Una alegre ovación retumbó en la basílica de Teror cuando el vicario general de la Diócesis de Canarias, Hipólito Cabrera, anunció que la Virgen del Pino recorrerá los municipios afectados por los incendios forestales que arrasaron en agosto la cumbre y las medianías de la Isla. El sábado 12 de octubre la patrona iniciará la ruta, cuyo itinerario por todavía no está perfilado, y regresará a la Villa Mariana el domingo 20, tras haber pasado por Agaete, Gáldar, Guía, Moya, San Mateo, Tejeda, Artenara y Valleseco.

Cabrera afirmó que será un "rayo de luz y de esperanza para todos los pueblos que han vivido la desolación y la tristeza". El alcalde de Gáldar, Teodoro Sosa, calificó el anuncio como "un gesto muy bonito que ha llegado al alma" y propuso que los patronos de cada municipio reciba a la Virgen en el lindero.

Este acto podría servir como colofón en la andadura del obispo Francisco Cases, quien en octubre cumplirá los 75 y tendrá que presentar su renuncia. En este sentido, Cabrera aseguró que el prelado "goza de buena salud, por lo que el Santo Padre lo puede dejar aquí unos años más".

El Obispado anunció el recorrido de la Virgen del Pino como un gesto de "acción de gracias y como manifestación de la fe de todos los diocesanos". Se trata de una iniciativa sin precedentes ya que, hasta ahora la imagen solo había salido de Teror en 51 ocasiones para ser trasladada a la catedral de Santa Ana, en Las Palmas de Gran Canaria.

La Diócesis ha tomado esta decisión, según recoge el decreto firmado por Cases, porque han sentido la necesidad de cercanía, ánimo y fortaleza de la Virgen, "a la que no hemos dejado de rezar a lo largo de todas estas jornadas".

Durante la homilía, el obispo, visiblemente emocionado, hizo numerosas referencias a lo incendios. "Hay cosas que el fuego no puede quemar", afirmó Cases, quien detalló que, "el fuego no puede destruir la solidaridad. El fuego no puede quemar la oración ni el sacrificio de los que luchan".

Uno de los momentos en los que el obispo tuvo que contener la emoción fue al leer la publicación en redes de un bombero que escribió: "En nombre de todos los que estamos cara a cara con el fuego, gracias. Gracias por hacernos saber que es una lucha de todos. Gracias por demostrar que estamos unidos cuando es necesario".

Además del incendio, la familia fue otra de las protagonistas de la eucaristía. "El matrimonio y la familia son el blanco de profundas transformaciones que influirán extraordinariamente -y no para bien- en el futuro de la convivencia humana", sostuvo Cases, quien prosiguió diciendo que "estamos olvidando la naturaleza de las cosas, lo que eran cuando salieron de las manos de Dios y lo estamos sustituyendo por consensos humanos".

Alegría por ver a la Virgen

El anuncio de la visita de la Patrona de la Isla a los municipios afectados por el fuego no hacía sino aumentar la alegría que invadía ayer a los alrededor de 7.000 grancanarios y grancanarias que habían acudido a Teror a ver a la Virgen en procesión.

Entre los habituales feligreses y devotos se colaba un nuevo espectador: Damián Rodríguez, un joven tinerfeño que acudía por primera vez a la procesión del Pino. "La verdad es que es un acto muy organizado y que sigue muy bien el protocolo", reconocía. Los apuros llegaban a la hora de 'compararla' con la Virgen de la Candelaria. "La verdad es que en ambos casos la devoción y la creencia son muy fuertes, aunque es cierto que aquí la sensación es más acogedora porque el espacio es más pequeño, más recogido", reconocía Rodríguez ante la mirada aprobadora de las mujeres que le rodeaban.

Mientras los miembros de la Banda de Teror se preparaban para tocar el himno en el momento justo en que hiciera aparición la imagen de la Patrona, Candelaria Ferrer se mostraba emocionada. "Estos días me traen al recuerdo muchas vivencias pasadas", reconocía esta vecina de La Isleta. De la misma arraigada tradición hacía gala Vicente Pérez que, procedente de Valsequillo, no ha fallado a la cita con la Patrona ningún año: "Siempre me pongo por la misma zona", explicaba, "y siempre es emocionante verla". Además, Pérez aseguraba que nunca le pide nada: "Que me dé lo que ella me quiera dar", concluía con alegre resignación.

Desde el sábado llevaban en Teror Carmen Diepa y su marido Antonio Benítez:"Siempre pasamos aquí el fin de semana para disfrutar de la romería y de las actuaciones folclóricas. Llevamos casados toda la vida y lo hacemos así todos los años ", explicaba esta vecina de Gáldar. Desde mucho más lejos había llegado Ernesto Rodríguez, un cubano que esperaba paciente con un ramo de flores en la mano para conocer a la Virgen del Pino. "Creo que las culturas religiosas de ambos pueblos son muy parecidas. Ahora mismo, en mi tierra se festeja la Virgen de la Caridad del Cobre y veo que la creencia de los canarios y la de mis paisanos tienen la misma fuerza", aseguraba.

Con un poco de retraso, salía la Virgen de la basílica, seguida por las autoridades eclesiásticas y políticas, estas últimas encabezadas por el presidente de Canarias, Ángel Víctor Torres, en representación del rey. Tampoco faltaron el delegado del Gobierno central en la Comunidad Autónoma, Juan Salvador León, así como varios representantes del Ejecutivo autonómico y los alcaldes y alcaldesas de los 21 municipios de la Isla, entre otros cargos públicos.

Con el desfile de los miembros del Regimiento de Infantería Canarias 50, la imagen de la Virgen del Pino comenzaba a recorrer la calle Nueva para regresar luego por la calle Real, donde volvía a producirse la tradicional lluvia de pétalos desde los balcones. Los aplausos y vítores se sucedían entre los asistentes, que no dudaban a la hora de retratar a la Virgen con sus teléfonos móviles. Una estampa que, lejos de resultar una anomalía moderna, se ha convertido en una costumbre más.