta iniciativa, pero cambió de opinión tras comprobar sus beneficios en toda Cataluña, donde parte del dinero recaudado se destina a la promoción turística. "Los municipios tienen derecho a participar de los beneficios generados para sostener las infraestructuras públicas utilizadas por los visitantes", apuntó, al tiempo que sí rechazó que la tasa suponga un incremento de la presión fiscal para las empresas.

Crecimiento

José Miguel Rodríguez Fraga, alcalde de Adeje, apostó porque ese impuesto esté vinculado a la financiación de los municipios con el objetivo de que la recaudación llegue a los ayuntamientos y no se quede en las administraciones supramunicipales. El alcalde de Benidorm, Antonio Pérez, por su parte, negó la mayor con la aplicación de este impuesto, una tasa que, por ahora, ha rechazado toda la Comunidad Valenciana y también la patronal hotelera española.

Por otro lado, los alcaldes clamaron, en la mesa moderada por el presidente de la patronal hotelera, Joan Molas, por la certidumbre política para garantizar la seguridad de los destinos turísticos. "España debe ofrecer certidumbre política a los turistas; eso posibilitará que los turistas encuentren seguridad y tengan garantía de que van al destino que compraron, protegido", señaló el alcalde de Benidorm, "cuando los clientes llegan, deben mantenerse los mismos valores que existían cuando reservaron".

En este sentido, todos los alcaldes se mostraron preocupados por los efectos que pueda provocar el 'Brexit' sobre la llegada de turistas británicos a España. "Hay mucha incertidumbre y tomar decisiones se torna imposible", explicó el regidor de San Bartolomé de Tirajana, Marco Aurelio Pérez, aunque el de Salou, Pere Granados, se mostró optimista. "Nos preocupa, pero debemos ver el lado positivo; este año es estable la llegada de turistas británicos", apuntó. Y es que, coincidieron, los cambios bruscos no son buenos para el sector, que necesita de una estababilidad social y económica.

Sobre si los destinos deben afrontar su reconversión y, sobre todo, su crecimiento, el concejal de Arona, David Pérez, manifestó que no se puede establecer una pauta única para toda Canarias. "Somos un mismo mercado, pero con diferentes destinos; y cada uno debe tener la madurez suficiente como para saber qué carga puede soportar", apuntó. Por su parte, el regidor de Adeje, José Miguel Rodríguez Fraga, recordó que el Archipiélago es un territorio fragmentado y con capacidad finita. "El problema es quién, dónde y cómo ponemos el límite", dijo, "si no, puede ser un crecimiento tóxico; debemos establecer un límite basado en la calidad y la competencia, y sobre todo, que nos permita obtener la misma renta con menos turistas".

En este sentido, Marco Aurelio Pérez recordó la "mala experiencia" de Canarias con la moratoria turística de 2001. "Se intentó poner puertas al campo y el dinero se marchó a otros lugares; como consecuencia sufrimos una obsolescencia planificada porque nuestras infraestructuras comenzaron a deteriorarse". Así, insistió en que los empresarios renuevan cuando reciben incentivos. "Si ahora decretásemos que no podemos crecer, volveríamos a ralentizar la industria turística", concluyó.

Crecimiento sí, siempre que las circunstancias lo permitan, sostuvo el alcalde de Salou. "Nosotros estamos trabajando para desestacionalizar el destino con el impulso de parques temáticos y conseguir que lleguen turistas durante todo el año", comentó Granados. En relación a la vivienda vacacional, los alcaldes coincidieron en la necesidad de regular este modelo. Y esa regulación, insistieron, debe llegar "de arriba a abajo", desde una legislación nacional a una municipal.