"La situación es insostenible. Si seguimos con cortes de luz diarios desde el inicio del curso, con un sistema eléctrico obsoleto, no daremos el próximo curso. No contamos con las condiciones mínimas para trabajar ni garantías de seguridad". Así de tajante se mostró Vicente Suárez, director del Centro Integrado de Formación Profesional (CIFP) Villa de Agüimes, centro que tiene 1.200 alumnos, un centenar de profesores y trabajadores, 400 ordenadores, hornos y congeladores.

Sus declaraciones se deben a la situación por las carencias técnicas que sufren en la actualidad. El edificio fue construido hace unos cuarenta años, fue en un primer momento un centro de Educación Infantil y de Primaria, luego se convirtió en un Instituto de Educación Secundaria (IES) y después pasó a ser el actual CIFP Villa de Agüimes.

"Uno de los principales problemas son los cortes de luz, pero suman otros", señaló Vicente Suárez. "Los tiempos cambiaron mucho respecto al uso y las necesidades de energía eléctrica. Tenemos el sistema antiguo que era para un centro de Infantil y Primaria, y ahora es para un centro integrado con tantos ordenadores y equipos eléctricos", explicó el director.

Vicente Suárez destacó que "la raíz del problema es que desde la Consejería se determinó que hace falta invertir 600.000 euros para arreglar la instalación eléctrica del edificio para luego hacer la conexión con el inmueble anexo que está cerrado. Nada se ha hecho".

La vicedirectora del CIFP Villa de Agüimes, Eloísa Espino, recordó que "al lado está el edificio anexo para el centro, que se terminó el año pasado pasó, en gran parte con fondos europeos, pero el Gobierno canario no nos lo entrega para su uso y tanta falta nos hace". Respecto a cómo está el inmueble donde trabajan destacó "el mal estado del cuarto eléctrico principal, con filtraciones y goteras". "Muchas de las aulas de la tercera planta están sin luz. En mi departamento de Idiomas y de Sanidad están los cables desnudos porque no se pueden instalar las luces LED. No funciona el neutro y la corriente puede pasar de 220 a 360 voltios en cualquier momento", agregó.

Otra dificultad es que el aljibe se encuentra obsoleto, tiene filtraciones y pérdidas de agua. Por eso, la dirección del centro tiene planeado alquilar un depósito de 2.000 litros para poder vaciar y reparar el otro. Otra carencia del inmueble es la del ascensor, al tiempo que sí cuenta con uno el edificio anexo. Por ello, el actual centro adaptó aulas del primer piso para profesores y alumnos con problemas de movilidad. "Funcionamos bien en lo organizativo y en la docencia, sin embargo este centro está abandonado en la infraestructura", manifestó Suárez.