La Sección Segunda de la Audiencia Provincial de las Palmas ha condenado a dos años y cuatro meses de prisión al hombre que mató a su hermano con una catana el pasado 19 de junio de 2017 en Arguineguín. El jurado popular lo declaró culpable de un delito de homicidio por imprudencia grave al considerar que el acusado actuó bajo los efectos del alcohol y las drogas.

El fallo considera probado que José Antonio González se encontraba en su vivienda situada en la calle Ángel Guimerá del municipio Mogán cuando su hermano Luis Jorge se sentó en un banco de dicha vía pública y tras consumir alcohol y drogas ambos "empezaron a gritarse, insultarse e increparse mutuamente a la distancia".

La sentencia recoge que la víctima comenzó a darle golpes a la puerta de la entrada de la vivienda del procesado "con los puños y con un objeto que portaba, con la intención de derribarla" y de esta manera "cumplir con sus amenazas". Asimismo, pone de manifiesto que el encausado "cogió un arma blanca tipo espada o catana de unos 74,5 centímetros de longitud y 2,5 de diámetro" que tenía en su vivienda ubicada en la segunda planta del inmueble y tras bajar a la planta baja "abrió un poco la puerta" y "sin intención de acabar con su vida" sacó el arma por un lado para ahuyentarlo.

Al asomar el arma por la puerta, el procesado le causó a su hermano una herida en la región axilar que le atravesó el pulmón izquierdo y posteriormente la muerte a causa de un shock hipovolémico.

El jurado popular también consideró probado que José Antonio González espetó a su hermano desde la ventana y cuando este agonizaba en la calle: "dejen que se muere ese hijo puta".

En libertad

El juez ordenó la puesta en libertad del procesado el pasado viernes al considerar que la condena que se le impondría sería similar al tiempo que este ya cumplió en prisión provisional por estos hechos.

El Ministerio Fiscal, tras conocerse el veredicto del jurado, rebajó la solicitud de pena de 15 a cuatro años de prisión, mientras que la defensa requirió seis meses de cárcel.

Finalmente, el magistrado ha resuelto condenarlo a dos años y cuatro meses de cárcel por homicidio por imprudencia grave con la agravante de parentesco y las atenuantes de confesión y de actuar bajo los efectos del alcohol y drogas. Además, el procesado deberá indemnizar a las hijas del fallecido con la cantidad de 50.000 euros para cada una de ellas.