El verde ha dado paso al negro. El incendio que se originó el pasado sábado en el pago vallesequense de Cueva Corcho ha tiznado bosques como Pinos de Gáldar o Tamadaba, que hasta hace unos días mostraban un verdor saludable; manchado las blancas paredes de algunas viviendas de Tejeda o Fontanales, y arrasado con los terrenos agrícolas que se levantan en forma de terrazas por el abrupto Barranco Hondo. El fuego ha dejado tras de sí un manto oscuro en Medianías y Cumbres después de calcinar más de 10.000 hectáreas de superficie, que lo convierte en el segundo de mayor dimensión ocurrido en la Isla desde hace más de un siglo tras el sucedido en 2007 y el más importante de España desde 2012. Los datos positivos hay que buscarlos en que las llamas perdieron ayer parte de su intensidad gracias al trabajo de más de un millar de efectivos y las mejoras de las condiciones meteorológicas, que evitaron que entrara en la Reserva Integral de Inagua como se temía y se entrara en una fase de estabilización. Unas cuatro mil personas de las diez mil desalojadas ya han regresado a sus casas, los últimos los vecinos de Valleseco, Fontanales o El Valle de Agaete que lo hicieron anoche.

"Es un incendio devastador, pavoroso. Me he quedado francamente sobrecogida de los efectos". Así describió la ministra de Defensa, Margarita Robles, el escenario de los 112 kilómetros de perímetro de la zona afectada, entre ella la totalidad de Risco Caído y la Montañas Sagradas recientemente declarados Patrimonio de la Humanidad, tras sobrevolarla en un helicóptero junto al presidente del Gobierno de Canarias, Ángel Víctor Torres, quien a su vez describió la imagen como "tremendamente impactante". "Hay zonas que no son del pinar [de Tamadaba] que tienen un afección más desoladora, como Cueva Corcho o Aríñez", donde los daños son "aparentemente más graves" que los de Tamadaba. "Tamadaba es otra dimensión, es el pulmón de nuestra Isla y en los próximos días habrá que calibrarlo y buscar las fórmulas administrativas" con las que buscar colaboración para recuperar la parte alta de la Isla.

Pese a las desoladoras descripciones del paisaje, el mensaje trasladado por las autoridades era alentador. La evolución de las llamas se había logrado contener durante la jornada de ayer, por lo que las hectáreas afectadas se mantuvieron en unas 10.000 después de una corrección realizada al dar a primera hora de la tarde una cifra de 12.000. En este sentido, el director técnico de Emergencias del Cabildo de Gran Canaria, Federico Grillo, incidió en que la situación a la que se enfrentaban la noche del pasado lunes era "bastante desfavorable" con el viento de componente norte. Esto amenazaba Inagua, "un paraje bastante inaccesible, muy abruto", que hubiese complicado la contención de las llamas debido a la dificultad de acceso. "Nos puso en una situación grave", reconoció. Al lugar se enviaron numerosos efectivos, que consiguieron retener el incendio antes de entrar en el barranco del Juncal, "que es la puerta de Inagua", agregó."Por suerte, se convirtió en una madrugada magnífica", aseveró el presidente del Ejecutivo canario.

Grillo explicó que en el flanco derecho, que afecta a la cara norte desde Lanzarote hasta El Valle de Agaete, hubo "bastantes reinicios" durante la noche pese a que la temperatura había bajado y la humedad aumentado con la llegada de los vientos alisios. "Ahora está dentro de nuestra capacidad de extinción", por lo que "los reinicios no deben de ser ningún problema". Y adelantó que hoy y mañana se esperan pequeños humos, que se irán consumiendo por sí mismos o se liquidarán por los cientos de efectivos que trabajan en Medianías y Cumbres.

Con este panorama, sobre las nueve de la noche se decidió que los pueblos y barrios que no se encontraban dentro de las zonas quemadas, como Valleseco, Lanzarote, Madrelagua, Fontanales o El Valle, los vecinos que estaban desalojados pudieran regresas a sus casas al igual que lo habían hecho durante la tarde los de Cruz de Tejeda, Aríñez o Tasarte. Otros, como Caideros, Juncalillo, Tejeda o Artenara siguen fuera de sus viviendas por los riesgos de reinicio al estar dentro del perímetro del incendio.

En el flanco que sigue activo en el barranco de Tejeda, el técnico del Cabildo apuntó que hubo "muchísimos frentes durante la noche" e incluso durante el día, uno de ellos en la zona de Timagada, aunque se espera que hoy se pueda dar esta cuenca por estabilizada para permitir a los vecinos regresar a sus domicilios. "Que el acceso a sus casas sea definitivo, que no vuelvan a entrar y salir" tras ser desalojados hasta en dos ocasiones.

Y en Tamadaba se espera que las llamas sigan su camino, que "terminen de quemar el pinar". Grillo dijo que durante una visita que hicieron la noche del lunes comprobaron que "el nivel de gravedad que esperábamos inicialmente es bastante menor" al avanzar en superficie, por lo que quemó pinocha y matorrales y respetó la arboleda. "Es una muy buena noticia", aunque eso "no quiere decir que no haya daño, sigue siendo un desastre, pero no es un desastre de un fuego de alta intensidad que era lo que se suponía", dijo el jefe de Emergencias, quien agregó que desde el siglo XIX no se habían producido incendios de esta intensidad en el parque natural. El problema, en cambio, está en el barrio de El Risco (Agaete) donde hay abundante vegetación junto a las casas y cabe la posibilidad de que el fuego de Tamadaba lance pavesas.

La conclusión: "La situación está mucho mejor que ayer [el lunes], que era preocupante (...) el potencial era enorme. Neutralizado [el frente que amenazaba a Inagua], la cosa se ve mucho mejor", sentenció Grillo. "Tomos somos unos y todos somos Canarios", alentó con esperanza la ministra Margarita Robles.