El ausente febrero de los últimos días regresa este viernes con cielos encapotados, lluvias y temperaturas más propias de la estación, y no las del verano con las que ayer se presentó en La Aldea de San Nicolás, donde superó los 30 grados centígrados a las dos y media de la tarde, o en Arucas, donde se anotó la tercera máxima de todo el archipiélago, y por tanto del país, con 27,7 grados centígrados.

Esto, en una jornada con la primera mitad del día bajo aviso amarillo por unos vientos que en entregas de rachas llegaron hasta los 104 kilómetros por hora en el municipio de Agulo, La Gomera, y que sin llegar a semejante intensidad también se hicieron patentes en el sureste de Gran Canaria, o en su capital, con velocidades en este último punto de hasta 75 kilómetros por hora, registradas en el anemómetro de la Aemet en San Cristóbal.

Para hoy viernes no se esperan vientos tan significativos, pero sí un cambio de su procedencia que conllevará consigo una caída sustancial de las temperaturas, especialmente cuando comiencen a rolar en la segunda mitad del día desde el sureste al noroeste, con la entrada de una masa de nubes cargadas de humedad que traerán, según la predicción de la agencia estatal, chubascos persistentes en el norte de Gran Canaria, pero con baja posibilidad en el sur. También caerá agua en las islas de Lanzarote y Fuerteventura, con chubascos ocasionales, donde además podrán llegar rachas de viento fuerte en la primera mitad del día.

El frío se hará notar más aún el sábado, pero ya con unas precipitaciones débiles que irán remitiendo el domingo, para volver "moderadas" el lunes.