Dos alumnas del instituto Villa de Firgas irán a Zaragoza para participar en el Premio Nacional de Investigación Don Bosco, gracias a un trabajo que han desarrollado sobre la presencia de microplásticos en el entorno terrestre y marino de la playa del Puertillo, en Arucas. Tras ser seleccionadas entre numerosos candidatos, las dos jóvenes -que cursan 2º de Bachillerato- tendrán la oportunidad de explicar, en marzo, las conclusiones de su labor indagadora y cómo la han llevado a cabo durante los últimos tres años.
Nerea Santana Hernández y Andrea Guerra Rosales disfrutarán de una gran experiencia en la capital aragonesa, en la que les ilusiona embarcarse. Tras tanto tiempo de investigación, sacando tiempo de donde podían, este es un espaldarazo a todo el sacrificio que les ha supuesto su trabajo. Sin embargo, no dudan en que ha valido la pena. Su indagación les ha servido para conocer un poco más sobre los microplásticos y su impacto en la naturaleza, pero también en el propio ser humano, ya que la cadena de alimentación hace que este material apenas perceptible pase del medio marino al estómago de los pescados y de estos, a los de las personas que se lo comen.
"Este es un problema que estamos causando nosotros", asegura tajantemente Nerea, mientras su compañera asiente a su lado. Según Andrea, gran parte de la sociedad "no es consciente de este tipo de problemas", por lo que ambas esperan que su labor ayude a crear la percepción de que hay que luchar contra esta lacra. De hecho, ellas mismas no esperaban encontrar tanta cantidad de microplásticos en El Puertillo, y recuerdan que si es así, es debido a la acción humana y terminará repercutiendo en su contra.
La idea para realizar este proyecto surgió como un trabajo de una asignatura cuando todavía estaban en la ESO. Nerea, Andrea y un grupo más grande de compañeros decidieron hacerlo sobre la playa en la que veraneaban la mayoría de jóvenes del municipio. Cuando ya se entregó, su profesor, José Luis Barba, las animó a seguir profundizando. Y ahí comenzó la pasión por conocer. "Hay veces que nos ha costado el hecho de reunirnos y organizarnos. También a nuestros padres, que nos tenían que llevar a la playa para recoger las muestras. Pero, al final, todo es cuestión de planificación y de actitud", asevera Andrea.
Para llegar a estas conclusiones, admiten que tuvieron que estudiar mucho. De hecho, Nerea reconoce, divertida, que al principio tuvieron incluso que aprender lo que era un microplástico. "En base a investigaciones y a hacer prácticas en la Universidad, hemos llegado a esto", añade. También fue arduo su trabajo de búsqueda de algo que fuera novedoso, que no se hubiera visto ya entre tantas investigaciones sobre la temática. Porque, como apunta Andrea, también buscan que sus resultados "llamen la atención del público" para evitar que queden "en el olvido".
Tras esta "increíble" experiencia, Nerea tiene claro que quiere consagrar su vida a la investigación tras estudiar Biología. Andrea, en cambio, se decanta por el mundo del Magisterio o el Periodismo, aunque sin dejar de lado la indagación.
