Un nuevo episodio de calor disparó ayer los termómetros hasta rozar los 40° en zonas como la caldera de las Tirajanas o Agüimes. El tiempo sahariano vuelve a poner así en vilo a las cumbres y medianías de Gran Canaria ante el alto riesgo de incendios. Mientras, las labores para apaciguar las llamas del siniestro originado el pasado sábado en un barranco de Valleseco continuán dando sus frutos. El presidente del Gobierno de Canarias, Ángel Victor Torres, señaló ayer tras una comparecencia con los grupos parlamentarios del Archipiélago que el fuego se encuentra "casi controlado", pero sí estabilizado.

Pocos minutos para las cinco de la tarde. La villa de Agüimes alcanza los 39,2° centígrados. Apenas una hora antes, la localidad de Tunte alcanzaba los 38,6°. La Agencia Estatal de Meteorología -Aemet- mantiene para hoy el aviso naranja para la mitad sur de Gran Canaria y amarillo para el resto del Archipiélago. Mientras, el Gobierno de Canarias mantiene las alertas por altas temperaturas y alto riesgo de incendios. No obstante, toda precaución es poca después de una quincena en la que la isla redonda ha encadenado un total de tres fuegos, los cuales han calcinado en total una 12.000 hectáreas.

El último de estos, el más devastador de todos y cuyo origen se ha situado en el barranco de Crespo -Valleseco-, sigue sin estar controlado aunque sí estabilizado desde el pasado miércoles. Torres se muestra optimista con respecto a su evolución. Por el momento, con la vuelta a sus viviendas de los vecinos de El Sao y Guayedra, en Agaete y Las Mesas de Galaz, San Mateo, ayer culminaron los realojos de los 10.000 evacuados de este incendio. El panorama que se han encontrado ha sido en algunos casos desolador, con viviendas e infraestructuras afectadas en barrios como Coruña -Artenara-o La Solana -Tejeda-.

Mientras, el campo canario volvió a dar un susto en la mañana de ayer. El 112 alertaba de un conato de incendio desatado en el barranco de la Virgen, en los altos de Valleseco. Efectivos de los parques de Bomberos de Arucas y Gáldar se desplazaron hasta el lugar para apaciguar las llamas. Un fuego que se dio por controlado en pocas horas. El resto de miembros del dispositivo de emergencias desplegado en Gran Canaria se ocuparon de refrescar las zonas ya calcinadas y apaciguar los puntos calientes que todavía quedan sobre el terreno.

Precisamente, Torres instó ayer a la población a no acudir a las zonas afectadas por las llamas, pues allí sigue trabajando un dispositivo contra incendios nunca antes visto en Canarias. Este ha contado con hasta 1.000 efectivos -desde Bomberos, hasta servicios de Cruz Roja, la UME o la BRIIF- y 18 medios aéreos. La única carretera que seguía cortada al tráfico al cierre de esta edición era la GC-216, la vía de acceso al pinar de Tamadaba.

Este paraje natural ha sido uno de los últimos puntos donde las llamas han permanecido activas. Otras zonas protegidas afectadas son el Montañón Negro, el especio protegido de Las Cumbres y los parques rurales del Nublo y Doramas. Un incendio de grandes dimensiones que ha llegado a tener un perímetro de 112 kilómetros. Hasta tal punto que ha calcinado zonas de ocho municipios diferentes.

Según la ONG de conservación y estudio de aves y sus hábitats SEO/BirdLife el incendio ha afectado al ecosistema donde habitan unas 50 especies de aves, muchas de ellas endémicas como lo es el pinzón azul. Además de otras como el gavilán, el herrerillo o el pico picapinos. "Es necesario hacer un seguimiento de las especies tras el incendio", indicó Yarci Acosta, delegado de la organización en Canarias.