El Cabildo de Gran Canaria proyectará este sábado en Tejeda el documental ‘Axis Mundi, Cumbres Sagradas de Gran Canaria’ en una cita especial porque tendrá lugar en plena celebración de la Fiesta del Almendro, uno de los elementos culturales y paisajísticos más representativos de la cumbre de la isla, y porque el acto se suma a la celebración simbólica del florecimiento y la continuidad de la vida tras los incendios del pasado verano.

La proyección, gratuita hasta completar aforo y organizada junto al Ayuntamiento de Tejeda, tendrá lugar a las 20.30 horas en el Salón Rojo de las casas consistoriales y completa un ciclo que ya ha dejado un rastro de fotogramas y emociones en Artenara, Gáldar y Agaete, los otros tres municipios que integran el Paisaje Cultural de Risco Caído y las Montañas Sagradas de Gran Canaria, espacio declarado Patrimonio Mundial por la Unesco.

El director Tarek Ode, que firma este proyecto audiovisual que subraya la dimensión astronómica y la condición de la cumbre como arca de esencias tradicionales donde perviven usos heredados del mundo aborigen, reconoce que ninguna otra producción de su trayectoria le ha brindado tantas satisfacciones, pues manifiesta que “en la cumbre de Gran Canaria lo tienes todo hecho por la humanidad, la bondad y la interacción de sus gentes con el medio”.

“Las cosas más bonitas que me han dicho en mi carrera cinematográfica me las ha dicho la gente de arriba tras ver el documental. Yo me quedo con ese regalo”, asegura el realizador, que añade que “es muy importante que se proyecte en los lugares donde habita la gente que ha hecho posible el Patrimonio Mundial”.

El proceso de producción y el multitudinario estreno en Las Palmas de Gran Canaria del documental producido por el Cabildo se produjo antes del reconocimiento internacional de la cumbre grancanaria y se presenta en Tejeda semanas después de la apertura del Centro de Información y Gestión del Paisaje Cultural abierto por la corporación insular en un emblemático edificio cedido por el Ayuntamiento.

El documental parte del convencimiento de las culturas ancestrales de que el universo inmediato conocido poseía un centro, el ‘axis mundi’ o ‘eje del mundo’, lugar que se situaba por lo general en las alturas, en montañas sagradas que se cargaban con una simbología mágico-religiosa vinculada a su vez a los ciclos astrales y al ritmo de las cosechas.

En el caso de Gran Canaria, la colosal Cuenca de Tejeda se habría convertido en el espejo del propio cielo y en sus inmediaciones fueron surgiendo santuarios, marcadores lunisolares o cuevas funerarias, todo ello en una suerte de bóveda invertida en cuyo centro se yerguen monolitos como el Bentayga o el Nublo que apuntan a las alturas.

A lo largo de su hora de duración, ‘Axis Mundi’ pone el foco en la continuidad de esa relación entre el cielo y la tierra en los hombres y mujeres que habitan la cumbre en la actualidad. Así se confirma en las personas capaces de interpretar los celajes, que saben que “Venus sale por la cumbre”, que a falta de relojes se guiaban gracias a las estrellas o que, como el pastor Domingo Moreno, se aferran al dicho “cielo empedrado, piso mojado’. Hoy como ayer, la población de la cumbre sigue atenta a lo que acontece sobre su cabeza.

Las imágenes y los testimonios recogidos por Ode y Beatriz Chinea apuntalan sobre el guión de Oswaldo Guerra la excepcionalidad de la conexión con el cielo y los fenómenos astronómicos, uno de los pilares del Paisaje Cultural destacados por la Unesco, organismo que también pone de relieve la importancia de estos ámbitos como sitios capaces de mostrar y mantener la gran diversidad de las interacciones entre las comunidades humanas y su entorno.

Y este paisaje vivo que hunde sus raíces en un pasado milenario a la vez que mira al futuro se traslada a la pantalla con testimonios que dan fe de ese universo de piqueros, loceras, parederos, pastores, cesteros, pinocheras o maestras de los telares, destellos de la cultura que se maravilla ahora ante el florecimiento de los almendreros y que hace su vida sobre una tierra donde se sigue cultivando la misma cebada que sembraba la sociedad aborigen grancanaria hace un milenio.