Se ha ganado a pulso el título del agente más amable de las islas. Cada mañana, mientras ordena el tráfico, en un paso de cebra de un colegio, choca la mano a cada uno de los alumnos que pasan a su lado. Y siempre lo hace con una sonrisa.

El gesto surgió hace más de 10 años para convencer a un niño que no quería entrar al cole. "Empecé a jugar con él y empezamos a chocar las manos", dice Pepe. Funcionó la estrategia y llega hasta hoy en forma de saludo a la llegada a clase de muchas generaciones de Gáldar. "Los niños son muy agradecidos", declara el policía. Y también algunas madres. Por ejemplo Juani, de origen chino y con tres hijas a las que Pepe saluda a diario. Como en China no la creían cuando contaba que había un policía tan majo y cercano decidió grabar y poner las imágenes en las redes sociales. Los vídeos los han compartido ya más de 3.000 personas haciéndose eco de la actitud de Pepe, un ejemplo de autoridad bien entendida.