Artenara fue el epicentro de los incendios forestales que devoraron la cumbre y las medianías del norte de Gran Canaria, primero en el siniestro provocado en el barrio de Las Arvejas y después, sin que sus habitantes se hubieran recuperado todavía del susto, por el fuego que arrancó en el barranco de Valsendero, en Valleseco, y se propagó por los ocho municipios que está semana acogen la visita de la imagen de la Virgen del Pino.

La localidad más alta de la Isla fue la que vivió los momentos más dramáticos en los días 17 y 18 de agosto, cuando el fuego se extendió descontrolado por el pinar de Tamadaba y rodeó durante toda una noche a las 40 personas que habían quedado bloqueadas en el pueblo.

Por eso, la llegada ayer de la imagen de la patrona tuvo una especial significación, en un encuentro casi familiar porque Artenara aún puede presumir de ser uno de esos pocos municipios donde se conoce todo el mundo.

Al clarear el alba, con los acordes del timple de José Antonio Ramos como música de fondo, el trono acristalado fue llevado en procesión desde la entrada al casco urbano hasta la parroquia de San Matías, esta vez con un acompañamiento muy especial: la de un grupo de bomberos forestales de la base de Medio Ambiente de Artenara y varios miembros de la Unidad Militar de Emergencias (UME) que participaron en la extinción.

En el pórtico de la iglesia se agruparon cerca de 300 personas para seguir el acto de la entrega y custodia de la imagen, en el que la Virgen del Pino recibió el bastón de mando de alcaldesa mayor del municipio -"con el permiso de la Virgen de la Cuevita", comentó el alcalde Jesús Díaz- y el Ayuntamiento de Teror entregó una placa y un ejemplar de pino canario de la finca de Osorio para que sea plantado en un lugar emblemático del municipio. Complicada decisión buscar un sitio especial entre los miles de pinos que crecen por todo el municipio, bromeó el regidor terorense, Gonzalo Rosario.

Tras las explicaciones del vicario Hipólito Cabrera sobre el peregrinaje de la Virgen, el alcalde Jesús Díaz dio la bienvenida a los fieles y resaltó que cuando el cronista José Antonio Luján describa este viernes 18 de octubre de 2019 dirá que "es una día grande, festivo e histórico para los artenarenses".

Durante el último mes, apuntó, los vecinos prepararon el recibimiento con "la humildad y la hospitalidad que caracterizan a las gentes de este pueblo", por lo que todos los visitantes "deben sentirse como en casa".

El alcalde lanzó un agradecimiento especial al personal de Medio Ambiente del Cabildo y a la UME y destacó que la grabación musical de José Antonio Ramos que acompañó la llegada de la patrona fue un homenaje al desaparecido timplista de la localidad.

"Este verano -manifestó Jesús Díaz- ha sido muy convulso en nuestro municipio, pues el pasado 7 de julio recibimos la gran noticia de la declaración de Risco?Caído y de los Espacios Sagrados de Montaña de Gran Canaria como Patrimonio Mundial de la Unesco, que reconoció la labor desarrollaba por nuestros antepasados; pero no todo fueron alegrías, pues cuando estábamos celebrando ese reconocimiento y preparábamos con ilusión en nuestra festividad grande de la Virgen de la Cuevita, nuestro municipio los vecinos fuimos devorados por incendios que hicieron mucho daño, con pérdidas de viviendas, cuartos de aperos, maquinaria agrícola, árboles frutales y animales".

El alcalde también recordó que "varias veces hubo que salir con lo puesto de las viviendas y abandonar el pedazo de terruño hacia otros lugares más seguros". Por eso, agradeció el apoyo recibido esos días desde toda España y de forma especial por la amabilidad de las poblaciones vecinas de La Aldea, San Mateo y Teror, que acogieron a los evacuados por el fuego. También citó a todos los afectivos aéreos y terrestres que lucharon en la extinción de las llamaradas, así como "los voluntarios que arrimaron el hombro para que el pueblo no sufriera daños mayores".

"Vivimos algo impensable", continuó el regidor, "pues por primera vez en la historia tuvimos que suspender nuestras queridas fiestas de la Cuevita y su imagen no pudo bajar a este templo de San Matías para ser venerada por los ciclistas, los grupos folclóricos y los artenarenses, pero nos compensa que nuestra madre la Virgen del Pino haya venido a visitar este hermoso y pequeño pueblo para arroparnos, consolarnos y aumentar nuestra fe, por lo que nos sentimos muy afortunados".

Tras las intervenciones de los párrocos de Artenara, Juan Manuel Molina, y de la basílica de Teror, Jorge Martín de la Coba, la imagen de la Virgen fue introducida en la iglesia para celebrar la primera de las cuatro misas del día. Durante el proceso sonaron las sirenas de coches de bomberos aparcados en la plaza.

Uno de los primeros en acudir ante la imagen fue Pedro Martín, uno de los 40 vecinos que quedó atrapado y pasó la noche recorriendo las calles del pueblo para evitar que las llamas llegaran a las viviendas. "Al ver todo quemado me dan ganas de llorar, pero hay que seguir adelante", confesó.