El incendio que arrasa la Cumbre de Gran Canaria desde la mañana del pasado sábado se inició por la imprudencia de José S. R., de 55 años, quien comenzó a soldar una puerta metálica a la entrada de su finca, en una jornada en la que el termómetro rozaba los 30 grados. El vecino del barrio artenarense de Las Peñas, detenido horas después de que comenzara el fuego, pasó ayer a disposición judicial en el Juzgado número 2 de Arucas y se enfrenta a un delito de incendio forestal.

José S. R., quien fue candidato a concejal del PP en el Ayuntamiento de Telde en anteriores legislaturas, pertenece a una familia muy conocida y querida del municipio cumbrero. Algunos vecinos relatan que cuando tuvieron conocimiento de la tarea que estaba desempeñando no daban crédito a lo que veían e, incluso, le advirtieron sobre los peligros que conllevaba su actividad.

Las escasas lluvias del año, las altas temperaturas y el ligero viento que reinaba en la zona, propiciaron que las llamas arrasaran en las primeras horas 112 hectáreas, aunque el último informe hablaba anoche de aproximadamente 1.000 hectáreas afectadas.

Una vecina de Las Peñas fue la primera en alertar a los servicios de emergencia a través de una llamada al 112. Desde que dio la voz de alarma hasta que llegaron los helicópteros, según la mujer, pasó un tiempo que se le hizo eterno.

La puerta que abrió el desastre permanece en el lugar en el que se originó el incendio, rodeada de un paisaje completamente carbonizado, en el que todavía se podían ver ayer pequeñas columnas de humo. Junto a ella, erguido uno de los postes que la iba a soportar y otro tirado en el suelo con el sistema de sujeción a la vista, muestra de que los trabajos fueron interrumpidos de forma inesperada.

En el mismo barrio de Las Peñas, un vecino perdió a sus perros entre las llamas y su tractor quedó inservible por los efectos del fuego. Ayer por la tarde, cables de la luz caídos cruzaban las calles colindantes a la finca en la que comenzó el incendio y operarios de Medio Ambiente se esforzaban en enfriar la zona con cubas de agua, puesto que todavía había puntos en los que se podían ver conatos del fuego.

Cuando se descontroló el fuego, saltó la carretera GC-21 -a pocos metros de la finca de José S. R.- y llegó al área de Los Moriscos. Con la entrada de la noche, los efectivos aéreos pararon de trabajar y el incendio parecía controlado pero, debido a las condiciones meteorológicas adversas, las llamas rebosaron la ladera por la que subían y las brasas comenzaron a caer al fondo de la caldera de Tejeda. Esto propició que el fuego se extendiera hacia el pueblo de Tejeda y Artenara. Además, se reavivó la zona controlada en Las Peñas y el incendio comenzó a caminar hacia Juncalillo.

Los barrancos de la zona actuaron como chimeneas y canalizaban el fuego, algo que facilitó su propagación. Por este motivo, los efectivos de emergencia actuaron en los barrancos de Artenara y Gáldar de forma preventiva con el objetivo de evitar que las llamas llegaran a Tamadaba.