El fiscal solicitó 13 años y medio de cárcel a una mujer que apuñaló a su novio tras tener una discusión el 12 de agosto de 2016 en la calle Madroño, en Balos (Vecindario), del término municipal de Santa Lucía de Tirajana.

El ministerio fiscal reveló en su escrito que Rebeca G. F., que tenía 43 años en el momento de los hechos, estaba en el domicilio que compartía con su pareja sentimental y sobre las 19.30 horas, después de tener una discusión con la víctima, cogió un cuchillo que tenía en su habitación y "de forma sorpresiva se dirigió al salón" y se lo asestó al agredido.

La mujer, tras apuñalar a su novio con el arma blanca, cuya hoja era de 23 centímetros de longitud y 4,5 centímetros de ancho, le ocasionó una herida en la región esternal derecha del tórax con sección en la arteria intercostal, una lesión en el pulmón derecho, diafragmática y hemotórax con traumatismo en otros órganos intratorácicos y de vasos sanguíneos de tórax.

A consecuencia de esto, la víctima requirió de intervención quirúrgica consistente en drenaje pleural, sutura de arteria y cierre por planos de la herida que precisó ingreso hospitalario durante siete días, así como de 33 para su curación, de los cuales 23 fueron impeditivos para realizar sus ocupaciones habituales.

De igual forma, las heridas le ocasionaron un perjuicio estético ligero debido a una cicatriz postquirúrgica lineal de 19 centímetros de longitud, una de cuatro por un centímetro en la región torácica derecha, dos de tres centímetros en la región torácica derecha anterior y otra de dos por un centímetro en la región torácica derecha posterior, todas ellas hipopigmentadas.

La mujer le confesó a los agentes que acudieron al lugar, que era la autora de los hechos y que si la víctima no era para ella, tampoco lo era para nadie, así lo informó la Guardia Civil en una nota de prensa el día de los hechos.

El informe forense realizado al perjudicado reveló que las "lesiones supusieron un grave riesgo para la vida del hombre y que probablemente hubiese fallecido de no haber recibido asistencia médica inmediata".

Además, según lo informado por la Guardia Civil en la nota de prensa, por la gravedad de las heridas, la víctima debió ser trasladada de inmediato al Hospital Universitario Insular de Gran Canaria, donde fue intervenido de urgencia la noche de los hechos. También señalaron que su vida corría grave riesgo al momento de entrar en quirófano.

Fueron dos patrullas del Instituto Armado las que recibieron el aviso del Centro Coordinador de Emergencias (Cecoes 112) sobre un caso de violencia doméstica, en la que se había usado un arma blanca para cometer la agresión.

El hombre, para cuando llegó el Instituto Armado, ya estaba siendo atendido por una ambulancia del Servicio Canario de Salud. Así, una de las patrullas colaboró con los equipos de emergencia para salvar la vida del agredido, mientras que la otra se ocupó de esclarecer lo sucedió esa tarde.

A pesar de confesar los hechos, la autora no concretaba a los agentes qué tipo de arma había utilizado para consumar el ataque. En un primer momento, afirmó que había utilizado unas tijeras pequeñas, un relato que no concordaba ya que las heridas que presentaba su pareja eran de un tamaño considerable.

Por ello, los guardias civiles realizaron una búsqueda en el domicilio y dieron con un cuchillo que estaba oculto en un pasillo, que sí coincidió con las lesiones del hombre.

Rebeca G. F. fue detenida ese día en el lugar de los hechos, sin embargo, tras su traslado a los Juzgados de San Bartolomé de Tirajana fue puesta en libertad, ya que no pesaba sobre ella una denuncia previa.

Petición de condena

El Ministerio Fiscal calificó los hechos como un delito de asesinato en grado de tentativa, a pesar de ser manejado en un principio como intento de homicidio. Además, relató que concurre en la acusada el agravante de parentesco.

Por lo cual, solicitó una condena de 13 años y seis meses de prisión, la inhabilitación absoluta durante el tiempo de condena y abono de las costas. Así como la prohibición de comunicación por cualquier medio y aproximación a la víctima a una distancia no inferior de 500 metros por un tiempo de 16 años. También solicitó que el agredido sea indemnizado con 9.028,56 euros por las secuelas generadas, la intervención quirúrgica y los 40 días que tuvo de incapacidad debido a las lesiones.