Los conductores del Norte vuelven a quedar atrapados en la autovía por un monumental atasco. Los desprendimientos de piedras que se originaron desde las cinco de la mañana y las riadas de agua y barro en tres puntos negros localizados en uno de los túneles de Silva (Guía), El Altillo (Moya) y El Rincón (Las Palmas de Gran Canaria) obligaron al cierre durante la mañana de ayer de la carretera, cuando se registraba el mayor trasiego de vehículos de todo el día en dirección a la capital, coincidiendo con la hora en la que cientos de trabajadores van camino de sus oficinas, los estudiantes entran en las aulas y los pacientes tienen sus consultas médicas.

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La imagen era muy habitual hace unos años por culpa de unas carreteras sin capacidad para absorber el tráfico. Sin embargo, las miradas se desvían a las lluvias de los últimos días, que han servido para sacar a la luz las carencias que sufre la principal vía de comunicación.

Ni siquiera las obras acometidas en los últimos años por el Cabildo en los citados tres puntos afectados colocando mallas, muros de piedra y aliviaderos han servido para evitar el problema de ayer, tras unas lluvias torrenciales en algunos puntos.

"Lo peor de todo es que los operarios solo han limpiado el trazado, y que si sigue lloviendo en las próximas horas puede volver a repetirse este atasco", manifestaba ayer un afectado, que tardó tres horas en cubrir el recorrido de Gáldar a Las Palmas de Gran Canaria, cuando lo habitual es cubrirlo en media hora. Este caso se repitió en los cientos de coches que durante la mañana seguían el mismo recorrido.

Otra conductora manifestaba que había tardado dos horas y media entre el Albercón de la Virgen de Guía y la salida de El Pagador de Moya, ya que luego tuvo que renunciar a continuar porque ya iba a llegar tarde. No fue el único caso. Sin embargo, no podía darse la vuelta antes por la falta de puntos en los que abandonar la vía en dirección a la capital.

"Muchos salieron de los coches para estirar las piernas y sacaron los tuppers del desayuno", comentó una de las víctimas de este atasco.

Los conductores que circulaban a las cinco de la mañana ya se encontraron las primeras dificultades, debido a los desprendimientos en los túneles, el barro arrastrado en El Altillo y también en Costa Ayala.

El problema tuvo tres puntos negros. Por un lado, la caída de piedras en la salida del túnel de la variante de Silva, ocupando las rocas los dos carriles, pese a las obras acometidas hace unos años. A esto se sumó que un cable de alumbrado se soltó en el interior del túnel, según Carreteras, que alargó el cierre de uno de los carriles hasta que pudo ser sujetado.

El tráfico se paró por completo en El Altillo durante varias horas debido a que un muro de contención no aguantó la gran escorrentía de agua y barro, según el consejero de Carreteras, Ángel Víctor Torres, hasta que los operarios limpiaron la vía, usando para ello un tractor y camiones. Quedaría despejado sobre las 11 de la mañana. En la misma zona ya se habían acometido trabajos para reforzar el margen de la carretera, ya que en otras ocasiones se habían registrado estas mismas riadas de agua y barro de las laderas de la montaña. Por este motivo, se habían colocado mallas y muros de piedra para resguardar el asfalto. Algún operario reconoce que al realizarse obras en la zona alta se estaba precisamente facilitando la caída de barro.

Y, por último, en la zona en la que se encontraban las antiguas chabolas de El Rincón, en Costa Ayala, se producía un barrizal con piedras muy similar, que afectó a los dos carriles, por lo cual los coches se vieron obligados a circular por el arcén de la mediana, quedando despejado por completo sobre las 8.30 de la mañana.

Ángel Víctor Torres destacó, a pesar de todo, el trabajo de los operarios, y anunció que van a estudiar las razones por la que fallaron las obras correctivas que se habían ejecutado en esas zonas. Aunque admite que en muchas zonas las lluvias fueron muy copiosas durante buena parte de la madrugada.

El presidente de la Federación de Empresarios del Norte (Fenorte), Antonio Medina, señaló que la solución para evitar buena parte de estos problemas es ejecutar la nueva autovía de la costa.