Una combinación de un cruce con baja visibilidad, un stop conflictivo y supuestamente una velocidad inadecuada provocó en la tarde de ayer un siniestro vial en el que se vieron involucrado tres motoristas, todos ellos heridos de gravedad, y un turismo en el que viajaba una pareja de turistas con un hijo de 3 años en Arteara, en el sur de Gran Canaria. Los hechos ocurren sólo mes y medio después de la colisión de dos motos en Veneguera (Mogán), que se saldó con cuatro fallecidos, entre ellos un menor de 14 años.

A las 12.57 horas el Centro Coordinador de Emergencias y Seguridad (Cecoes) 112 recibió una alerta en la que se avisaba de un accidente en la carretera GC-60, en el punto kilométrico 37,300. Pocos segundos antes, una familia extranjera que se encuentra de turismo en la Isla abandonaba Arteara, donde se sitúa una de las necrópolis más importante de Gran Canaria. En ese momento, el hombre que conducía un Opel Corsa de alquiler se disponía a incorporarse a la citada vía, señalizada con un stop, para seguir la excursión en dirección a Fataga.

A esa misma hora, dos jóvenes vecinos del noroeste de Gran Canaria y otro empadronado en San Bartolomé de Tirajana bajaban por la GC-60. Llegaban desde la parte alta de la Isla. Y lo hacían subidos a sus motocicletas de gran cilindrada: una Suzuki GSX-R, una Yamaha R1 y una Aprilia RSV4. Después de kilómetros de curvas sinuosas, llegaban al hito del kilómetro 37. Por delante, 250 metros en línea recta, una ligera curva a derechas y otra recta donde la velocidad máxima está marcada en 40 kilómetros por hora. "Es un tramo goloso para los motoristas", reconocía una vecina de Arteara, que cada fin de semana escucha cómo el ruido de los motores invade el barranco.

Con poca visibilidad

En la citada curva se produjo el impacto. La incorporación apenas cuenta con visibilidad debido a la vegetación y a las señales viales. El conductor del turismo se introdujo en la carrera sin apreciar que por ella bajaban varios motoristas. Tres perdieron el control de sus vehículos. El primero, que conducía una Yamaha R1, rozaba con el coche, colisionaba contra una pared y acababa en el suelo 50 metros más adelante. El segundo, que iba en la Aprilia RSV4, se salió de la calzada y acabó en un cañaveral, y el tercero, que llevaba en sus manos una Suzuki GSX-R que se partió en dos, chocó de lleno contra el coche y salió despedido.

Dada las gravedad de las lesiones, el Cecoes 112 movilizó un amplio número de efectivos de emergencias. Los primeros en llegar fueron los agentes de la Guardia Civil de Tráfico, Policía Nacional y Policía Local. Mientras tanto, dos médicos que circulaban en bicicletas comenzaron a atender a los afectados, según indicaron testigos de lo ocurrido. En el punto se acumulaban también numerosos motoristas que a esa hora utilizaban la carretera, algunos de ellos conocidos de los afectados con los que habían salido a dar una vuelta.

La tardanza del personal sanitario indignó a los allí presentes. "Había pasado más de una hora y no había llegado aún ninguna ambulancia", decían Romina Veglia y Gianpaolo Rovatti, dos italianos residentes en Arteara que se personaron para tratar de ayudar y proporcionar agua. Finalmente, dos ambulancias del Servicio de Urgencias Canario (SUC), una medicalizada y otra de soporte vital básico, y un helicóptero también medicalizado hicieron acto de presencia.

Estos atendieron a los tres heridos. El más grave, un joven de 23 años, fue evacuado al Hospital Doctor Negrín en la aeronave con diversos politraumatismos. Otro, de 30 años, tuvo que ser trasladado por una ambulancia medicalizada al mismo centro sanitario; mientras que el tercero, de 25 años, fue trasladado primero por una ambulancia de soporte vital básico medicalizado con el equipo médico del Centro de Salud de Maspalomas hasta el Hospital San Roque Maspalomas para su primera valoración, para posteriormente llevarlo al Hospital Insular, según informó el 112. Los tres ocupantes del turismo salieron ilesos.

La carretera permaneció cerrada durante aproximadamente dos horas en la que los efectivos de emergencias atendieron a los afectados. Por su parte, la Guardia Civil de Tráfico inició una investigación para conocer las causas del siniestro vial. El equipo de Atestados tendrá que determinar si el conductor del turismo respetó el stop, que está regulado tanto con una señala vertical como otra horizontal, y si los motoristas circulaban por debajo de los 40 kilómetros por hora como está establecido en una señal situada 650 metros antes del lugar del impacto.

Los agentes permanecieron en el lugar hasta las cinco y media de la tarde, cuando ya la circulación quedó totalmente abierta al paso de los vehículos. Detrás, quedaron las marcas con información de los lugares en los que se produjeron los impactos y algunos restos utilizados por los sanitarios durante la atención a los tres jóvenes motoristas.