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Entrevista | Pedro Miró Infante

"La réplica de Risco Caído estará en Gran Canaria antes de finalizar el año"

"El proyecto es un ejemplo perfecto del uso de la digitalización para la divulgación y la conservación", afirma

Pedro Miró, coordinador de Factum Arte, escaneando la tumba de Rafael Sanzio en el Phanteon de Roma. lp/dlp

Tras finalizar la réplica exacta de la cueva número seis de Risco Caído, ¿cómo ha quedado y qué sensaciones tiene?

La iniciativa supone un ejemplo perfecto del uso de la digitalización para la divulgación y la accesibilidad del patrimonio, debido a que permite vivir la experiencia emocional y sensorial de estar físicamente dentro del santuario en un entorno indistinguible de la cueva original. El entorno en el que se encuentra la auténtica es maravilloso y privilegiado, pero los accesos son muy complicados. Así, que con este facsímil en el Centro de Interpretación de Artenara, el cual está localizado dentro de la zona a la que pertenece el monumento, esperamos que muchas más personas puedan conocer mejor y saber más sobre el patrimonio cultural que les rodea.

Para llevar a cabo la reproducción exacta del marcador astronómico aborigen, ¿qué técnicas y materiales han utilizado?

En primer lugar, hicimos uso de un escáner Lidar (Sistema de Medición Láser Terrestre) para generar un modelo geométrico preciso del interior de la cueva, elemento que también sirvió de base para la posterior superposición de colores y texturas. Por otro lado, las superficies de la cueva se grabaron mediante fotogrametría, una técnica que puede producir modelos 3D detallados, donde se tomaron más de 2.500 imágenes de Risco Caído que fueron procesadas para la duplicación mimética del sutil relieve de las caras de roca tallada. En ese momento, ya Risco Caído se había convertido en una realidad virtual para luego, materializar la ingente cantidad de datos obtenidos y llevar a cabo su construcción.

¿En qué se basó la misma?

Su construcción se llevó a cabo introduciendo sistemas de mecanizado controlado por ordenador, de modo que la superficie de la cueva fue esculpida digitalmente antes de ser tratada y montada por expertos artesanos y restauradores que le otorgaron su aspecto definitivo. Además, el color grabado previamente con fotografía panorámica en Risco Caído se imprimió como referencia para los artistas que trabajaron en la rematerialización y que tuvieron que pintar la superficie del facsímil en un proceso largo, delicado y laborioso para dar vida de nuevo a la policromía de la cueva dos milenios después.

El trabajo duplicando la cueva de Risco Caído es realmente monumental. ¿Qué peculiaridades ha presentado?

Lo que nos ha llevado un poco más de tiempo ha sido el habilitar la cueva al espacio expositivo, dado que una de las cosas curiosas de este proyecto, es que el facsímil de la cueva se va a instalar dentro de otra cueva, que es el Centro de Interpretación de Artenara. Un espacio cultural que está excavado dentro de una cueva, por lo que hubo que escanear el espacio que había y sobre él se planteó el modelo tridimensional de la réplica. Es curioso porque es un espacio limitado no tiene mucha accesiblidad y por ello se tuvo que realizar el despiece de la propia cueva en fragmentos, que se acoplen a lo que son los espacios de acceso del centro.

Un proyecto que además tiene una doble vertiente, en primer lugar, ¿en qué se basa la documentación de la cueva y qué fin persigue?

Sí. Por un lado se trata de generar una intensa documentación fotográfica y superficial del interior de la cueva con su valioso calendario solar, con la intención de crear una reproducción a tamaño real que pueda ser visitada. Hay que documentar los monumentos que puedan estar en peligro o que tienen difícil acceso porque esta documentación serviría en caso de daño, derrumbe y por otro lado, la conservación de la cueva original.

En esta línea, ¿en qué consiste la segunda vertiente?

Se trata en conservar la cueva auténtica de Risco Caído expuesta a los peligros de la naturaleza por su particular localización.

Por lo que se podría afirmar que este tipo de facsímiles apuestan por un turismo

Exactamente, la idea es que las personas puedan desarrollar la experiencia de conocer la cueva número seis de Risco Caído, pero de una forma más accesible y sin poner en riesgo lo que es la cueva original, Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.

Tras haber culminado su reproducción, ¿cómo y cuándo se trasladará a la isla el facsímil?

La pieza llegará a Gran Canaria antes de fin de año en barco, para su montaje en enero de 2020 en el Centro de Interpretación de Artenara. Un paso previo a su montaje, es la ultimación de la adptación del espacio donde será admirada. Una vez concluya el anclaje de la réplica, la corporación insular abordará los trabajos relacionados con la accesibilidad.

¿Qué se va a encontrar el público cuando acudan a ver la réplica de la cueva?

Esperamos que la gente cuando entre en ella, tenga la sensación de estar ingresando en la original, donde durante unos minutos se mostrará el recorrido de la luz solar y la interacción y la recreación del fenómeno lumínico, donde los rayos de sol parecen dibujar determinadas formas e incluso siluetas de apariencia humana en el interior de la cueva. Además, la visita también contará con sonidos del entorno en el que se encuentra la misma para que se el público realice un viaje lo más sensorial posible al pasado aborigen.

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