El mundo de las motos está de luto en Gran Canaria. El accidente mortal acaecido el domingo en la zona de Los Azulejos, cerca del cruce de Veneguera, entre Mogán y La Aldea (GC-200), deja tres víctimas mortales (una pareja de Tamaraceite y un albañil de Arucas), y dos huérfanos adolescentes. La Guardia Civil indaga si el exceso de velocidad ocasionó que la pareja que viajaba en una potente BMW se estrellara de frente contra la Honda 70 de un vecino de Arucas, que viajaba con su hijo de 14 años, que sigue grave en el Hospital Insular de Las Palmas de Gran Canaria. Precisamente, sus compañeros del colectivo de minimotos Dax Monkey Team alzan la voz para que las carreteras sean para pasear y disfrutar.

Carmelo Lorenzo Benítez procede del barrio de La Goleta, en Arucas. Trabajaba de albañil, y había rehecho una nueva rela-ción de pareja. Era un miembro activo del colectivo Dax Monkey Team, integrado por amantes de las populares Honda 70, y de la que forma parte casi una treintena de aficionados. En su casa, con una más moderna minimoto Monkey Bikes.

El colectivo sale en grupo el último domingo de cada mes a las carreteras, para disfrutar de una afición común, además de asistir a algunos actos en los que colaboran de forma altruista, y de organizar algunas quedadas para poner al día sus pequeños vehículos. En esta ocasión salieron once motos, a la que se sumaron dos adolescentes para dar la vuelta a la Isla. Y, como siempre, disfrutando de la amistad, las motos y el paisaje.

Entre ellos se encontraban Carmelo Lorenzo y su hijo de 14 años, que iba como paquete.

El padre era un gran apasionado de las motos y de la mecánica, con un carácter muy tranquilo, según recuerdan distintas personas que le conocían.

El colectivo Dax Monkey Team, del que era integrante casi desde sus inicios hace algo más de dos años, le recuerdan como una persona que tenía siempre una sonrisa. "Buen amigo y buen padre", señalan. "Aunque parezca un tópico, era una buena persona" y destacan que era muy reservado.

El grupo salió sobre las nueve y media de la mañana del domingo del centro comercial La Ballena, en la capital, que era el punto de encuentro habitual. Desde allí se dirigieron hacia el noroeste para llegar a La Aldea, con dos paradas momentáneas. Comieron junto al Charco aldeano sobre las 12.30 horas. "Nada de alcohol", insisten, porque nunca lo hacen en estas marchas. Una hora y cuarto después se subieron a sus minimotos y salieron en dirección a Mogán, donde tenían luego previsto hacer una pausa en Arguineguín para un café, antes de regresar a Las Palmas de Gran Canaria.

Pero la tragedia truncó este plan dominical. A las 14.30 horas tuvo lugar el accidente, que acabaría con la vida de Carmelo Lorenzo, mientras dejaba muy malherido a su hijo. Según fuentes oficiales, el adolescente se encuentra muy grave en el Hospital Insular.

Quienes conocían al muchacho de 14 años dicen que ha heredado la afición por las motos que tenía su padre, y que esperaba alcanzar los 16 años de edad para manejar estas motos.

En la otra moto viajaba Jesús Carmelo Delgado, acompañado de Angharad Rodríguez, otros dos grandes amantes de las dos ruedas, que subían de Mogán hacia La Aldea a bordo de su potente BMW de 1.000 centímetros cúbicos

Las dos motos impactaron de frente en unas curvas entrelazadas con poca visibilidad, dejando un paisaje en la carretera que alguno de los presentes calificó como muy trágico.

El accidente dejó huérfano tanto al muchacho, como a una hija adolescente de la pareja. Ambos residían en Tamaraceite, y eran muy conocido también en este ambiente motero, ya que también regentaba en este barrio capitalino un negocio de vehículos, Valery Motor, y estaban muy vinculados a las dos ruedas.

La Guardia Civil señala que el tramo en el que tuvo lugar el accidente tiene limitada la velocidad máxima a 50 kilómetros por hora, y que los técnicos tardarán varias semanas en redactar el informe definitivo. El caso se encuentra en el juzgado número 2 de San Bartolomé de Tirajana, mientras los expertos del Cuerpo realizan el informe técnicos que debe determinar si la BMW invadió el carril contrario, ya que también otra Honda 70 estuvo a punto de ser alcanzada.

Algunos testigos afirman que ni siquiera se podían ver frenadas en el asfalto tras el accidente, lo que indica que el trágico desenlace fue muy brusco.

El colectivo de estas motos Honda 70 quiso ayer mandar un último mensaje para los propios moteros: "solo esperamos que sea la última víctima y que los moteros tomen conciencia de que la carretera es de todos y que están para pasear y disfrutar, que para correr existen los circuitos y que piensen en las personas que pueden dejar atrás por exceso de velocidad", según la petición de los integrantes de Dax Monkey Team.