Cementos Especiales de las Islas (Ceisa) empleará todas las alternativas jurídicas y administrativas que estén al alcance de su mano para lograr una prórroga de la concesión del puerto de Santa Águeda, pilar fundamental para la continuidad de esta industria cementera, que concluye en el año 2022, momento en que pasará a ser un puerto deportivo. Así lo aseguró este jueves durante una visita a la fábrica abierta a los medios de comunicación Claudio Piernavieja, coordinador general del grupo Ceisa, quien sostuvo que se volverá a solicitar la concesión a Puertos Canarios al entender que se trata de "una actividad estratégica para las Islas".

En este sentido, Piernavieja defendió la necesidad de continuar con la concesión del puerto ya que "no existe otra alternativa para seguir funcionando; el puerto y la fábrica son un todo indivisible, ya que por ahí nos entra gran parte de la materia prima" empleada para la elaboración de cementos y por el puerto también sale en barco todo el producto que reparte en el resto de las islas. Es decir, la empresa no contempla otro escenario que no sea el de continuar operando como hasta ahora. "No nos planteamos no tener el puerto, somos industriales por naturaleza y no vemos otra opción", aseveró.

En relación al recurso interpuesto por la familia Del Castillo y el grupo hotelero Cordial, con intereses turísticos en la zona, ante Puertos Canarios para adelantar el fin de la actividad de la cementera, Piernavieja sostuvo que la compañía espera que, cuando el ente autonómico estudie la posibilidad de prórroga, "tenga en consideración" que la empresa lleva más de seis décadas instalada en El Pajar. Además, recordó, su actividad crea sinergias con otros sectores económicos y crea 200 empleos directos y casi 400 indirectos; por ello, no obtener una prórroga de la concesión del puerto comportaría un duro varapalo para la economía del Archipiélago.

Piernavieja se mostró convencido de que "hay opciones de prórroga", aunque el director de Puertos Canarios, Manuel Ortega, ya aseguró que no existe esta posibilidad porque cuando se le concedió el título en 1972 por 50 años la autorización no se expidió como prorrogable. La empresa tampoco contempla una permuta por otro puerto.

Desarrollo

Desarrollo

Cementos Especiales de las Islas, dedicada a la fabricación y venta de cemento, mortero y materiales de construcción, se asentó en el núcleo de El Pajar en 1957, hace ya 62 años, al ser un lugar estratégico ya que se estaba iniciando la construcción de la presa de Soria, existía la posibilidad del desarrollo de un puerto industrial y porque a tan solo dos kilómetros se encontraba la cantera de San José, una infraestructura que alimenta a la fábrica de puzolana canaria, un material que está considerado como una de las mejores adiciones del mundo para la fabricación de cementos por su durabilidad y resistencia, y porque mejora las características superficiales del hormigón.

La empresa, participada en un 50% por la española Corporación Masaveu y la compañía brasileña Votorantim Cimentos, abrió este jueves sus puertas a los medios para darse a conocer al gran público. Produce cuatro tipos de cementos distintos y un tipo de mortero y tiene capacidad para elaborar cementos a la carta según la semanda, según explicó Piernavieja, quien recordó además que la planta tiene una capacidad de producción de 1,5 millones de toneladas al año; aunque su máximo ha sido de 1,3 en época de bonanza y en la actualidad se sitúa en unas 300.000 toneladas de producción cada año. Así, la empresa cementera ha crecido durante los últimos años al ritmo de un 5% cada año, facturando más de 30 millones de euros cada año.

A la planta cementera llega la materia prima por dos vías: por el puerto, por donde llega el clínker, y por vía terrestre, por donde llega la pozulana procedente de la cantera de San José. Estos materiales se muelen en un molino de bolas y se almacenan en silos verticales, desde donde se distribuye luego a granel o se empaqueta en sacos de 25 kilos. En este segundo caso, una cinta transportadora traslada los sacos hasta el barco, y será entonces cuando el cemento se reparta por todas las islas. De hecho, el cemento que se produce en la planta de El Pajar ha formado parte de grandes obras de construcción a lo largo y ancho del Archipiélago, como el muelle de la Esfinge, el Puente de Silva, el Auditorio Alfredo Kraus, el pabellón del Gran Canaria Arena, la carretera de La Aldea, la ampliación del puerto de Playa Blanca, en Lanzarote, o el eje norte-sur en Fuerteventura.

Pero antes de utilizarse para construir, el cemento pasa escrupulosos controles de calidad. La planta cuenta con un laboratorio, donde a través de un granulómetro láser y de un espectómetro de rayos se controla la finura del cemento y los inicios y finales del fraguado. Este espacio cuenta además con una cámara donde se realizan las pruebas de calidad. Aquí, se mezcla y se compacta el material, se aloja en un molde y se mantiene dos días en tiempo de curación. Pasado este tiempo, la barra resultante se rompe para determinar el grado de resistencia del cemento.

Durante la visita, Piernavieja explicó que Ceisa tiene la concesión de la cantera hasta 2046, prorrogable por otros 30 años. Para todo este tiempo, la cantera cuenta con suficientes reservas mineras.