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Arucas

Piezas de barro en Arucas que hablan por sí solas

Arucas organiza una exposición que alberga 60 piezas de barro canarias l Dan cuenta de la economía, tradiciones y gastronomía de las Islas

Selección de loza de barro que se muestra en la Casa de la Cultura de Arucas. josé pérez curbelo

Pocas veces pensamos que un artilugio de cocina pueda contener información que vaya más allá de la propia utilidad para la que fue diseñado. Con las piezas de loza de barro canarias sucede todo lo contrario: nos hablan de toda la historia del Archipiélago, razón que las hace tan singulares y únicas. "Con una sola pieza de barro cocido podemos hablar de la economía de Canarias, de su gastronomía, del devenir histórico de las islas, de los intercambios y de la tradición", explica Carlos González, concejal en el Ayuntamiento de Arucas. La exposición 'Loza de barro de Gran Canaria: cerámica tradicional elaborada a mano' que acoge la Casa de la Cultura del citado municipio alberga alrededor de 60 de estos utensilios que datan desde 1850 hasta la actualidad.

"No podemos entender Canarias sin la producción de esta loza", asegura González, quien añade que "la alfarería va a ser una constante desde el siglo XVI hasta el XIX". Tampoco se puede concebir sin el papel de las mujeres, que hasta hace poco más de 20 años seguían trabajando el barro."Gran Canaria es una isla que tiene una enorme tradición locera muy vinculada a la incorporación de la mujer al trabajo", sostiene. Tradicionalmente, han sido ellas las que se han encargado de elaborar piezas de todo tipo, desde tinajas hasta recipientes para guardar el gofio, pasando por tallas y bernegales para agua, tostadores de café y cazuelas de diversos usos.

Se trata de toda una producción estrechamente vinculada a la gastronomía canaria, de cuyos elementos hay uno que destaca por su utilización en actividades rituales. "Hay una pieza que toma la forma de un cuenco que se utilizaba el día de la Virgen y que era usado de manera específica para contener un puchero que se cocinaba para ese día. Hablamos casi de elementos rituales en los estantes de casa", desvela González. Elementos que, además, tienen una importancia cultural trascendental pues son el resultado de una confluencia de corrientes artísticas "que van desde la tradición prehispánica de los antiguos canarios hasta la influencia ibérica que incorporamos tras la conquista", sostiene el concejal aruquense.

Todas estas cerámicas presentan un "valor incalculable", tal y como asegura González. Son piezas de gran calidad que comenzaron a confeccionarse debido a las crisis económicas que azotaban el Archipiélago. "Los niveles socioeconómicos bajos implican que no entren elementos que tú puedes comprar y tampoco hay una economía suficiente como para comprarlos en el exterior", explica al tiempo que añade que "esa situación te obliga a la elaboración propia. Es aquí donde está la cimiente de esta producción alfarera y de loza". La economía de subsistencia supuso, además, que las piezas de barro se convirtieran en instrumentos de trueque. "Cambiaban loza por todo tipo de elementos", cuenta.

Hay un momento álgido en la historia de la alfarería canaria que comenzó en el siglo XVII con la exportación de la misma hacia América, la Península y el Norte de África, que se convertirán en los principales mercados para este producto. En el caso del Viejo Continente, la llegada de nuestra cerámica estuvo igualmente relacionada con la emigración. "Uno se va pero se lleva elementos consigo", explica González. Ello derivó en la utilización de nuestras tradiciones a la hora de elaborar las piezas al otro lado del charco. "Hay muchos elementos en la loza americana que podemos atribuir a Canarias", añade el concejal.

A día de hoy, la tradición alfarera está casi extinta. Apenas quedan personas que se dediquen a ello. Ahora, la producción se centra en confeccionar loza destinada a un uso decorativo. González entiende que es lo que sucede con cualquier elemento antiguo pero, frente a ello, actúa para evitar su olvido. Exposiciones como esta, argumenta, "acercan los oficios tradicionales a la población" y buscan "la concienciación sobre la importancia de este arte y de cómo conservarlo y potenciarlo, de entender qué hay detrás de todo esto".

La exposición ha sido organizada por el Ayuntamiento de Arucas, institución que ha aportado algunas de las piezas, en colaboración con la Asociación Cultural Salsipuedes y los coleccionistas Iván Quintana y Jorge Hernández, de quienes procede la mayoría de la loza. Debido a la buena acogida, la fecha inicial de cierre prevista para el día 26 se amplía hasta finales de verano.

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