La Heredad de Aguas de Arucas y Firgas entra en una nueva era. La centenaria entidad con cerca de 700 socios en estos momentos convertirá su centenario edificio en un museo abierto al turismo. El nuevo presidente, Yeray Hernández, espera regularizar las visitas diarias al inmueble durante el primer trimestre del nuevo año, poniendo como atractivo los legajos de su archivo (como el acta más antiguo, de 1684), mostrando su histórico reloj de contrapesos que se trajo de la ciudad alemana de Leipzig en noviembre de 1913 y al que todavía hay que darle cuerda cada semana, y los muchos recuerdos acumulados en 500 años.

La Heredad ha sido protagonista durante siglos de la construcción de un entramado de presas, acequias y cantoneras de reparto de agua en la zona, y de la vida social y política de la comarca. Y ahora pretende abrir sus puertas y ventanas para compartir ese pasado con la sociedad. El presidente, Yeray Hernández, pretende que el edificio se convierta en un centro de interés turístico, entrando en la ruta de las visitas guiadas al municipio.

La apertura del centro está pendiente de unas obras de mantenimiento, antes de poner en exposición algunas de sus joyas más valiosas. Esta iniciativa se lleva a cabo después de digitalizar su valioso archivo histórico, realizado por la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, para su mejor estudio y conservación. Algunas de esas joyas serán expuestas para hacer más atractiva la estancia.

La Heredad aspira a entrar en la ruta de los turistas que recorren Arucas por libre o de la mano de turoperadores, y que pasan por la iglesia, la oficina de turismo, el parque municipal y la calle Francisco Gourié, antes de llegar a la fábrica del ron Arehucas. Pero también desea ser un punto de paso obligatorio para muchos escolares y personas que quieran descubrir uno de los protagonistas de la historia de Gran Canaria.

Yeray Hernández quiere que la entidad sea el nuevo centro neurálgico de la vida social de Arucas. Para ello promueve que los 1.677 metros cuadrados de estancias en tres plantas del inmueble estén abiertos también a la celebración de todo tipo de actividades, que permitan a su vez financiar su conservación. Entre ellas, su salón principal con capacidad para 200 personas, que ha sido sede en los últimos tiempos de entregas de premios en actividades deportivas, sociales y culturales.

El museo se centralizará en la segunda planta, con el archivo histórico, y en el que se tendrá acceso a los acontecimientos y a muchas piezas de interés. Y se incluirá en ese paseo interior la subida hasta la torre del reloj del año 1913 y el mirador, que permitirá observar desde las alturas el casco viejo de la ciudad y su entorno.

La institución cuenta en estos momentos con unos 700 socios, de los cuales la mitad son activos.