El Cabildo de Gran Canaria ha iniciado el procedimiento para la retirada de la bandera de la Fuente Luminosa de la capital, con lo que se pondrá punto y final a trece años de incidentes y polémicas políticas. El mástil y el resto de la instalación desaparecerán de la avenida marítima por motivos de seguridad, según confirmó ayer Miguel Ángel Pérez, consejero insular de Obras Públicas, Transporte y Movilidad.

Pérez firmó el 31 de octubre una resolución que autoriza un gasto de 12.047 euros para la "contratación de la retirada y traslado de la instalación de la bandera de Gran Canaria", con informes previos de los técnicos de su departamento. La obra se adjudica por la modalidad de contrato menor con fondos de 2019 disponibles en la Consejería de Obras Públicas.

La denominada superbandera no se ha izado en los últimos cinco años y la base del mástil y el resto de la instalación presentan síntomas de herrumbre y humedad por la acción del mar y del riego de los jardines cercanos, con el consiguiente peligro de caída a las vías circundantes.

La polémica ha perseguido a la bandera desde el mismo momento de su colocación el 30 de septiembre de 2006, por iniciativa de José Manuel Soria, del PP, entonces presidente del Cabildo grancanario. El día de la inauguración ya hubo protestas de colectivos vecinales y partidos políticos, que criticaron el alto coste de la instalación, 360.000 euros, y de las tareas de mantenimiento, otros 30.000 euros anuales.

El primer susto llegó a las pocas semanas, cuando la bandera de Gran Canaria se desprendió del mástil, de noche, y una parte cayó a la avenida marítima. Desde entonces, nunca más ha vuelto a ondear de manera permanente.

En el año 2007 hubo cambio de gobierno en el Cabildo y el nuevo presidente, el socialista José Miguel Pérez, que se había opuesto a su instalación, decidió no colocar más banderas por el peligro de caída y por el alto precio del mantenimiento. Sin embargo, el gobierno insular de PSOE y Nueva Canarias no se atrevió a retirar el mástil ni la maquinaria para el izado y arriado de los paños.

Cuatro años más tarde, en 2011, volvió el PP al gobierno del Cabildo, en un pacto con CC y CCN, y el nuevo presidente, José Miguel Bravo de Laguna, retomó la idea de Soria. Tras unas obras para restaurar la base del mástil, volvió a izar la bandera de Gran Canaria la mañana del 7 de septiembre, víspera de las Fiestas del Pino. Tampoco esa vez duró mucho tiempo en lo más alto.

Doce días después, el 19 de septiembre, el técnico encargado del mantenimiento decidió retirarla por el peligro de caída ante la brisa que soplaba. En ese mandato solo se colocaron banderas en días puntuales, también la de Canarias y la de España.

En los cuatro años de presidencia de Antonio Morales no se izó nunca y ahora se opta por desmontar toda la instalación.