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Medio Ambiente | Congreso Mundial de Territorios de Terrazas y Bancales

Los bancales casi olvidados

Expertos de una veintena de países aúnan en un congreso internacional propuestas prácticas para tratar de recuperar los abandonados cultivos isleños en terrazas, su paisaje e historia

Algunos de los asistentes, ayer en el Paraninfo de la Universidad, junto a los paneles que muestran imágenes de bancales de distintos países. josé carlos guerra

Los estudios solo suman la superficie cultivada. Y se sabe que hay una decena de piedras distintas empleadas. Sin embargo, se desconoce en estos momentos el territorio que ocupan los bancales en Canarias y los posibles usos que pudieron tener. Esto da idea de la escasa importancia que tienen las terrazas agrícolas y su elevado estado de abandono, a pesar de que reúnen un incalculable valor paisajístico y de proyección económica.

El Congreso internacional pretende sentar las bases para que estas tierras encadenadas de las zonas rurales de las islas vuelvan a gozar del protagonismo que tuvieron en el periodo aborigen, lo que debe suponer también la revitalización de las pequeñas explotaciones agrarias con cultivos alternativos a las grandes producciones. Los expertos de todo el mundo debaten tanto desde una visión teórica, como a través de visitas prácticas a los lugares más relevantes para conocer este mundo rural y ganadero.

El catedrático de Historia e Instituciones Económicas de la Universidad de La Laguna Antonio Macías defendió ayer el protagonismo económico de los bancales en la historia de Canarias, que sirvió en muchas etapas para sortear penurias. "La mayor parte de los bancales se encuentran en absoluto abandono, y tiene que ver por una interpretación del espacio al más puro interés económico. Es decir, no son rentables".

Turismo cultural

El profesor universitario defiende un cambio de perspectiva, mediante una visión económica más paisajística. Y en ese interés puede colaborar el turismo cultural y de paisaje, más allá del tradicional mercado de sol y playa.

"Estas reuniones y el congreso tienen por objeto llamar la atención de los colectivos sociales e instituciones", añade. El catedrático estima que Canarias sufre un problema histórico y cultural sobre su territorio. Y, para transformarlo, propone que las instituciones fijen medidas atractivas fiscales y ayudas para "dar vida" a estas fincas, mediante la incorporación de agricultores. "Porque este es el gran problema, que no hay población dispuesta en las condiciones actuales", y la que hay se ha ido envejeciendo. Para ello también "hay que articular políticas en propiedades privadas. En el caso de Gran Canaria y Tenerife se intenta mediante los bancos de tierras, gestionados por jóvenes campesinos. "Hay que buscar fórmulas en la que el propietario mantenga la titularidad, pero que la gestión sea de iniciativa pública, mediante fórmulas como las cooperativas. El problema es que hay que reconstruir y son inversiones que alguien tiene que hacer".

Y, en cuanto a las opciones agrícolas, echa un vistazo histórico para recordar el protagonismo del que gozaron cultivos como la viticultura y aquellos de secado con un mayor valor agregado. "El gran reto es que tenga interés económico", valora.

El coordinador de la Alianza Internacional de Paisajes en Terrazas, Hermann Tillmann, destaca que el objetivo de la asociación que engloba a 220 miembros de una veintena de países de distintos continentes es aunar políticas para salvar del actual estado de abandono de estos paisajes tan característicos del territorio. No solo en Canarias, sino también de Italia, Marruecos, Madeira, Croacia y Japón, por citar algunos ejemplos que aparecen visibles en algunos de los carteles expuestos en el Paraninfo de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria estos días.

El experto alemán cree que muchos jóvenes aspiran a trabajar esas tierras. Pero el problema parte de la propiedad de las tierras. A su juicio, no existen facilidades para acceder a ellas, aunque existen ejemplos a seguir como en Italia, donde existe un derecho de uso, convirtiéndose los arrendadores en guardianes de esas terrazas cuando los dueños no pueden aprovecharlas.

Hermann Tillmann coincide en que estas pequeñas explotaciones en cascada para sortear el desnivel del territorio forman parte de la historia que está sin escribir de Canarias. "Cada isla tiene su propia historia. Y es una herencia de miles de años".

Este es el cuarto congreso. Antes de llegar a Canarias, ya que además de Gran Canaria se celebraran actividades en otras islas, se han organizado jornadas en China, Perú e Italia. Para la próxima edición se han postulado como candidatos Indonesia, Filipinas, Etiopía y Bhutan (en la cordillera del Himalaya), lo que da idea del gran movimiento social que se ha ido generando sobre este patrimonio.

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