El joven Aimar Lorenzo, fallecido el miércoles tras luchar por su vida desde el accidente por el impacto frontal de tres motos que acabó con la vida de su padre Carmelo y del matrimonio formado por Jesús Carmelo Delgado y Angharad Rodríguez el pasado domingo, fue despedido este jueves arropado por cientos de motoristas que se acercaron al tanatorio de San Miguel a rendirle homenaje.

El tributo reunió a más de 400 vehículos de dos ruedas que formaron una comitiva al ralentí, y que incluyó un minuto de estricto silencio que acabó en un aplauso dedicado a la madre del pequeño.

La familia de ambos fallecidos, ante las masivas muestras de solidaridad que en los últimos días han venido recibiendo a través de las redes, tanto de toda Canarias como del resto del país e incluso de Francia e Inglaterra, accedía a este reconocimiento público, previo a la incineración que tendrá lugar este viernes en la más estricta intimidad.

La comitiva que se acercó ayer al tanatorio de San Miguel a las siete y media de la tarde estuvo encabezada por el club al que "aún pertenece" Aimar y Carmelo, Dax Monkey Team, un grupo de una veintena de amigos que lleva dos años juntos disfrutando de las rutas por la isla de Gran Canaria bajo la premisa del "encanto de las pequeñas grandes motos", todas ellas de pequeña cilindrada, que incluye Vespas, y sobre todo la emblemática Honda 70 y su versión moderna que lleva el propio nombre del colectivo.

El portavoz de Dax Monkey Team, previo a la visita a la familia y durante la concentración que tenía lugar minutos antes para agrupar a todos los que querían participar del acto en los aparcamientos situados en el entorno del estadio Gran Canaria, ofrecía una reflexión sobre lo sucedido, y lanzaba el deseo de "que Aimar Lorenzo nos guíe en la carretera".

En este sentido exigía que la desaparición del pequeño "no sea inútil para darnos cuenta de que las motos no son las que matan, sino las personas".

El compañero de rutas de Aimar y Carmelo abogaba a que la figura del joven de 12 años "sea un catalizador para por fin poder salir de excursión por las carreteras y paisajes de Gran Canaria sin tener que ir acogotados y no perder la oportunidad de disfrutarlos por cuatro elementos".

"Apuntadito"

La misma fuente invitaba a todos aquellos "que quieran exprimir los 200 caballos de sus motos", -potencia que egrega la BMW S1000 RR que conducía Carmelo Delgado-, "a que lo hagan en un circuito, que en la Isla hay uno estupendo, y que es donde de verdad se pueden medir los tiempos y exprimir todo su potencial, y no en la carreteras".

Como referencia a esa idea se había solicitado a todos los participantes en el acto de ayer tarde que circularan por la ciudad y delante del tanatorio sin provocar acelerones, y sin mayores alardes con sus máquinas.

No obstante volvía a remitirse a la figura del pequeño, "que siempre le decía a su madre que su padre iba en moto apuntadito", refiriéndose a la tranquilidad de su conducción, "para que nos aglutine a todos, para que nos haga entender por fin que transitamos por lugares donde van niños con sus padres y familias completas, que lo hacen por unas vías que son públicas y de las que no nos pueden echar por cuatro personajes".

Por último, reivindicaba a otro de sus compañeros de club cuya moto quedó también destrozada por el impacto y que aún se encuentra medicado y de baja laboral por una crisis de ansiedad. Todo ello sin dejar de mostrar su emoción y la de todo el club por las muestras "de cariño, que nos han desbordado porque somos un grupo pequeño que sinceramente no esperaba este apoyo".

A media asta

Mientras, en el recinto, entraban más y más motos provenientes de todos los puntos de la isla y pertenecientes a numerosos clubs, cuyos logos exhibían en las chaquetas de los motoristas. Tal era así, que a las siete y cuarto de la tarde, cuando aún faltaban minutos para salir, el aparcamiento contaba con más de 380 motos estacionadas a la espera de partir. Y en aumento.

Esas muestras de cariño se hacían extensibles en toda la ciudad de Arucas, cuyas banderas ondeaban a media asta desde ayer jueves tras el fallecimiento, el miércoles, del joven Aimar.

Desde primera hora el Ayuntamiento norteño decretaba dos días de luto y mostraba su pesar a los familiares por los dos fallecidos, "vecinos del barrio de La Goleta".

"Con este decreto", añade el comunicado oficial, "el Consistorio quiere mostrar sus condolencias de toda la Corporación y de todos los vecinos y vecinas del municipio de Arucas a sus familiares", para añadir por último que la ciudad, "se encuentra conmocionada por este suceso que ha afectado" a dos de sus ciudadanos, "muy conocidos y queridos".