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Cabildo

Seis barrancos y 36 zonas costeras de la Isla están en riesgo de inundaciones

El Consejo Insular de Aguas saca a exposición pública los mapas de peligrosidad y prepara planes de prevención l El cambio climático aumenta las áreas vulnerables

Barranco de Maspalomas a su paso por la zona turística, en el municipio de San Bartolomé de Tirajana. yaiza socorro

Seis tramos de barrancos y 36 áeras costeras de la isla de Gran Canaria corren riesgo de inundaciones que afectarían a personas, bienes económicos y lugares de interés. Estas 40 zonas de "cierta peligrosidad" han sido detectadas y estudiadas por el Consejo Insular de Aguas y la Demarcación de Costas para elaborar un plan de prevención contra estas catástrofes.

El Plan de Gestión de Riesgo de Inundación (PGRI) del Cabildo de Gran Canaria, cuyo borrador de evaluación ambiental estratégica se encuentra en trámite de exposición pública durante los próximos tres meses, identifica los barrancos de Las Goteras, El Balo, El Polvo, Buenavista, Maspalomas y Puerto Rico como "áreas de riesgo potencial significativo de inundación fluvial".

Por su parte, la Dirección General de Sostenibilidad de la Costa y el Mar señala 36 áreas del litoral con peligro de inundaciones por fuertes oleajes o por la subida del nivel de las aguas por el cambio climático. Cuatro de esas zonas se encuentran en la capital: la playa de Las Canteras, el frente de la Avenida Marítima, el barrio de San Cristóbal y el complejo de la potabilizadora de Jinámar.

En dirección sur, el listado de costas inundables incluye a La Garita, Salinetas, Tufia, Ojos de Garza, Barrio de Triana (Base Aérea de Gando), El Burrero, Arinaga, Pozo Izquierdo, la central térmica de Salinas del Matorral, Playa de Las Castillas, Castillo del Romeral y el Aeroclub de Gran Canaria en Tarajalillo.

Ya en la zona turística del sur, las áreas del litoral con riesgo de inundación son todo el tramo desde Tarajalillo a Playa del Águila, desde la Playa de Las Burras hasta El Veril, Las Palmas de Abajo, Las Meloneras, El Pájaro, Arguineguín, Patalavaca, Balito, Playa del Cura, Taurito (Parque acuático) y Playa de Mogán.

En la costa oeste de la Isla, los puntos incluidos en el plan son Tasarte, Playa de La Aldea y Puerto de las Nieves. Por último, en el litoral del norte se recogen Los Dos Roques, Casas del Agujero, San Felipe, El Pagador, San Andrés y El Puertillo. En el primer listado había otros cuatro puntos -Melenara, Pasito Blanco, Puerto Rico y Caleta de Soria-, pero se eliminaron en el documento definitivo.

El tramo de riesgo del barranco de Las Goteras abarca desde la antigua carretera de Telde, a la altura del pueblo de Jinámar, hasta la desembocadura en el mar. La población potencialmente afectada por una inundación se calcula en 39 personas y las principales infraestructuras dentro de la zona de peligro son la biblioteca municipal Jane Millares Sall, el complejo deportivo, el parque infantil y la Noria de Jinámar. En el aspecto medioambiental se cita a la Zona de Especial Conservación (ZEC) del litoral de Jinámar, donde se encuentra la playa.

El barranco de El Balo tiene un tramo de riesgo que cruza todo el Polígono de Arinaga, desde la antigua carretera del Sur hasta la desembocadura en el mar, entre la zona urbana y el puerto de Arinaga. Los habitantes en áreas peligrosas se cuantifican en 108 y entre los puntos sensibles se citan el Servicio de Seguridad y Emergencia, el bien de interés histórico y etnográfico de las Salinas de Arinaga, la estación depuradora (EDAR) del Sureste, la gasolinera de Repsol, la zona de baño de Arinaga y la ZEC de la Playa del Cabrón.

En paralelo a El Balo, y separado por apenas un kilómetro, discurre el tramo de riesgo del barranco de El Polvo, entre el barrio de Balos, en Santa Lucía de Tarajana, el lado sur del Polígono de Arinaga y el mar. Es el que tiene más población en zonas inundables, 511 habitantes, y las zonas sensibles son las tres gasolineras de Texaco, dos parques infantiles y el EDAR del Sureste.

