La feria Gran Canaria Me Gusta, que durante este fin de semana se ha celebrado en los distintos pabellones de Infecar, ha servido una vez más para acercar los productos de la tierra a sus potenciales consumidores. Nuevos sabores, texturas y aromas a los que muchos no están acostumbrados, bien por desconocimiento, bien por la novedad de los productos, que han conquistado paladares y ha provocado en más de una ocasión el tráfico de recetas entre productores y asistentes. "Qué bueno está esto. ¿Cómo se hace?", se escuchó ayer a numerosos asistentes. Pero la feria también ha servido para recuperar fórmulas olvidadas con el paso del tiempo, un rescate de las tradiciones que ha sorprendido a las más de 12.994 personas que se acercaron hasta Infecar durante las tres jornadas de la feria, el récord hasta ahora, lo que supone un 43,6% más que en 2018.

Mermerladas de cebolla, piña tropical o papaya, quesos de tuno indio, palmeras rellenas, zumos de caña de azúcar, vinos, mieles, bizcochos, pastelería y dulcería y hasta lubinas envasadas en aceite de oliva. La feria Gran Canaria Me gusta ha sido, sin lugar a dudas, el escenario en el que los productores han ensayado y sondeado entre el público los nuevos sabores de sus propuestas. Y, como era de esperar, no han defraudado a nadie.

Uno de esos sabores ha sido el del licor de guinda, un producto que tradicionalmente se ha elaborado en Tunte, en las medianías del municipio de San Bartolomé de Tirajana, pero que se había casi olvidado con el paso del tiempo. Hasta que Margarita Mina, responsable de la empresa Tunte Tunte S. L. se propuso recuperarlo hace dos años y que este año presentó por primera vez en Gran Canaria Me Gusta. "Tengo una tienda de souvenirs canarios en Tunte, y decidimos rescatar el licor de guinda, un producto que tiene más de 150 años y que siempre se ha hecho en la localidad", explicó Margarita, "pero se elaboraba de forma casera y se ha perdido porque las personas mayores han ido desapareciendo y las nuevas generaciones no continuaron con la tradición, y porque esta fruta se ha convertido casi en inaccesible porque es muy cara, casi a 20 euros un kilo de guindas".

Margarita ha rescatado este producto del olvido; aunque es conocido por muchos. "Es un licor que se conoce mucho en Europa porque las guías turísticas lo promocionan, pero los canarios lo conocemos muy poco, al igual que ocurre con el mejunje de Santa Lucía de Tirajana", añadió la empresaria.

La guinda es una fruta limitada que se da, explicó, en zonas como el barranco de El Negro. La elaboración de este licor es completamente manual. "Se quita el rabito a cada guinda, y se colocan cuatro kilos en garrafones de 12 litros, se agrega el ron y se deja macerar durante un mes; entonces se le incorporan el resto de especias y se deja reposar otros seis meses", apuntó. El resultado es un licor suave que agradó a los visitantes a la feria. "Estamos muy orgullosos, porque vemos que les encanta", dijo Margarita.

El sabor de la guinda transportó a su infancia a Ignacio Méndez. "Hacía muchos años que no vía este licor, me ha recordado a mi adolescencia", relató, "mi padre lo hacía y lo vendía entre los vecinos del pueblo, y en ocasiones también en Maspalomas, donde lo llevaba por encargo".

En otro de los pabellones de Infecar una mesa llamó la atención de los asistentes por su colorido. Al acercarse, los visitantes encontraron un queso bajo una capa de colores intensos. Se trataba de un queso de cabra bañado con tuno indio. Lo elabora la empresa Quesos Cortijo Daniela, ubicada en en Lomo del Pilón, Espartero, en el municipio de Teror. "El producto lleva cinco años en el mercado, y la idea surgió por el afán de contar con algo que se diferenciara del resto", contó Airam Rivero, responsable de la empresa, "el tuno indio le aporta al queso un sabor un poco más agrio al paladar".

