La Provincia - Diario de Las Palmas

La Provincia - Diario de Las Palmas

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Agüimes

El inesperado café de Agüimes

El ingeniero agrónomo Juan Rodríguez cultiva este grano en una finca a los pies del Roque Aguayro l De la primera producción obtuvo 200 kilos de la variedad caturra

El inesperado café de Agüimes yaiza socorro

A los pies del Roque Aguayro, en el municipio de Agüimes, brota café. Y aflora en una tierra extraña para este tipo de cultivos, pues las plantaciones de café necesitan una altura mínima de 650 metros y condiciones de humedad, entre otras características, factores que no se dan en este enclave del sureste de la Isla. Esfuerzo, ensayo y error, paciencia y mucha constancia han sido las claves de Juan Rodríguez, ingeniero agrónomo, para lograr el primer café, de variedad caturra, producido en la mitad sur de Gran Canaria con granos procedentes de Guía y que se comercializa solo en su municipio. "El secreto está en saber escuchar a la planta", afirma.

O la planta se expresó demasiado bien, o Juan tiene un oído muy fino, pero lo cierto es que en apenas cinco años ha logrado producir y cosechar un café que empieza a convertirse en emblema gastronómico de Agüimes.

La primera plantación la hizo en la víspera del día del Pino de 2014 con unas pocas plantas que se llevó el viento. Ahora, un lustro después, vende su primera producción, cosechada en los últimos meses del año pasado, y que alcanzó los apenas 200 kilos; una cantidad limitada pero que convierte a este café en un producto exclusivo.

Finca Jalurana, que así se llama el café, se nutre de las 250 plantas que ahora mismo tiene en producción bajo una malla en una extensión de tierra ubicada en suelo agüimense. Cafetales, todos, cargados con granos más grandes de lo habitual que alcanzan el tamaño de una aceituna, como consecuencia de la alta concentración de sales en el agua con que se riegan.

Conductividad del agua

Junto a esas plantas, Juan ha cultivado 200 ejemplares más que aún están en fase de crecimiento y en breve plantará otros 200 cafetales. Tiene ahora cultivada una superficie de mil metros cuadrados que ampliará a tres mil en los próximos años. Y el resultado de todo ese trabajo, en forma de grano o molido, se comercializa en el municipio a través del museo gastronómico Aragüeme, que regentan Laura Cabrera y Rocío Álvarez.

La idea de cultivar café en Agüimes nació a raíz de una conversación con otras personas con pequeñas fincas de café en el norte. "Me dijeron que lo plantase, que me sorprendería, pero a mi me parecía imposible que una planta que necesita altura, humedad y sombra brotase en este sitio, que es más caluroso, sin humedad, con viento, sin árboles que abriguen al cafetal y a tan solo 250 metros de altura", explica Juan Rodríguez. Y así lo hizo. Tardó más de un mes y medio en que la planta comenzase a desarrollarse. En tierra hostil.

Este agricultor con título, como él mismo se define, sostiene que hay que escuchar a las plantas para saber qué necesita el cultivo. "Las plantas hablan, así que un día me vine a la finca y me senté", relata, "me decían que les faltaba nitrógeno o calcio, así que ajusté el abono y las plantas empezaron a abrirse".

Reguló además parámetros como la humedad con la colocación de unas mallas, con el agua, que presenta una gran conductividad al tener una alta concentración de sales, y aumentando la densidad de la plantación. Así, hay espacios en la finca en donde los ejemplares están más unidos entre sí. Las plantas alcanzan los tres metros de altura, aunque pueden llegar a crecer hasta los seis metros.

Realizando esos ajustes en el abono que proporciona a su plantación, el resultado ha sido un café denso, de sabor dulce con acidez tropical, sedoso en boca, con toques de maracuyá y frutas frescas, y de aroma y gusto intenso. Y a pesar de que hoy lo comercializa en paquetes de 250 gramos, lo cierto es que este café agüimense empezó a degustarse a través de la cerveza artesanal Galotia, una marca que trabaja uno de sus sobrinos. Y del mismo nombre que dará a una edición especial de café que saldrá a la venta en octubre.

Las plantas de este inesperado café cosechado en Agüimes tiene una producción tal que aún no habiendo terminado de brotar la cosecha ya empiezan a nacer las flores de la siguiente producción. Y en ello, además del agua rica en nutrientes, la clave está, apunta Juan Rodríguez, en despuntar y en eliminar el grano defectuoso a tiempo, es decir, en prescindir de aquellos granos verdes o maduros que reducirían la calidad del producto final y recolectar solamente el grano rojo. De cada árbol se obtienen aproximadamente 10 kilos de frutos que quedan en un kilo una vez apartados los que no son aptos.

De beneficios económicos este ingeniero agrónomo aún no puede hablar. "El beneficio de la primera producción ha sido cero, ni siquiera me ha dado para cubrir los costes", relata Juan, quien espera comenzar a ver ganancias a partir del próximo año. Es a partir del mes que viene cuando comenzará a recolectar la nueva producción, ocho meses después del nacimiento de la flor.

El café de Finca Jalurana cuenta con el reconocimientos de importantes profesionales del sector, como el barista grancanario Iván Pérez, el actual campeón de España de baristas, Luis Blanco, o Damián Seijas, el ganador del título el año pasado y embajador de una reconocida marca internacional de café.

Con esta producción y estos reconocimientos, Juan Rodríguez rechaza que Agaete sea el único lugar de Europa donde se cultiva café. "Es una variedad distinta, a una altura diferente y son varios productores, y yo soy solo uno; Agaete tiene buenos y malos cafés, pero no es el único de Europa, porque hay también en Guía, en Tenerife y en La Palma".

En este sentido, el agricultor asegura que no compite ni contra Agaete ni contra América Latina, sino contra sí mismo. "Si todos hacemos un buen producto, no habría café para todos porque sería muy demandado", afirma.

Mientras, vende solo su producto en Agüimes, para la gente del municipio y para todos los que lo visitan porque, dice, "el desarrollo rural debe implicar el desarrollo local". Y para de ese desarrollo llega con aroma a café. El café inesperado de Agúimes.

Compartir el artículo

stats