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Mogán Mogán

La paralización campa en la costa de Anfi del Mar

El paseo marítimo así como varias obras del interior esperan a una conclusión mientras el pleno del Cabildo expresa su preocupación

La paralización campa en la costa de Anfi del Mar

Anfi del Mar permanece aislada del mundo mientras los turistas pasean arriba y abajo por su playa y paseo en plena temporada alta. Alemanes, ingleses, nórdicos son receptivos a las temperaturas agradables de un enero que animan al viajero a quedarse. El aspecto lustroso y bien cuidado de las inmediaciones transmite una imagen idílica a primera vista. Al margen de los litigios legales, el sol sigue brillando. Sin embargo, si el paseo continúa a lo ancho de la extensión se empiezan a notar una serie de descuidos que empañan el horizonte del visitante.

A la altura de la playa se entrevé una serie de casetas de madera con un aspecto novedoso que pertenecen al solarium de la llamada Isla Corazón, las cuales están paralizadas desde el año 2015 y que se pensaron para una zona de spa pero que, finalmente, no se habilitaron. Además, a un lado se encuentra una especie de piscina rectangular cuyo fin y objeto no está determinado donde se acumulan hojas, suciedad y una capa de salitre con signos evidentes de abandono a la que acompaña un área de almacenamiento cuya cadena de seguridad está rota. Otra zona con evidencias de escaso cuidado es la que, en su día, iba a ser destinada a canchas de baloncesto y pádel. No obstante, la actual empresa que tramita los servicios, Gestiones y Explotaciones Narval S.L., informa de que estas obras se destinaron por último como aparcamientos y que fueron paralizadas por Costas. Actualmente, han sido plantados una serie de árboles, pero no hay una adecuación del espacio para el paseo de los visitantes y los matojos se secan y aparecen desplumados en comparación a la exuberancia de otros pasajes del recinto marítimo.

Detalles como la exposición de una sección de tubos y una red de cableado por debajo del puente principal, entre otros, son de calado menor si se comparan con la ausencia de ejecución del frente marítimo que rodea la zona externa de Anfi del Mar. Los turistas continúan ajenos a la señalización de precaución por obras, cuya maquinaria está inmovilizada, se adentran en el camino de tierra procedentes tanto de la playa de Balito como de los apartamentos que albergan a unas 2.000 personas. La suciedad y la basura, así como las verjas oxidadas o el apilamiento de marquesinas de madera que se mantienen con postes contribuyen a la inseguridad por el posible desplome a causa del mal tiempo en el litoral.

Además, las obras para elevar la altura de la escollera de protección del Puerto Deportivo y de la Isla Corazón se mantienen paralizadas. Fuentes de Narval informan que de los 7 millones que se invirtieron, queda por concluir el manto superior de la infraestructura que se estima en unos 200.000 euros, a su vez, paralizado por Costas. Esto acompaña a la inutilización del parque de minigolf del Jardín Tropical, por lo que se procedió a taponar los hoyos, apuntan.

Mientras la imagen persiste, el tinglado administrativo hace lo mismo. En diciembre de 2019, el Supremo ratificó el fallo que le quitaba al grupo Narval, propiedad de la familia Santana Cazorla, la explotación de las zonas de ocio y comercio de la playa de La Verga, que volvió en ese momento a la demarcación de Costas. Las razones se fundamentan en que se debe retrotraer el procedimiento concesional debido a que no se tomó en cuenta la petición de Anfi del Mar S.L. Esta había sido concedida en noviembre de 2011 a Narval tras la pérdida del permiso por parte del grupo Anfi de los 145.000 metros cuadrados del complejo. Entre las misiones que ha de cumplir la gestora están el adecuamiento y mantenimiento así como el aprovechamiento de los recursos disponibles.

Con el paso del tiempo, y ante el impasse, el grupo Anfi presentó un escrito en enero de este año para que se diera inmediata ejecución a la sentencia debido al deterioro que sufre la zona y las deficiencias de las infraestructuras, notifican desde el consorcio. Otra de las cuestiones que denuncian es que el mantenimiento de las zonas comunes la realizan los propios locales del lugar. Por ejemplo, Luis Molina, propietario de Luis Molina Sports y encargado de la explotación de la playa, alude a que desde el año 2013 la situación ha cambiado radicalmente.

A cargo de más de una veintena de empleados y con un alquiler tres veces superior a la época anterior a Narval, Molina realiza labores de limpieza y mantenimiento tanto en el paseo como en la zona de baños, y acondiciona los jardines, algo que no le pertenece. Todo sin el apoyo de la empresa. "Tanto el mástil de luz como los mástiles de las banderas, como la señalización de la playa, todo el balizamiento, los container de basura son míos, así como el único tractor que se encarga de la limpieza de la arena", notifica. A la espera de un motor que ponga en marcha los servicios de aseo que hay al lado de la costa y sin obtener respuesta por parte de Narval, Molina vive una situación comprometida desde que empezara en el negocio a principio de los años 90.

Desde Narval afirman que las relaciones con Anfi son estables y aluden a un conflicto inexistente entre las partes puesto que, interpretan, las obras se terminarán y acometerán cuando las paralizaciones remitan. Mencionan que las intenciones de algunos socios se exceden a las contiendas legales y podrían dañar la imagen turística de la explotación de Anfi del Mar.

El pleno del Cabildo de Gran Canaria también se ha hecho eco de esta situación en su última sesión ordinaria, en enero. La oposición instó a la corporación a interesarse por el estado del complejo por su importancia turística y de calidad y que descubran cuál es la indicación de Costas en la materia. No obstante, el consejero de Turismo, Carlos Álamo, recordó que no se tienen las competencias en la materia, pero reconoció que sí hay una preocupación por la imagen de Gran Canaria, ya que Mogán es un municipio clave en el entramado costero. Asimismo, Álamo admitió que no conocía la situación real del mismo y, atendiendo a las manifestaciones realizadas, se comprometió a hablar con Costas y con el Gobierno de Canarias para mediar dentro de las posibilidades de la institución.

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