El Muelle Viejo de Arinaga, en la costa del municipio de Agüimes, tendrá una segunda vida. La Junta de Gobierno Local ha aprobado esta semana de forma definitiva el proyecto de rehabilitación de este antiguo embarcadero, que convertirá el muelle en una zona de baño para uso y disfrute de los ciudadanos, unos trabajos que incluyen el reacondicionamiento del sendero que conecta esta infraestructura con el faro de Arinaga, al que daba servicio en sus orígenes.

Construido a finales del siglo XIX, en el año 1888 según las referencias históricas que conserva el Consistorio, el Muelle Viejo de Arinaga dejó de utilizarse en el año 1913, cuando un fuerte temporal destruyó la punta de la infraestructura, que se empleó para descargar el combustible que abastecía a las iluminarias del faro para marcar el trayecto a las embarcaciones. Así, el proyecto de rehabilitación pretende volver a poner en funcionamiento este muelle después de 116 años en desuso.

El transcurso del tiempo, el embate de las olas y el abandono al que fue sometido tras aquel temporal ha provocado que en la actualidad el Muelle Viejo de Arinaga luzca una imagen que dista mucho de lo que significó para los ciudadanos de la comarca del sureste a finales del siglo XIX y principios del XX. Y es que este antiguo atracadero se encuentra en un avanzado estado de deterioro.

Poca afluencia

Hasta el 40% de la infraestructura portuaria se ha desmoronado durante las ´últimas décadas y gran parte de las piedras que recubrían la estructura reposan en el fondo marino que rodea al muelle.

Ahora, para recuperar este muelle como zona de baño y área de esparcimiento ciudadano, el proyecto, que se gestó en 2018 y cuenta con los permisos de Costas, Medio Ambiente y Patrimonio, prevé instalar varias estructuras de madera en la parte posterior del espigón, que se utilizarán como áreas de solarium. Así, se habilitará en este espacio un área similar a la que desde hace años existe en el entorno de Zoco Negro, también en Arinaga, y que permite que los ciudadanos puedan tomar el sol sin exponerse a situaciones de inseguridad sobre las rocas.

Paralelamente, en la parte delantera del muelle, la que dirige al mar, se aprovechará que su interior está vacío como consecuencia de la pérdida del material con que estaba construido para instalar una escalinata de acero y facilitar el acceso de los bañistas al agua. El muelle se reconstruirá con parte de las rocas que lo conformaban antaño, ahora hundidas en el agua.

El proyecto de rehabilitación del Muelle Viejo de Arinaga prevé ganar este espacio como zona de baño, si bien es cierto que no permite una gran afluencia de personas dada las limitaciones de espacio.

El trazado del plan plantea además que, cuando la marea llene la zona, se cree una pequeña piscina natural en uno de los márgenes del muelle.

El proyecto para recuperar esta infraestructura abandonada incorpora también la rehabilitación del sendero de 200 metros que conecta el antiguo embarcadero en desuso con el faro de Arinaga, rehabilitado hace unos años. El objetivo final, tras readaptar el camino y eliminar los escombros de los barranquillos adyacentes, es que este sendero sea más transitable y se constituya como un atractivo más al área de restauración que alberga el faro.

En poco tiempo se convertirá en un espacio para el ocio, pero el Muelle Viejo de Arinaga nació hace 131 años con la finalidad de transportar el combustible necesario para la iluminación del faro, convirtiéndose así en uno de los primeros embarcaderos que conoció la comarca del sureste de la isla de Gran Canaria. Junto a los tradicionales hornos de cal del municipio de Agüimes, ubicados a pocos metros, en el área de Risco Verde, este muelle constituye una de las primeras infraestructuras industriales de la zona y se empleó no solo para descargar el petróleo y víveres para el faro, sino también para cargar las piedras de cal provenientes de los hornos y que se transportaban a otras zonas de la Isla.

En el proyecto de recuperación de este muelle en desuso, el Ayuntamiento de Agüimes invertirá una partida que alcanza los 320.000 euros, que serán financiados con cargo a los Fondos de Desarrollo de Canarias (Fdcan). La previsión que tiene la Corporación es que, entre el procedimiento de licitación y adjudicación de los trabajos, la obra se inicie después del próximo verano. Los trabajos tendrán una duración de seis meses, por lo que se estima que este nuevo espacio de ocio y esparcimiento ciudadano pueda estar operativo en el verano de 2021.