El incendio que se inició en el pago de Las Arbejas, en el término de Artenara, el sábado 10 de agosto se da por extinguido, según adelantó ayer el servicios de Emergencias del Gobierno canario. En esta ocasión las llamas calcinaron unas 1.164 hectáreas en los municipios de Artenara, Tejeda y Gáldar. Al mismo tiempo, también se ha anunciado el fin del siniestro de Cazadores, en los altos de Telde. Este segundo fuego fue declarado el 12 de agosto y quemó menos de 150 hectáreas. Mientras, varios centenares de efectivos siguen luchando para dar por controladas las llamas que se iniciaron el 17 de agosto en el barranco de Crespo, en Valleseco. El perímetro de este último es de unos 112 kilómetros y el presidente del Gobierno canario, Ángel Victor Torres, lo dio por estabilizado el pasado miércoles.

La lucha de los diferentes efectivos aéreos y humanos ha hecho posible dar por extinguido el incendio de Artenara 15 días después de su inicio. Este se dio por controlado el pasado miércoles 14 de agosto después de alcanzar un perímetro de 23 kilómetros y tras emplear más de un millón de litros de agua para apaciguarlo. El siniestro obligó a evacuar a varias localidades de los altos de ´Gáldar, además de la práctica totalidad de pagos de Artenara, salvo la zona de Acusa, y también en el término de Tejeda, incluido el propio casco urbano y varios barrios adyacentes.

A diferencia del voraz incendio de Valleseco, el cual ha calcinado más de 9.200 hectáreas, el de Artenara tiene un origen esclarecedor. Todo comenzó cuando J. S. R., autor confeso del siniestro, pretendía soldar una puerta en su finca particular en la localidad cumbrera de Las Arbejas. Finalmente una chispa terminó por propagarse a través de la maleza y consiguió atravesar la carretera GC- 21 -la cual conecta el municipio con la capital- y extenderse en dirección al pinar de la montaña de Los Moriscos.

Este vecino de Telde asumió la improduncia cometida y fue enviado a prisión provisional por parte del Juzgado número 2 de Instancia e Instrucción de Arucas el 13 de agosto. Sin embargo, logró eludir la cárcel tras pagar una fianza de 25.000 euros el mismo día. En su declaración, aseguró que estaba cortando una pieza de hierro con una radial y junto a él tenía varias garrafas de agua. Aseguró que no vio como varias chispas saltaron a su espalda y tras ver varias llamas intentó apagarlas, sin éxito alguno, por lo que avisó a Emergencias.

El viento intenso desbocó las llamas en la primera noche del incendio, por lo que el fuego se adentró en los barrancos de la parte alta de Artenara y Gáldar, en la zona de Juncalillo. Al mismo tiempo, varias pavesas cayeron desde los Riscos del Chapín a la cuenca de Tejeda, lo que terminó por obligar a evacuar esta localidad y las adyacentes en días sucesivos.

Al incendio de Artenara se le unió el siniestro de Cazadores, en los altos de Telde. Una zona que desde el Cabildo han denunciado como "punto negro", pues en las últimas tres décadas se han producido varias decenas de conatos prácticamente en el mismo punto kilométrico. Por lo que achacan la autoría de estos fuegos a un incendiario. En este caso, las llamas calcinaron unas 160 hectáreas de monte bajo, principalmente.

Ambos siniestros se dieron por controlados a los pocos días. Todo se terminó por complicar el sábado 17, una semana después de declararse el incendio de Artenara con un tercer siniestro. La mayor catástrofe medioambiental que ha vivido la Isla en la última década se desató en un barranco de Valleseco. Un fuego que estuvo desde el principio "fuera de capacidad de extinción, según apuntó el jefe de Emergencias del Cabildo, Federico Grillo. Este, aún sin controlar, aunque sí estabilizado desde el pasado miércoles, se desbocó muy rápido por su "gran potencial".

Las llamas de este incendio han terminado por invadir un total de ocho municipios: Valleseco, San Mateo, Tejeda, Guía, Gáldar, Artenara y Agaete. En el momento de máximo peligro obligó a desalojar a unas 10.000 personas en diez municipios diferentes, residentes en un total de 48 localidades. No obstante, todas han podido volver a sus casas. Además, todas las carreteras que fueron cortadas están abiertas al tráfico, con la excepción de la GC-216, la vía que da acceso al pinar de Tamadaba.

Precisamente, este espacio, de alto valor medioambiental, ha sido uno de los lugares más afectados por las llamas. Hogar de especies endémicas de flora y fauna. El fuego afectó además otros parajes protegidos. Incluso, las llamas quedaron a las puertas del yacimiento arqueológico de Risco Caído, entre otros lugares prehispánicos recién nombrados Patrimonio de la Humanidad.

El viernes pasado el presidente de Canarias señaló después de comparecer ante los grupos parlamentarios que el gran incendio estaba "casi controlado". En cuanto a la extinción, Grillo ha señalado que está podrá tardar varias semanas más.