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La diplomacia isleña de Mar Naranjo Suárez

La grancanaria es delegada de la Sociedad Canaria de Fomento Económico en Mauritania. Domina cuatro idiomas y es máster en Relaciones Internacionales por la Escuela Diplomática de Madrid

La diplomacia isleña de Mar Naranjo Suárez

Mar Naranjo Suárez hizo honor al nombre naciendo a la vera del Atlántico, en San Fernando de Maspalomas, el lunes 11 de marzo de 1991. Quizá de ahí también le venga su pasión por las travesías a nado que aún practica.

Estudia en el colegio Alma's, bilingüe en inglés y con alemán como segundo idioma, desde los tres a los 18 años, toda una gran etapa escolar de la que guarda unos compañeros que, "de por vida seguirán siendo mis amigos", y que compartieron una infancia algo atareada, de judo, tenis, y como no podía ser menos, mucha playa.

Sobre todo la suya, de hecho apunta que su travesía favorita es la de Maspalomas, además de haber participado en la de Belén María en Las Canteras o la de Mogán.

Con un padre abogado y una tendencia a las asignaturas humanísticas el resultado es Derecho, carrera en la que se matricula en la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria en su última promoción como licenciatura. Así que cursa tres años en la isla hasta que pasa a la Complutense de Madrid a completar el resto con la intención de hacer un Erasmus.

Ser de San Fernando de Maspalomas y llegar al invierno madrileño siempre produce un choque térmico. "Oh, es que yo soy friolera hasta en las islas. Mi padre es de Teror, y cuando me lleva a Miraflor lo paso fatal", ríe, para matizar que en realidad disfrutó de "la gran ciudad" y de esos dos últimos años de una carrera en la que terminó decantándose por Derecho Internacional.

"Me gustaba estudiar esos procesos entre países que se ponen de acuerdo en algo, cómo se organizan para resolver conflictos tras periodos convulsos, cómo se crean convenios contra la tortura, por ejemplo, o se forman los organismos internacionales. Eso me llamó mucho la atención".

Así que cuando finaliza la carrera, en 2014, decide opositar al Cuerpo Diplomático, que requiere una media de preparación de cuatro años. Cuando lleva dos compagina estos estudios con el inicio de un máster en Diplomacia y Relaciones Internacionales en la Escuela Diplomática de Madrid. Es decir, un tute.

Cuándo se le pregunta por las horas del trajín, lo resume: "Vivía solo para eso, entraba de noche a la escuela y salía de noche".

Termina el máster, pero abandona las oposiciones. "Una vez dentro de la Escuela Diplomática vi que no era la salida que quería, así que comienzo a opositar para Administrador General del Gobierno de Canarias, hasta que surge la posibilidad de acceder a una plaza de la Fundación Canaria para la Acción Exterior, (Fucaex)" algo que combina a la perfección con dos de sus ambiciones, trabajar por Canarias y en relaciones internacionales".

Con el alemán "un poco abandonado", recuerda, y la exigencia de dos idiomas para la carrera diplomática por la que había estado opositando, comienza de cero a estudiar francés, algo que luego le será clave para esta última selección porque en solo dos años de su estudio logra pasar el examen de aptitud , una condición indispensable para la plaza a la que aspira: representante legal de Fucaex en Mauritania.

Y allí está. En la Embajada de España en Mauritania. "Una ventaja añadida, trabajar en la sede de la embajada porque cuentas con un gran apoyo material y personal".

Mar Naranjo Suárez explica que, desde su puesto, "absorbo una vertiente empresarial que es la de Proexca (Sociedad Canaria de Fomento Económico), y otra a nivel institucional que corresponde a la de Fucaex, de forma que hago de enlace de ambas facetas entre Canarias y Mauritania", canalizando las iniciativas del Gobierno de Canarias en el país vecino.

Además también colabora en los proyectos de la propia Embajada de España que tienen que ver con Canarias, no el balde subraya que "no solo somos la región española más próxima a Mauritania, sino también la puerta del continente hacia España y Europa, y explotar esa posición estratégica implica también atender toda esta parte de África Occidental, especialmente Marruecos, Senegal, Cabo Verde y Mauritania, que son los países en los que se encuentra representación tanto de Proexca como de Fucaex".

Para ilustrar la agenda de trabajo que se trae entre manos, destaca, a modo de ejemplo, la organización "en estos momentos de un trabajo con la embajada para potenciar el aprendizaje y uso del español en Mauritania, con la ayuda de un programa de becas que llegue e un mayor número de jóvenes mauritanos y que lo estudien en Canarias ya que se ha detectado un nivel de aprendizaje bajo".

También se centra en otros sectores como el sanitario, para que tanto funcionarios como expatriados de otras organizaciones en Mauritania, puedan ser atendidos en Canarias con mejores conexiones cuando requieran de tratamientos muy especializados o necesiten evacuaciones de urgencia.

Y más. Como las jornadas que se celebran el próximo marzo dedicadas a jóvenes emprendedores, tantos del país africano como de la comunidad canaria, sobre la resiliencia en las ciudades subsaharianas y los problemas en materia de energía, agua y alimentación. A eso se añade la dedicación al sector pesquero, con un intercambio muy intenso entre ambos países, o atender las relaciones también muy cercanas entre los puertos de ambos lados de la orilla, o su reciente participación en la presentación, el pasado septiembre, de la segunda convocatoria del Programa de Cooperación Transfronteriza Interreg en la que hizo, además, de enlace entre las instituciones canarias y los socios mauritanos.

De su experiencia allí relata que se debe llegar con una "mentalidad abierta, y no ir con estándares europeos, sino valorar sus formas y trabajar y convivir con ello. La vida es dura, sí, pero estoy muy contenta porque es una gran experiencia a nivel personal y profesional".

Y concluye que "no queda otra para tirar hacia adelante, y si bien no están acostumbrados a ver en puestos de responsabilidad a una mujer, joven y europea, también es verdad que no he tenido problemas porque lo importante", sentencia Mar, "es tener seguridad y trabajar. Ahí es donde está la clave".

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