Vista a tiro de cernícalo Tejeda lucía como la gran rotonda isleña. Un centro gravitatorio que literalmente iba chupando hacia dentro desde todos los barrancos a personas que como moléculas subían en altura a remolque del almendro en flor.

Por subir hasta subían las nieblas por la vertiente norte hasta que, al llegar a Cruz de Tejeda y desde allí por toda la Trasierra, cogían fuga de trampolín para pasar a la enorme caldera formando una catarata de nubes. Un número, Tejeda ayer.

No se conoce aún si fenómeno meteorológico tan vistoso era parte del programa festivo, pero es algo, amén de novelero, de gran provecho para despejar el cielo en días de fiesta con espectáculo incluido.

Y es que, por lo que ocurre en el reino de la burra Margarita, allí en la Cruz, y lo que se barruntaba abajo, en el pueblo, se puede concluir que se trata de climas divergentes de dos países distintos, al extremoque los siete grados de máxima del primer punto, los doblaba en el segundo, con 14, a apenas unos metros más abajo.

Esto se llama choque térmico. A favor. En el que se pasa de un estado latente de criogenización a un enralante descongelamiento que, a las doce del mediodía, se manifestaba con el canto de isas, el baile de folías y la ingesta masiva de carne cochino.

Se le agregan unos buchitos de abocado o ron del tiempo aderezado con truchas de batata o una dosis de azúcar con un cartucho de garrapiñadas y ahora todo hace gracia. Todo es una novelería.

Hacen gracia los burros chicos que son criados en el criadero de burros de Llanos de la Pez. Lo mismo si mira para un lado que para el otro. Y es para partirse de risa la letra del tema Qué celoso que te salió el galán, ofrecido en rabioso directo por una de las parrandas apostadas de este a oeste del callejero del pueblo.

Además, todo también está rico. En la celebérrima panadería de Abraham Romero, situada en una esquina estratégica, la cola era de cajero de primero de mes. Y casi se unifica con la que ostenta la no menos conocida dulcería Nublo.

El cuadro se completa con personas de a pie, miles, que van reponiendo calorías mientras las queman. Que comen y caminan en simultáneo. Ahí se las ve venir de frente con tortillas de carnaval, especialmente. Un alimento que no se ingiere por unidades, sino a tongas: "Voy por la cuarta Pepa". Un emboste que, en muchos casos, se hace necesario, no en balde a esas alturas del mediodía el atasco es tal, que hay quién ha dejado el coche en la entrada de la mole del Bentayga. Es decir, donde Cho Juaá perdió la chancla.

De ahí el jilorio. Y de hecho cuando entre calles salta la buena nueva de que alguien ha inventado el queso de almendra -"¿pero eso ya no existía, Pepa?-, rianga la gente adonde el quimérico producto.

Ahí está. El rumor está en lo cierto. Es un queso redondo, como todos los quesos son, pero este viene con su mixturado almendrado. Puestos al habla con los pergeñadores del asunto, resulta que él viene siendo Pepe León, de La Culata, y ella Coli Mayor.

Con Coli, poco, porque no para de despachar a mansalva. Pero Pepe León, que se encuentra en lo que se podría denominar como la logística y el marquetin -"esto es un manjar de Tejeda"-, según esponsoriza el hombre-, arroja algo de luz al explicar que lo suyo es "una quesería nueva", pero que va a todo vapor con la ocurrencia.

Cuestionado por si no corre el riesgo de que se le cuele una almendra amarga y le arruine una pieza, y con ello el consiguiente prestigio acumulado, niega la mayor. "Aún no se ha dado el caso". Veremos. "Sí, lo puede ver el 17 de marzo, que es la feria de Artenara, o aquí en Tejeda, cada primer domingo de mes", remata con datos para afianzar la seguridad de su sistema."Machacar y probar un pisco".

No era la única rareza por aquellos diez metros cuadrados. Lindando con Pepe León está el caso de Jonathan Padilla, que es de lejos, de El Hierro. Aquí está el bimbache con la Quesadilla Guarazoca. Esta no lleva almendra, pero sí casi de todo: el queso propiamente dicho, más huevo, azúcar, harina, anís, limón y canela, "todo eso", subraya Padilla sobre su quesadilla, y que no solo están horneadas a la leña sino que venden on line. Desde El Hierro al pollo de su casa con el solo clicar www.quesadillasguarazoca.es. Prueba definitiva de que nos encontramos en plena era de la chácara 2.0.

Y otra rareza más en entremedio de ambos. La del carpintero de La Culata: Chavi Seoane. El muy habilidoso exhibe una mesa de trabajo autárquica que incluye reposos para sus buriles y juvias, campo de descanso y un torno a pedales, todo armable y desarmable sobre la marcha y con el que hace instrumentos de percusión, es decir, tambores. Una suerte de Ikea ancestral pero de alta gama y soberbio rendimiento. Anda dándole a los pedales para pulir el mango de una maza de madera. Completa el cuadro una sonrisa de oreja a oreja. Que tiene su por qué.

Resulta que este hombre es todo él gallego. Que se vino de Santiago con una furgona a cuenta de un destuerzo amoroso para cambiar de aires y descubrió Tejeda. "Chos (sic), me cambió la vida". Para más abundamiento "conocí a una niña espléndida", pero también al luthier de timples majorero Santiago Monzón. Y esa es la próxima: un celta haciendo timples. "Ya lo tengo todo preparado para montar los dos primeros". Localizar a Chavi, en caso de necesidad de timple, es fácil. Solo hacer falta coger un taxi del pueblo y probablemente también estará él en el volante.

Pero toca recogerse. En la iglesia hay un campaneo importante a rebato para misa, con ofrenda incluida, pero que apenas hace mella, más bien todo lo contrario, en la densidad de la población en parranda, tanto que el Ayuntamiento, que calculaba entre 14.000 a 15.000 personas durante el fin de semana va a tener que cuadrar los números.

Ya lo hacía también el sábado, con el Día del Turista, una jornada en que las guaguas, tal cual las tortillas de carnaval, llegaban a pares y que según el alcalde de la localidad, Chicho Perera, fueron las más concurridas de las siete celebradas hasta el momento.

Una forma de resarcirse del chasco del pasado año, cuando la fiesta tuvo que suspenderse definitivamente por acumulación de temporales.

Ayer se despedía el programa con la actuación de la parranda Beletén, y el masivo regreso en fila india por las arterias de la isla, de la que Tejeda, al menos ayer, fue todo un corazón.