El Instituto Nacional de la Seguridad Social ha reconocido a un bombero del Consorcio de Emergencias de Gran Canaria la condición de víctima de un accidente laboral al estar expuesto a riesgos biológicos, concretamente por haberse contagiado de la Fiebre Q. Esta decisión ha sido adoptada a iniciativa de la Federación de Servicios a la Ciudadanía de Comisiones Obreras Canarias. El sindicato señala que lo más grave del asunto es que el Consorcio, a pesar de haber sido informado de este tipo de riesgos por diversos escritos presentados por de los delegados de prevención, no adoptó ninguna medida.

El pasado mes de mayo, una dotación de bomberos del Consorcio asistió a la extinción de un incendio en una zona donde había excrementos de animales y basuras. Tras la intervención, los bomberos actuaron como siempre: se subieron con sus trajes contaminados al vehículo y, una vez llegados al parque tras la jornada, fueron guardados sin descontaminar.

Negativa a intervenir con equipos contaminados

Pasado unos días, uno de los bomberos comenzó a tener síntomas de fiebre, un episodio que duró días y que no remitía, por lo que asistió a un centro de salud. El facultativo, indagando en lo que había hecho en los últimos días, le realizó la prueba de la Fiebre Q, en la que dio positivo. Acto seguido se activó el protocolo médico y el bombero fue tratado de manera efectiva e inmediata, por lo que tuvo un final feliz después de varios meses de convalecencia.

Cuando el bombero estuvo repuesto, comunicó a sus delegados de prevención la situación, y estos, comenzaron a adoptar medidas. En primer lugar se informó al Consorcio de Emergencias de que se debían descontaminar trajes, taquillas e incluso la zona donde estas taquillas se ubican. De forma simultánea, los bomberos comenzaron una campaña de concienciación en el colectivo, de la cual surgió la negativa a seguir interviniendo con equipos de trabajo (EPIS) contaminados, dando lugar a episodios como los de Jinámar, donde un parque no pudo actuar por tener todo su personal los equipos contaminados de otras intervenciones. Además, se denunció la situación a la Inspección de Trabajo.

Aún sin solución al problema

El Consorcio de Emergencias aún no ha puesto solución al problema y, por esa desidia, se mantienen en los ocho parques del Consorcio las taquillas en lugares que están unidos a las zonas de viviendas del parque, se sigue sin contar con un procedimiento de descontaminación de EPIS y aun no se han adoptado medidas para evitar que un EPI contaminado en una intervención sea trasladado en el camión de Bomberos, contaminándolo todo.

Las propuestas que se están haciendo por parte de los delegados de Prevención son las de adquirir trajes de intervención y EPIS como cascos, botas, guantes, en un número mayor a la plantilla que tiene el Consorcio, para de esta manera contar con ropa de sustitución en el caso de que se contamine en una intervención, y a la llegada a parque, hacer uso de esta y no de los contaminados. Además, se está solicitando un procedimiento en el que los trajes contaminados sean apartados y guardados de manera hermética en bolsas estancas en la misma intervención hasta su descontaminación, para que todas estas partículas de agentes químicos, biológicos y cancerígenos a los que están expuestos los Bomberos, no sean trasladados a los parques, incluso, al resto de población en otra intervención en la que se vean obligados a intervenir con EPIS contaminados.

Excrementos y otras emanaciones

Hay que recordar que la Fiebre Q afecta a los bomberos en sus intervenciones y la transmisión se suele producir por inhalación de polvo contaminado por esporas de animales descompuestos, excrementos, basuras, e incluso, por garrapatas. Tratada a tiempo no conlleva mayor complicación, pero en ocasiones puede ser grave y ya existen casos de personas que han fallecido por ella.

Ahora, con el precedente de la decisión del Instituto Nacional de la Seguridad Social, FSC-CCOO espera que el Consorcio resuelva de manera inmediata todas las denuncias interpuestas en relación con los EPIS. En particular, exigen que no puedan ser usados tras su contaminación, que no puedan ser trasladados a sus casas aunque estén descontaminados. La guardia y custodia de estos equipos de trabajo, así como su limpieza y descontaminación, es, según la normativa vigente, responsabilidad exclusiva del empresario, en este caso la administración pública del Consorcio que depende del Cabildo de Gran Canaria.