Las reacciones por parte de los empresarios del sector turístico de la isla ante la pelea multitudinaria del pasado fin de semana en el Centro Comercial Plaza de Maspalomas no se han hecho esperar. "Aunque no corrió la sangre, las imágenes que circulan por las redes son suficientes para echarnos abajo años de duro trabajo en la zona", asevera Tom Smulders, presidente de la Asociación de Empresarios de Alojamientos Turísticos (AEAT).

Las reyertas en las zonas turísticas del Sur son constantes, sobre todo en las inmediaciones del citado centro comercial y en las discotecas que alberga. De hecho, solamente durante el fin de semana pasado fueron tres las protagonizadas por grupos de jóvenes que se propinaban puñetazos y patadas.

Los apartamentos y hoteles que se encuentran en los alrededores del centro comercial están ocupados por familias canarias que buscan descansar y disfrutar de sus vacaciones. Este verano, además, se da la particularidad de que "tenemos más familias que otros años", asegura Smulders. Sin embargo, el descanso se ve afectado por la mala imagen que considera que ya está dando este área turística.

Escasa presencia policial

Smulders denuncia que en la vía pública se venden y consumen estupefacientes y que algunos locales nocturnos no cumplen con los horarios establecidos, prolongándose su apertura hasta altas horas de la madrugada. Asimismo, asegura que el nivel de la música de algunas discotecas supera el máximo de decibelios permitidos. A este respecto, advierte que "con la entrada del nuevo gobierno, los empresarios están comprobando hasta dónde pueden llegar".

La problemática se agrava por la falta de efectivos policiales en la localidad, hecho que impide lidiar con el desenfreno que cada noche de verano tiene lugar en San Bartolomé. "El municipio está infradotado de policías municipales", denuncia. "Todos hacen lo que pueden, pero se necesitan 30 ó 40 agentes más". Ante ello, afirma que "necesitamos la implicación de la Policía Nacional".

Smulders asegura que "la situación exige un análisis profundo", por lo que ya se ha reunido con los nuevos concejales para tratar de buscar una solución al problema y conseguir que San Bartolomé se configure como un destino turístico "sano y seguro".

El empresario compara la situación que se vive en el sur de la isla con la desatada en Magaluf, localidad mallorquina de peregrinación del turismo barato, las borracheras y las peleas. Advierte que si no se toman las medidas necesarias, San Bartolomé podría sufrir el mismo proceso de degradación que ya experimentó Magaluf hace años y por el que es conocido a día de hoy.