La Provincia - Diario de Las Palmas

La Provincia - Diario de Las Palmas

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

La felicidad de un verano en Gran Canaria

Más de 60 niños saharauis se benefician del programa solidario 'Vacaciones en paz'

10

Recibimiento a los menores saharauis que pasarán el verano en Gran Canaria

María García tiene solo 22 años, pero a pesar de su juventud siempre tuvo claro que formaría parte de la red de familias que cada verano acogen a menores saharauis. Desde pequeña veía cómo una prima de su madre los acogía y ella solo deseaba poder hacer lo mismo "pero no era decisión mía porque vivo en casa de mis padres", lamenta. En plena juventud universitaria, uno solamente se plantea disfrutar la vida sin tener ninguna otra responsabilidad más que sacar esas asignaturas que tanto deseas quitarte de encima. Pero María es diferente. Hace tres años consiguió convencer a su familia de esa necesidad que ella tenía de contribuir en la causa y así fue como la pequeña Mariam llegó a su casa de Teror, donde ahora pasará su tercer verano. "Ella es la precursora", asegura felizmente su madre Yolanda.

Las reacciones de las amigas de su hija en un principio eran de incredulidad. María recuerda cómo le decían:"¡Ay, pero tan joven y traes a una niña!". Ahora Mariam también se ve con su grupo de amistades, en la playa o en donde cuadre. "Yo le pregunto si prefiere quedarse en casa o venir y ella quiere salir conmigo". "Son niños que no tienen lo que tenemos nosotros. Los ves que vienen y esto es un mundo para ellos", reflexiona María, para quien la experiencia es "muy gratificante".

Mariam es una de las casi 60 niñas y niños saharauis que viven en los campamentos de refugiados de Tinduf, al suroeste de Argelia, y que el pasado lunes llegaron a Gran Canaria para pasar el verano. La iniciativa, desarrollada en el marco del programa solidario Vacaciones en paz, permite a los menores alejarse de las condiciones extremas de calor de la zona, disfrutar de un verano divertido y acceder a una revisión médica. En el día de ayer, muchos de ellos se acercaron hasta el Cabildo de la Isla, donde los menores fueron recibidos por las autoridades, quienes les prepararon una fiesta de bienvenida.

Allí, en el patio de la Casa Palacio, el ambiente era festivo. Los chiquillos y chiquillas reían y bromeaban los unos con los otros mientras bebían un vaso de refresco y se comían algún que otro dulce. La mayoría ya se conocen porque han participado en el programa en años anteriores y en la Isla no solo realizan actividades con sus familias de acogidas, sino que también participan en las organizadas de manera conjunta.

"Vamos a Aqualand, a Palmitos Park y al Loro Parque y a las actividades que hace también la Asociación de Ayuda al Pueblo Saharaui", cuenta David, un vecino de Arucas que ha viajado hasta los campamentos de Tinduf y que, desde hace tres veranos, tiene en acogida a una niña a la que le encanta ir a "la playa y la piscina", cuenta.

A Nira León, de Vecindario, la inquietud por ayudar le viene desde la infancia, como a María. De pequeña jugaba con las niñas saharauis que una de sus vecinas a la que "quiero como una abuela" acogía cada verano. "Entablé amistad con todas las que trajo, unas cuatro o cinco", recuerda. "A partir de ese momento yo supe que cuando pudiera hacerlo no iba a tener ningún problema en decidirme. Ya soy mayor, tengo mi trabajo y me lo puedo permitir", explica, al tiempo que sostiene que "seguiré haciéndolo mientras pueda".

Nieves y Mari Pino, dos amigas de la infancia, tienen a Sidahamed y a María en acogida desde hace tres años. María cuenta que aquí tiene "muchas amigas" y que va a un "cursillo de verano". Sidahamed, por su parte, dice que le gusta ir a "la playa, a la piscina y jugar al baloncesto". Y ambos coinciden en que están felices de pasar aquí el verano con sus familias de acogida.

Cada vez que estos niños llegan a la Isla lo hacen cargados de ganas y de ilusión, aunque para aquellos que es la primera vez la barrera del idioma se pueda volver un hándicap. Nira comenta que cuando su niña llegó, tenían que comunicarse por señas porque no lograban entenderse. Otras familias recurren a las imágenes e incluso al diccionario. Al principio, puede resultar difícil, pero "los niños son como esponjas", dice. Pasado un mes, ya comienzan a hablar en español.

Convivencia

María se ríe cuando recuerda cómo eran los diálogos con Mariam: "Aprendió español aquí. Con señas y traductor nos íbamos entendiendo y ahora hay que pararla para que no hable", cuenta. Su madre Yolanda dice que la niña reproduce sus gestos, que absorbe todo lo que ve y escucha y que no para de repetir expresiones como "¡ay mi madre!" porque las oye en la casa.

Las familias son "parte fundamental de este proyecto de carácter humanitario", asegura Mohamed Said, subdelegado del Frente Polisario en Canarias, quien agradece "la generosidad que cada año tienen para abrir de forma solidaria sus hogares para estos pequeños que vienen de un lugar que, prácticamente, podemos decir que es el más inhóspito del planeta. Según los partes meteorológicos de la televisión, las temperaturas superan los 50 grados a la sombra", detalla.

La Asociación Canaria de Solidaridad con el Pueblo Saharaui es el motor de la iniciativa Vacaciones en paz, que lleva ya alrededor de 40 años ayudando a los niños saharauis de entre ocho y 13 año de los campamentos de refugiados de Tinduf y del cual se benefician, en todo el territorio nacional, "unos ocho mil o nueve mil niños de media al año", tal y como aseguró en el día de ayer, durante la recepción, Carmelo Ramírez, consejero de Solidaridad Internacional. En el caso del Archipiélago, Ramírez espera que "la estancia sirva para ir estrechando los lazos históricos del pueblo canario y el pueblo saharaui", sostiene.

El presidente de la Asociación, Octavio Melián, destaca que Vacaciones en paz es un "hermoso proyecto de solidaridad" que hace posible que los niños pasen "unas vacaciones con familias canarias, con el amor y el cariño propio de la buena gente de nuestra tierra". Los pequeños disfrutarán de la Isla hasta el próximo septiembre, mes en el que volverán a coger un avión con destino a Tinduf, donde sus familias de origen les esperan con ganas y los brazos abiertos.

Compartir el artículo

stats