Patricia Alonso Lamberti Rizo nace el 24 de enero de 1990 en Santa Cruz de Tenerife, pero en un visto y no visto. "Es que mi madre es de allí, y fue a dar a luz", aclara con una sonrisa. Vive en Ciudad Jardín, su colegio es el Guaydil y su patio de recreo, la playa. Playa que, con todo, casi disfrutó de soslayo. "Estaba todo el día haciendo actividades extraescolares: tenis, natación sincronizada y ballet. Estuve entrenando en el Metropol cuatro horas diarias durante dos años", y con eso cumplía el objetivo de su madre: "que mi hermana y yo llegáramos cansadas a casa", dice entre risas.
Desde pequeña tenía la abogacía como meta, y además, lograrlo en el ICADE de la Universidad Pontificia Comillas de Madrid. Así que se matricula en licenciatura de Derecho con diplomatura en Empresariales (ICADE E-1), y el cambio tampoco le costó mucho si se tiene en cuenta que los más "durillo", como afirma, "fue adaptarme al colegio mayor", porque del temario y el objetivo, "no tuve dudas".
La carrera la ejecuta a todo tren y la finaliza en 2014, que es cuando se va a Londres a mejorar un inglés que ya le venía de 'fábrica' gracias al Guaydil, y para adquirir una experiencia internacional. "La verdad que he tenido mucha suerte con la educación que he recibido". Coge un curso de mejora del idioma, "pero como no me llenaba del todo busqué unas prácticas en un despacho en el que aprendí mucho y que combinaba los fines de semana trabajando en la tienda de ropa Abercrombie & Fitch".
Ahí le ocurre algo que para los parámetros españoles raya lo esotérico. "En mi primera experiencia laboral en Londres tuve la suerte de aspirar a un puesto de responsabilidad por tener carrera universitaria", así que la destinan a coordinar a un equipo de siete personas, organizando los turnos y controlando el trabajo.
Vuelve a los cuatro meses y empieza un máster en Asesoría Jurídica de Empresa en el Instituto de Empresa en Madrid, "para complementar los conocimientos de la carrera", algo que también le permite, según subraya, "poner en práctica lo aprendido".
El máster es de ocho meses, y de enero a julio de 2015 disfruta de su primera responsabilidad laboral en Ramón y Cajal Abogados, dedicada al Derecho Societario y Mercanti para, en septiembre de 2016, ingresar en el prestigioso despacho de abogados Pérez-Llorca.
La firma implanta un concienzudo régimen de selección. "Hay muchos postulantes, muy bien preparados y es complicado porque tienes un tiempo muy limitado para ser el candidato perfecto. Necesitas un alto nivel de inglés y te exigen que seas constante y responsable".
Con un ocho de media en la carrera se enfrenta a un primer examen de conocimientos jurídicos, y un segundo de inglés, a los que se suceden entrevistas tanto con los profesionales de recursos humanos como con los propios abogados del despacho.
Un listón muy alto y exigente pero con recompensa. "Ahora trabajo con grandísimos profesionales, con un trato muy cercano, un equipo de personas de las que aprendo en todos los aspectos y con el que las largas horas de trabajo se asumen fácilmente. Me encuentro muy motivada y eso me hace afrontar el día a día con pasión porque aquí valoran el esfuerzo y recompensan el talento",
De hecho vive en la isla gracias a un programa piloto de teletrabajo, "gracias a la estrategia digital y tecnológica que el despacho ha puesto en marcha. Hago dos o tres viajes al mes para asistir a las reuniones. Creo que la combinación de ambas hace que la calidad de los servicios prestados a los clientes siga siendo excelente, ya que siempre que nos necesitan estamos a su disposición para ayudarles sin que la distancia influya".
Desde su despacho, Patricia Alonso Lamberti Rizo se dedica especialmente a M&A y Real Estate, es decir a la compraventa de empresas y compraventa de inmuebles, mayoritariamente del sector hotelero y renovables.
Esto implica la intermediación en la adquisición de hoteles, residencias de ancianos, o parques fotovoltaicos a través de fondos internacionales. "Tenemos muchos clientes franceses, que por ejemplo, están interesados en comprar un hotel. Nosotros nos encargamos de realizar una revisión legal para estudiar si tiene todos los permisos o si la estructura de inversión es la correcta. Una vez pasado este primer filtro", explica, "negociamos los contratos de compraventa y los contratos entre el nuevo propietario y el operador". Suelen ser operaciones de decenas de millones de euros en la que participan tanto empresas nacionales como multinacionales. Algunas de estas operaciones pueden tardar hasta medio año en cerrarse.
En ocasiones los casos pueden llegar a ser bastante complicados. "A veces nos encontramos con la figura del empresario familiar con hoteles que de repente debe hacer una reforma por exigencias legales, o porque la construcción es antigua. Hay que invertir dinero para renovar, y cuando no pueden hacerle frente vende los inmuebles. Nosotros debemos entender cuáles son sus preocupaciones, qué tipo de garantías necesita y, sobre todo, que quede convencido del que el precio pagado lo vale, lo que implica un estudio de mercado. Es decir, que entramos los abogados, pero también los asesores técnicos", al igual que ocurre con los parques fotovoltaicos. Esto en un momento, "en el que muchas familias que los crearon amparadas por las ayudas estatales están empezando a vender, porque no le salen los números. Nosotros también asesoramos en la compra venta de estos parques, cuyos activos son más complejos".
Patricia, a todos aquellos que están enfrascados en plenos estudios, les dice que su formación es la mejor herencia que le dejan sus padres y que el truco del éxito se basa "en la constancia, la formación continua y sobre todo en que te guste lo que haces. Esto lo considero muy importante, el emprender aquella carrera en la que cada uno visualice su futuro".
Pero también advierte que, "las cosas no caen del cielo y en mi generación estamos mal acostumbrados porque la mayoría lo hemos tenido fácil durante mucho tiempo, por lo que ahora tenemos que luchar por lo que nos gusta y hacer un esfuerzo por mejorar y no quedarnos atrás, algo que en mi caso ha valido la pena".