El barranco de Buenavista, en San Bartolomé de Tirajana, tiene el tramo de riesgo más corto. Empieza en los márgenes de la autopista GC-1, recorre la parte alta de San Fernando de Maspalomas y desemboca en la explanada donde se proyecta la construcción del Siam Park. El número de vecinos potencialmente afectados es de 84 y no existe ninguna infraestructura relevante.

Maspalomas

El barranco de Maspalomas, por el contrario, tiene hasta 40 zonas de vulnerabilidad, entre espacios naturales y establecimientos turísticos. Se han hecho dos cálculos sobre la población potencialmente afectada, uno con las precipitaciones máximas que se registran cada 100 años (259 vecinos) y otro para un periodo de 500 años (390 personas).

Los edificios turísticos en riesgo de inundación son los hoteles Palm Beach, Gran Residencia, Tabaiba Princess, Dunas Suite Maspalomas y Riu Maspalomas Oasis; y los apartamentos Veroles, Picnic, Green Oasis, Dunas, Foresta, Paraíso Tropical, Campo de Golf, Los Claveles, El Trigal, Espléndido, Tamara, Club Maspalomas, Tindaya, Osiris, Villas del Sol, Tara y Claveles Park.

Otras áreas vulnerables son el parque público infantil, cuatro zonas de aparcamientos, la playa de Maspalomas, el centro de salud Clínica Oasis, el parque público Oasis Palmeral Maspalomas, la Ciudad Deportiva Maspalomas, el centro comercial La Charca, el parque Ecocultural Tony Gallardo, el parque Skate, la Charca de Maspalomas, el centro comercial Oasis, el camino histórico, la zona de baño Maspalomas, la ZEC Dunas de Maspalomas y los Sebadales de Playa del Inglés.

El sexto barranco con mapa de peligrosidad es el de Puerto Rico, en el tramo urbano más cercano al mar, con 40 habitantes afectados. Entre los lugares relevantes se incluyen las piscinas públicas; los apartamentos Niza, El Greco, Sirena y Río Piedras; la playa, el puerto, dos parques públicos, el polideportivo, el aparcamiento y el centro comercial.

El Plan de Riesgo de Inundación, que se puede consultar en la página web y en la sede del Consejo Insular de Aguas, viene obligado por la normativa de la Unión Europea y tiene tres fases, según explicaron técnicos de ese departamento, que precisaron que en un primer documento se ha realizado una evaluación preliminar de los riesgos de inundación y se han identifican las áreas vulnerables.

Para determinar las zonas con un riesgo potencial se estudia la información disponible sobre inundaciones históricas, meteorología, impacto del cambio climático, planes de protección civil, ocupación actual del suelo e infraestructuras de protección frente a inundaciones existentes. También se establecen unos baremos de riesgo por peligrosidad para valorar los posibles daños.

En una segunda fase se elaboran los mapas de peligrosidad y de riesgo, que delimitan las zonas inundables, así como los calados del agua y los daños potenciales que una inundación pueda ocasionar a la población, a las actividades económicas y al medio ambiente.

Por último, se aprueba el propio Plan de Gestión, primero por el Cabildo y después por el Gobierno de Canarias, que tiene como objetivo "lograr una actuación coordinada de todas las administraciones públicas y la sociedad para disminuir los riesgos de inundación y reducir las consecuencias negativas de las inundaciones, basándose en los programas de medidas que cada una de las administraciones debe aplicar en el ámbito de sus competencias para alcanzar el objetivo previsto, bajo los principios de solidaridad, coordinación, cooperación entre administraciones y respeto al medio ambiente".

Aunque se identifiquen claramente las áreas de riesgo, el documento elaborado por el Consejo Insular de Aguas destaca que "en el resto del ámbito territorial de la Demarcación Hidrográfica de Gran Canaria se ha constatado que los daños que generan las avenidas no se restringen a unas zonas determinadas y fácilmente identificables a priori, sino que se extienden a la práctica totalidad del territorio".

"Tampoco se deben estos daños solo al desbordamiento de los cauces, sino que son frecuentes otros orígenes como la escorrentía de ladera, la inexistencia de obras de paso o la insuficiencia manifiesta de las redes de saneamiento o de las obras de drenaje de las infraestructuras de transporte", añade.

Para determinar los riesgos de inundación en las áreas urbanas de la costa se han evaluado las proyecciones de la subida del mar, a 100 y 500 años, por los efectos del cambio climático, y que, de confirmarse, afectarían a una buena parte de la población de la Isla.

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