"Lesbianas, presos, minusválidos, putas: ¡a las barricadas!", "Amnistía para los homosexuales", "Abajo la ley de peligrosidad social". Varias generaciones disfrutan hoy de los derechos logrados por la comunidad LGTB en décadas pretéritas, pero hubo una época en que el colectivo sufrió la persecución de un régimen que tipificó, en 1970, la homosexualidad como delito. ¿Se acuerda? Es bastante probable. Fue el 26 de junio de 1977 cuando la organización clandestina Front d'Alliberament Gai de Catalunya convocó la primera manifestación homosexual de España en Barcelona, y apenas un año y medio después, a finales de 1978, después de otra manifestación en Madrid, cuando ser homosexual dejó de estar penalizado.

Este movimiento fue reflejado en la prensa de la época, aunque con importantes dosis de sátira, pero por entonces encontrar referencias o imágenes de homosexuales en los periódicos españoles era inimaginable. Y de un beso entre dos hombres o dos mujeres, ya ni hablamos. Deshonra, perversión y trastorno. La exposición titulada Destape y Orgullo, organizada por el activista australiano Peter Toro, pretende recuperar una memoria histórica LGTB casi inexistente a través del tratamiento que se dio a la comunidad en los periódicos y revistas en los años 70 y 80. La muestra, que nació en Madrid y recorrerá España y puede visitarse en el hotel Axelbeach Maspalomas, conmemora el cincuenta aniversario de los disturbios de Stonewall en Estados Unidos.

La exposición muestra un conjunto de casi 100 fotografías históricas, muchas de ellas inéditas, de las manifestaciones y reivindicaciones de la comunidad LGTB hace 40 años y cómo los homosexuales en España tomaban como referencia los acontecimientos de los disturbios de Stonewall, una manifestación espontánea y la primera de la historia reciente del país americano en que el colectivo LGTB se levantó contra la persecución de las personas por razón de identidad y orientación sexual.

"Ha sido un trabajo de dos años de investigación en los archivos de la Biblioteca Nacional para rescatar todo aquello que se publicó y lo que no se ha publicado, que es mucho", explica el activista Peter Toro, "y también en los archivos de la agencia Efe". Y es que en esos ficheros se conservan infinidad de fotografías que la agencia enviaba a los medios de comunicación junto a los teletipos pero que éstos no publicaban. "Entre los años 70 y los 90 la visibilidad del colectivo homosexual era muy limitada", añade Toro.

La primera portada homosexual en España la publicó la revista de sucesos Por qué el 4 de julio de 1973 y en ella aparecía una fotografía de tres hombres de una manifestación en Nueva York en 1971. El titular que lo acompañaba no tenía desperdicio, porque lejos de reconocer una realidad, se limitó a ofender al colectivo. "Las olimpiadas de las mariposas de Nueva York" o "¡El colmo! 20.000 homosexuales se manifiestan en Nueva York" fueron los encabezados escogidos para las crónicas, dos titulares que bien muestran el rechazo a la comunidad LGTB.

En ese mismo año, 1973, Por qué publicó otra portada de tres hombres gays detenidos en Sitges, imágenes que en sí mismas relataban el pensamiento retrógrado de los años 70.

Tres años después, a principios de 1976 y poco meses después de la muerte del dictador Francisco Franco, España vivió un hito. Varios periódicos de provincias, entre ellos El Eco de Canarias, publicaban por primera vez una fotografía de un beso entre dos hombres. "No se quería visibilizar al colectivo, sino más bien generar un gran impacto que permitiese a los periódicos hacer caja", relata Peter Toro, "el interés era puramente económico; en los medios siempre se utilizó el beso homosexual para llamar la atención". El primer beso lésbico lo captó la agencia Efe en 1986, pero las fotografías no se hicieron públicas hasta 1987.

No obstante, las publicaciones especializadas con contenido cultural y de espectáculos dirigidas al público homosexual no se legalizaron hasta la aprobación de la Constitución en 1978. Esa fecha marcó el boom. A partir de entonces nacieron revistas como Party, Hombre Erótico, Masculino o Videoguey, entre otras.

La primera publicación homosexual fue Party, una revista que nació a raíz del cierre de Papillon, la primera revista [no homosexual] en incluir el destape masculino con personajes famosos, entre ellos el actor Vicente Parra o el cantante grancanario José Vélez. El intérprete aparece en la publicación de destape masculino el 28 de enero de 1976 y en la imagen se mostraba en bañador tumbado en la playa. Dos años después, el 7 de mayo de 1978 pasó a ser la portada de la revista Party como representante español en Eurovisión. La muestra expone también imágenes de reconocidos artistas isleños como el grancanario Paco España.

" Party fue la primera revista homosexual que llegó a todos los rincones de España e hizo una importante labor para visibilizar la vida y las reivindicaciones de los homosexuales españoles", recuerda el activista y organizador de la exposición, pero todavía no se utilizaba ni se relacionaban términos como "gay" y "orgullo".

Para encontrar ambas palabras vinculadas hay que esperar al 7 de julio de 1979, cuando el semanario satírico Papus utiliza ambos vocablos aunque en torno buslesco. "No dejaba nada bien a la comunidad homosexual, pero no lo veo tan negativo, lo importante era ser visibles y daba igual de qué manera", apunta Peter Toro.

Testimonios

En esa visibilidad comenzó a jugar un papel importante las primeras concentraciones públicas en Madrid y Barcelona, las llamadas "besadas". Las primeras besadas en Madrid fueron en 1987, en la Puerta del Sol, y hasta 1993 participaban entre 200 y 300 personas. Estas reuniones, unidas a los recorridos que se iniciaron en 1993, fueron el germen de lo que hoy es la celebración del Orgullo Gay.

La exposición muestra fotos inéditas de la besada de 1988, instantáneas que representan a la perfección la sociedad española de la época: espectadores mirando con asombro un beso homosexual, unos escandalizados y otros de buen agrado.

La exposición no solo recoge una colección de fotografías históricas, sino que además cuenta con testimonios de distintos "chicos Party", como el activista llama a distintos personajes que aparecieron en la revista, y con la colaboración de periodistas como Carlos Ferrando o Jesús Mariña, redactores de aquella publicación.

Tras dos años de investigación, el organizador lamenta que no exista un archivo nacional de memoria histórica LGTB. "Los activistas se mueren y todas sus fotografías o crónicas desaparecen y no se encuentran; es muy triste que sus familiares no le den el valor que se merece a esa trayectoria", señala. Por eso, Peter Toro hace un llamamiento a los activistas que protagonizaran los contenidos de las publicaciones o las manifestaciones a que se pongan en contacto con él para lograr testimonios que le permitan recuperar una memoria histórica LGTB olvidada.