El fuego ha entrado en Tejeda. ¿Cómo está la situación?

Los medios de extinción han estado trabajando durante todo el día para hacerle frente al fuego y lograr que no alcanzase el pueblo, pero cuando los medios aéreos habían abandonado la zona las llamas se nos echaron encima. El fuego ha cruzado la GC-15 y es imparable. La sensación de impotencia es muy grande; la incertidumbre es muy grande y no sabemos qué daños puede ocasional. Necesitamos que esta acabe ya esta pesadilla".

Lo dice muy emocionado.

Ya es demasiado. Hay que estar arriba y ver cómo están ardiendo esas cumbres. Y lo peor es que no se puede controlar. El viento sopla con tanta fuerza y las temperaturas que tenemos en la Isla en estos días son tan altas que es imposible controlar el avance de las llamas. Tenemos todos los condicionantes en contra y no podemos hacer nada hasta que cambien las condiciones meteorológicas. Lo estamos teniendo muy difícil.

Dijo la semana pasada, tras la primera evacuación, que la peor decisión que ha debido tomar como cargo público es la de expulsar a los vecinos de sus casas. ¿Cómo se hace eso dos veces?

Imagínese. Muchas veces lo hago con las lágrimas en las mejillas y haciendo de tripas corazón. Tenemos que llegar a la vecindad, porque hay vecinos que incluso se han llegado a sentir molestos, pero les hemos explicado que la realidad y la situación en que nos encontramos es muy dura. No podemos ocultarle a los vecinos lo que está ocurriendo en la zona norte de la Isla. Lo peor que tenemos es la incertidumbre, porque este fuego es peor y mayor que el anterior.

¿Qué diferencia este incendio forestal

Es completamente distinto. Está avanzando por la zona norte y en el terreno hay mucho material de combustión. Además, las condiciones meteorológicas son más complicadas que la semana pasada. Lo complicado es que ha alcanzado pinar y ya ha entrado en Tamadaba.

¿Cómo fue esta evacuación?

Fue un desalojo tranquilo por un lado, pero con mucho nerviosismo y apresurados por otro. Cuando surge una emergencia no hay tiempo para parar.

Cuando el martes regresaron a Tejeda y vio las Montañas Sagradas de Gran Canaria quemadas, ¿qué le pasó por la cabeza?

Se pasa muy mal cuando ves que el terreno se está quemando y acaba todo negro. Pero por suerte podemos contar que hasta ahora no tenemos desgracias personales, que es la prioridad del centro de coordinación. Obviamente también queremos evitar las desgracias materiales, pero eso ya es secundario.

El fuego ha vuelto a pasar por El Rincón y El Majuelo, dos de las zonas más afectadas por el primer incendio.

Sí, y ha vuelto a arrasar la zona porque la semana pasada avanzó hacia un sector y en esta ocasión lo ha hecho hacia el lado contrario; la zona es muy grande y el cañaveral que existe ahí es tan inmenso que el fuego ha tenido mucho combustible para quemar y aún le queda.

Desde el incendio anterior hasta y hasta el pasado sábado han continuado las labores de extinción en la zona.

Se ha estado refrescando la zona y estaba controlado, y hasta las tres de la madrugada de ayer el fuego no era tan virulento; había una franja en que las llamas avanzaban lentamente e incluso llegamos a ser optimistas y pensamos que al amanecer podríamos apagarlo. Pero a las cuatro aumentó la velocidad del viento y modificó el recorrido del fuego.

¿Qué hacia y que pensó cuando le volvió a sonar el teléfono?

Estaba pasando un rato agradable con mi familia. Cuando me enteré se me cayó el mundo. No me creía que volviese a suceder.