Este año se cumplen 25 años desde que la isla de Menorca forma parte de la Red de Reservas de la Biosfera. ¿Qué experiencia sobre este asunto podrá transmitir en el debate de mañana?
Pues aunque parezca extraño, la realidad es que hasta esta legistatura ningún grupo de gobierno se había siquiera planteado desarrollar una estrategia o un plan de acción para fomentar esta marca. Es verdad que desde el movimiento social se ha luchado mucho por este tema y hay una gran concienciación ciudadana. Pero no política, o no tanto como debiera haber habido hasta este momento. Yo llevo apenas dos meses en el Consell Insular, pero mi antecesor comenzó una hoja de ruta importantísima que ayudará a Menorca a llenar de contenido y de sentido a este título. Principalmente es un documento que contempla el trabajo transversal de todas las áreas: mejora de la movilidad, mantenimiento y cuidado del patrimonio, fomento de la cultura y la educación...
¿Qué acciones llevarán a cabo en concreto?
Todavía debemos cerrarlo del todo y aprobarlo. Es un documento complejo que tocará todos los puntos y tiene que estar bien amarrado, pero ya hemos empezado a desarrollar pequeñas acciones. Por ejemplo, tenemos una iniciativa relacionada con la conservación del cielo, por la cual estamos cambiando las luminarias públicas para evitar la contaminación lumínica. También queremos cambiar y potenciar el uso de los automóviles de consumo fósil por eléctrico.
También los métodos de energía son un asunto imprescindible en las islas.
Sí, y este es un punto muy importante porque buscamos una transición radical a las energías renovables. Tenemos el objetivo de que un 80% de la energía que se genera en la isla provenga directamente de renovables, y es importante porque actualmente sólo estamos en un 2%. Nos estamos centrando en inversiones en sistemas fotovoltaicos, y en cierta parte también en eólicos. En una isla, totalmente dependiente del exterior, siembre buscamos el autoconsumo. Creemos que el proyecto es innovador y convertiremos a Menorca en una isla puntera en cuestión de energías renovables.
Menorca y Lanzarote han ido de la mano con respecto a la denominación de Reserva de la Biosfera. ¿Mantienen algún proyecto o iniciativa en común?
Por supuesto. Cumplimos años el mismo día y siempre organizamos visitas entre las islas. Hay mucha relación y por eso ejecutamos diferentes proyectos, jornadas y demás actividades. Asimismo, la hoja de ruta de la que hablaba antes se está desarrollando mirando también de cara a Lanzarote y cómo se puede adaptar a su espacio. En realidad es un objetivo a largo plazo: extrapolar esta iniciativa propia a las reservas de la biosfera, por lo que también se incluye Gran Canaria.
¿Qué considera que podría servirle del modelo sostenible que se está llevando a cabo en Canarias?
La verdad es que aquí se han volcado y han desarrollado muy bien las energías eólicas y el primer aerogenerador marino -instalado en la orilla del barrio de Jinámar- nos resulta muy interesante. Es algo muy innovador de lo que nos gustaría informarnos más y este encuentro entre instituciones podrá ser estimulante para ponernos al día.
Ambos archipiélagos, Canarias y Baleares, son bastante conocidos como destinos turísticos. ¿Cómo afectan las visitas a la sostenibilidad de la Isla?
En Menorca se nota muchísimo el contraste. Creo que en Canarias gozan de mayor estabilidad turística durante el año, aunque puedan tener picos en ciertas fechas. En nuestra isla se calcula que la temporada alta de turismo dura una media de cinco meses. Desde mi departamento buscamos impulsar iniciativas que desestacionalicen ese turismo y hace poco recibimos el certificado de destino turístico Starlight (algo que también posee la Reserva de la Biosfera de Gran Canaria). Nos viene perfecto, porque quien busque esta experiencia tendrá que acudir a la Isla en invierno (cuando las noches son más largas), y además es un prototipo de turista mucho más amable y concienciado con el medio ambiente.
En relación con el espacio terrestre, ¿perjudica de alguna forma la llegada de los turistas a la conservación de la zona?
No significativamente. Lo que es cierto es que el prototipo de turista que acude a la Isla, en gran parte, está bastante concienciado con el medio. También es verdad que no ofrecemos actividades que puedan favorecer a la destrucción del espacio, sino todo lo contrario. No hay grandes hoteles, ni muchas discotecas ni locales de ocio. Sobre todo por lo que apostamos es por el turismo rural, por la alimentación sostenible con proyectos que fomenten la comercialización de productos locales y también por la imagen general. Al final, tenemos la ventaja de ser Reserva de la Biosfera. Esto nos diferencia de otros puntos de interés y nos abre puertas al mercado.
Por otro lado, en Gran Canaria existe un grave problema con el vertido ilegal de escombros y basura. ¿Cómo gestionan desde su isla este problema?
Esta bastante regulado. Pero también es verdad que la población de Menorca con respecto a la de Gran Canaria es muchísimo menor. Aquí el número no supera los 96.000 ciudadanos y eso nos permite controlar mejor este asunto. Asimismo, la idea que hemos seguido es la de consorciar servicios. Optimizando recursos, como la limpieza y recogida de residuos, nos ayuda mucho más a coordinar todos los municipios y esto es un sistema que no tienen las otras islas de nuestro archipiélago.
