Todas las tardes nos veíamos en su despacho en el Ateneo Municipal de Santa Lucía de Tirajana. Me acercaba por allí y manteníamos un diálogo permanente, hablando de lo humano y lo divino, del arte y la realidad de la vida que a veces nos enfrenta a momentos difíciles como el que vivimos ahora, tras la desaparición de un hombre de una gran talla personal y profesional como siempre ha sido Nono, como le conocíamos todos.

Su nombre completo era Antonio González Martel y llegó al Ateneo Municipal de Santa Lucía en septiembre de 1985, muy poco después de su inauguración. Venía ilusionado y voluntarioso, con muchas ganas de trabajar y de implicarse en la sociedad santaluceña, lleno de sueños y generosidad.

Cuando salíamos de su despacho de trabajo nos íbamos a tomar algo para prolongar aquella conversación fluida y sabia que tenía. En ocasiones le ayudaba al montaje de exposiciones en el Ateneo y en las salas del teatro municipal Víctor Jara. Yo mismo tuve el placer de participar en varias exposiciones colectivas.

Recuerdo la exposición homenaje a Felo Monzón en la sala del Ateneo de Vecindario en 2009, la exposición 'El proyecto imposible' en la sala Felo Monzón del mismo ateneo municipal en 2015 o la muestra 'El libro del artista' en el mismo centro de arte y cultura.

El contacto que tuve siempre con él fue constante, intenso y profundo. Me llamaba permanentemente y yo siempre acudía a su cita. Recuerdo que también me pidió que le diseñara el logotipo del grupo 'La Grillera', que ya se utiliza en el Ateneo.

Nono llegó con la experiencia de la Universidad de Verano y como militante activo del grupo Almogarén de Valsequillo. Rápidamennte se incorporó a una decena personas que conformaban la Comisión de Cultura del Ayuntamiento de Santa Lucía, por lo que fue uno de los promotores de la cultura popular en el municipio y el sureste de Gran Canaria, donde la participación colectiva sustentaba las distintas expresiones artísticas.

Nono puso en marcha el Taller de Fotografía y creó el primer laboratorio fotográfico en el Ateneo con el objetivo de sacar la cultura a la calle. Paseó su cámara por todo el municipio impartiendo cursos por las asociaciones de vecinos, dando a conocer el proyecto común del Ateneo Municipal.

Era el responsable de las exposiciones, de la artesanía, colaboraba directamente en el plan cultural de barrios, muestras de cultura popular, asesorando a comisiones de fiestas y asociaciones de vecinos, hermanamientos, cine en la calle, Encuentro de Solidaridad con los Pueblos de África y Latinoamérica (ESPAL) y muchos otros programas y eventos pioneros en la zona.

El incansable Nono empezó a trabajar y a crecer como profesional hasta que se creó el área artística. Comenzó a traer al municipio artistas de la talla de Lola Massieu para dar talleres de pintura, importante paso, para que más tarde se creara en Santa Lucía la Escuela de Dibujo y Pintura, extensión de la Escuela Luján Pérez.

Asimismo, puso en macha distintos espacios expositivos, pasando de una pequeña sala a contar en estos momentos con cuatro salas de exposiciones, donde han colgado sus cuadros artistas de todos los estilos y disciplinas. El taller de Fotografía de Santa Lucía tiene el reconocimiento a nivel local y nacional con certámenes nacionales de fotografía, fotografía estenopeica y otras muchas iniciativas.

Nono ha estado siempre presente, entre las aulas, los talleres, los escenarios, las salas de exposición, la calle y la gente. No solo ha desarrollado su labor profesional de forma excelente, sino que lo ha hecho con la pasión necesaria para cultivar a su alrededor un grupo de una indudable calidad humana con los compañeros, colaboradores y alumnos.

Siempre dio mucha importancia a la relación personal con todos y cada uno de los participantes en todas las disciplinas artísticas: la parte humana de cada obra. En la hora del adiós adelantado por su partida, a pesar del dolor que nos produce, vemos que gracias a su trabajo diario, motivador y creativo nos deja el legado de una gran obra cultural.

Vemos ahora, en el momento de su adiós, que su vida tuvo un gran sentido, por lo que hoy valoramos y agradecemos aún más su labor grande y entregada que tanto bien nos ha regalado. Hasta siempre, Nono.

*Pintor y escultor