Del queso al café

Este queso, según explicó su productor, es ideal para acompañar un vino, un potaje e incluso comerlo con chorizo. Produce entre 50 y 60 kilos cada día. El queso de tuno indio también tuvo muy buena aceptación entre el público. Estela Castillo, vecina de Las Palmas de Gran Canaria, fue una de las visitantes que se acercaron a probar este manjar. "Nunca lo había visto y el color me ha llamado mucho la atención, he querido probarlo por la peculiariedad del producto", concretó Estela, "tiene una textura suave muy agradable, y me he llevado un trozo para comerlo en casa y que lo deguste la familia".

Los distintos pabellos de Infecar estuvieron ayer atestados de personas, hasta el punto en que moverse por las distintas plantas se convirtió casi en una misión imposible. En el 6 estaban Ángela Santana e Isabel Alonso ofreciendo productos comunes y sabores habituales, pero que unidos se convierten en elaboraciones cuanto menos extrañas. En su puesto vendían mermeladas de zanahoria, cebolla, papaya naranja y plátano, y de un sabor canario por excelencia, mermelada de plátano y gofio 100% ecológicas. La Rosa Verde.Tierra, empresa procedente de La Aldea de San Nicolás, lleva más de un año y medio produciendo creaciones ecológicas y, además, bajas en azúcar, ya que en unas se reduce el azúcar añadido a la mínima expresión mientras que en otras se sustituye este elemanto por la stevia, otro edulcorante natural. Como resultado, se obtienen mermeladas más sanas y con menos carga calórica.

Y de los productos de la tierra, a los del mar. Gran Canaria Me gusta fue también escaparate para las nuevas creaciones que nacen del medio marino. Los lomos de lubina envasados con aceite de oliva conquistaron a los paladres más exigentes de la feria. Ideados por la empresa Opulent Ocean, ubicada en el Polígono de Arinaga, en el municipio de Agüimes, esta compañía dedicada a la acuicultura decidió hace poco más de un año ampliar sus horizontes y, a la venta del pescado fresco, sumar el envasado de este producto. "La idea surgió para cambiar y diversificar el modelo de negocio y somos pioneros en la creación de este formato en Gran Canaria", contó Patricia Ternández, representante de la compañía, "y lo estamos consiguiendo porque se han acercado muchas personas hasta el punto de que el primer día de feria se nos agotaron todas las existencias". Ahora, esta empresa trabaja también en la exportación de su producto a la Península.

La sexta edición de la feria de productos de la tierra Gran Canaria Me Gusta contó ayer también con actividades como catas de gofio, catas de queso, de vino, y hasta de café, encuentros que tuvieron gran afluencia de personas. Antonio Márquez, experto en café y gerente de la finca Los Castaños, en Agaete, explicó que esta actividad estaba diseñada "para enseñar a la gente que no todo es café". "Haymúltiples variedades; en Etiopía los cafés son más cítricos, en Colombia más afrutados y en Brasil tiene aromas a frutos secos", apuntó el experto catador, "el de Gran Canaria tiene similitudes a todos ellos, pero tiene características propias, como ser muy dulce".

Gran Canaria Me Gusta no solo funcionó como escaparate para la presentación de los productos que se elaboran en la Isla, sino también para la promoción de los profesionales de la gastronomía que utilizan esos mismos elementos en sus creaciones culinarias. Alumnos del IES Felo Monzón de Las Palmas de Gran Canaria presentaron ayer ante el público, muy interesado en sus nuevas ideas, recetas cuanto menos curiosas. En el concurso de bocadillos, este centro presentó un bocadillo hecho con un costillar a baja temperatura que fue confitado durante 18 horas a 65 grados, acompañado de un ajo tostado con hijos y gratinado y relleno de lechuga. "La feria sirve para motar el potencial que tienen los futuros profesionales de los fogones en las Islas", manifestó Francisco Viera, docente del instituto capitalino.

La última jornada de Gran Canaria Me gusta disfrutó de exhibiciones gastronómicas a cargo del profesor grancanario en el Basque Culinary Center Lolo Román y los chefs Jony Santana, Abraham Ortega, Davidoff Lugo, Juan Manuel Bertolin, Mikel Portugal, Bonifacio García y Juana Delgado. La feria gastronómica contó además con actividades destinadas al público infantil, exposición de elementos de artesanía de Gran Canaria, y representación de juegos tradicionales de las Islas. En esta edición participaron 19 de los 21 municipios de Gran Canaria.