Gran Canaria llora. El incendio que la tarde del pasado sábado se originó en el pago vallesequense de Cueva Corcho es destructible y avanza imparable hacia el Parque Natural de Tamadaba, donde entró en la tarde de ayer y tiene "vía libre" para caminar; Llanos de la Pez e Inagua, los tres pinares más importantes de la Isla, según avanzó anoche el director técnico de Emergencias del Cabildo de Gran Canaria, Federico Grillo. Además, había dejado atrapados a unos 40 vecinos de Artenara, que se vieron rodeados por varios frentes sin poder abandonar el pueblo por lo que, al cierre de esta edición, permanecían en la Casa de la Cultura a la espera de poder ser rescatados. El fuego arrasaba a las seis de la tarde de ayer unas 3.400 hectáreas de siete municipios antes de que cayera la noche, cuando se recrudeció en varios flancos y entraba en el casco del pueblo de Tejeda por lo que la cifra de la superficie afectada "aumentará notablemente". Un total de 5.000 vecinos han sido desalojados y se prevé que numerosas casas resulten afectadas por la acción de las llamas. Y los pronósticos meteorológicos para hoy no son nada halagüeños: se esperan temperaturas por encima de 30 grados, vientos que podrían superar los 50 kilómetros por hora y humedad en el ambiente por debajo del 30%; un combo que ayuda a avivar un incendio que ha generado llamas de hasta 50 metros de altura.

La situación no puede ser más pesimista. "El ser humano no pude hacer más. No es un problema de coordinación, es un problema de capacidad, el ser humano no es capaz de detener una tormenta de fuego como la que estamos teniendo", declaró Grillo, quien explicó que los medios terrestres apenas pueden actuar debido a la fisonomía que ha formado el propio incendio: grandes columnas de humo, lanzamiento de cenizas y brasas a decenas de metros, y enorme llamaradas. Esto genera lo que se denomina "zonas de fuera de capacidad" o de "hombre muerto", que puede suponer que los efectivos queden atrapados dentro del incendio. Es lo que ocurre en Tamadaba, donde, como lo definió el técnico del Cabildo, el fuego tiene "vía libre" para introducirse en el pinar e incluso continuar por Acusa y en dirección a La Aldea. "Meter medios allí es un suicidio" al existir posibilidades de atrapamiento, apostilló el técnico. Es decir, nadie podía atacar anoche las llamas dado que sólo hay una carretera de acceso al pinar, por lo que los recursos se veían en la obligación de esperar a esta mañana para actuar mediante los medios aéreos desplazados, más numeroso que "nunca", dijo el presidente del Gobierno de Canarias, Ángel Víctor Torres. En total, trabajaran 14 aparatos: cuatro hidroaviones, una avioneta y nueve helicópteros. Asimismo, desde tierra se espera que actúen unas 700 personas.

La entrada del fuego en Tamadaba y el avance desde Juncalillo obligó a la evacuación de varias poblaciones del valle de Agaete, entre ellas el barrio de casas cuevas de El Hornillo, donde las pavesas caían sobre algunas de las viviendas, entre ellas la ermita que, según indicaron fuentes municipales, había quedado afectada por la acción de las llamas. Asimismo, el posible avance de las llamas hacia Agaete también conllevo el desalojo de núcleos como El Sao, Los Berrazales o San Pedro.

Por Tejeda el panorama tampoco era mucho mejor. Aunque durante la jornada el incendio "parecía que estaba sujeto", apuntó Grillo, por la tarde cogió fuerza para dirigirse hacia Llanos de la Pez por un lado y el Roque Bentayga por otro con dirección hacia la Reserva Natural Integral de Inagua, que ya resultó afectada por el incendio que se originó en 2007. El alcalde de Tejeda, Francisco Perera, indicó durante la rueda de prensa celebrada anoche en la sede del 112 que las llamas ya habían entrado en el casco urbano. Parte de los 400 efectivos que trabajaban de madrugada en el fuego intentaban en vano contener el avance de las llamas, que había provocado la evacuación de prácticamente todos los barrios del municipio. Lo mismo ocurrió en Artenara, que veía cómo según pasaba el día sus habitantes iban dejando atrás sus casas. Excepto unos 40 vecinos, entre ellos cuatro niños, que, junto con el alcalde, Jesús Díaz, permanecían confinados en la Casa de la Cultura con la esperanza de poder ser evacuados al quedar rodeado por las llamas debido al cierre de las carreteras. En cualquier caso, todos ellos se encontraban en un lugar seguro.

Y por las medianías de Valleseco, Moya, Santa María de Guía y Gáldar, las noticias anoche eran que seguían evacuándose varios de los núcleos poblacionales. Entre ellas el casco de Valleseco, cuyos habitantes eran invitados a dejar sus viviendas ante la proximidad de las llamas después de que se desalojara la totalidad del pueblo de Lanzarote. O Fontanales, que a medianoche veía el fuego encima de las casas. O en Caideros de Gáldar, que fue evacuado a última hora de la tarde de ayer. En estas poblaciones, el técnico de la institución insular apuntó que no se iba a actuar. "En esa parte -en referencia a Caideros- no vamos a poder hacer nada. Las maniobras van a ser más de triaje, de defensa de viviendas", apuntó, para agregar que "no se va a perder todo", sino "algunas que no hayan hecho limpieza". Y aconsejó a los habitantes de las medianías bajas que aprovechen para realizar esas limpiezas en los alrededores de las casa antes de que se produzca una posible evacuación.

La única nota positiva llegaba desde el flanco que afecta a la cara oeste, en la que va desde Lanzarote hasta Cruz de Tejeda pasando por Aríñez. En este sentido, las administraciones apuntaron que no avanzaba gracias, en parte, a que los vientos seguían soplando en dirección este-sureste.

Las previsiones no son nada buenas de cara a los próximos días. Ya durante la jornada de ayer se registraron temperaturas superiores a los 35 grados, vientos superiores a los 50 kilómetros por hora y con rachas que superaron los 80 kilómetros por hora, así como humedad por debajo del 10%. Los pronósticos para la jornada de hoy es que las temperaturas vuelvan a superar los 30 grados, que los vientos también superen los 30 kilómetros por hora y que la humedad continúe por debajo del 30%, lo que es conocido como la regla del 30 por las condiciones meteorológicas más propicias para que el incendio se propague.

Ángel Víctor Torres mostró su optimismo en que la ola de calor que afecta durante estos días al Archipiélago comience a remitir a última hora de hoy, lo que ayudará a contener las llamas. Grillo, por su parte, se mostró pesimista al hablar de "tormentas de fuego". Y aseguró que el fuego podría continuar durante las 24, 48 o 72 horas, dependiendo de cómo avance por el pinar de Tamadaba, que al igual que la cara norte de la Isla vive una situación de estrés hídrico: "Se caracteriza porque hemos tenido una primavera muy seca y un verano con varios episodios de calor", dijo Federico Grillo. Esta situación ayuda a la propagación de los incendios.

Los trabajos, al no poder actuar en la cabeza del fuego, se van a centrar en actuar desde la cola, que si bien son más sencillos, Federico Grillo reconoció que les está costando "muchísimo".

La situación que se vivía anoche era la peor de las imaginables, pero el técnico apuntó que era una evolución que tenían prevista. Con la llegada de la luz natural, se espera que hasta 700 personas estén movilizadas en los 20 kilómetros del perímetro del incendio, además de la presencia de las aeronaves que mostrarán el avance descontrolado de uno de los peores incendios que se recuerda de la historia de Gran Canaria.