La carretera que une a Tamaraceite con Teror, que se encuentra en obras de mejora desde enero de 2018, comenzará a abrirse al tráfico a partir de este próximo mes de marzo, si sale adelante la propuesta que estudia en estos momentos tanto la consejería de Obras Públicas del Cabildo como la empresa constructora, y que en cualquier caso lo haría de forma provisional y en un solo carril, de bajada a la capital desde la villa en la primera mitad del día, y viceversa por la tarde y noche.

Esto es posible si se cumplen los plazos proyectados para finalizar los mayores desmontes e intervenciones, que implicarían la retirada de la maquinaria más pesada, y que haría factible esta apertura aunque sin descartar jornadas de cierre según lo requieran las intervenciones.

En estos momentos el ensanche de la vía ya ha llegado desde Tamaraceite al barrio terorense de Miraflor, y el tramo desde ese punto hasta el nuevo puente, quedará fuera de los trabajos previstos en el plano inicial, lo que supondrá un nuevo proyecto, licitación y una modificación del presupuesto para dotarlo de una partida de 2,5 millones de euros más.

Con este modificado se pretende dotar a la recta principal de Miraflor, en la que se encuentran varios bares y restaurantes, de unas aceras más anchas y otorgarle al conjunto una mayor prestancia y atractivo a modo de travesía, y que incluye también ensanchar el viejo y pequeño puente que une las dos rectas principales de ese recorrido.

La actuación no requiere de expropiaciones y su ejecución, técnicamente, no presenta grandes dificultades, por lo que se estima que tampoco llevará mucho tiempo finalizarla.

Con este incremento, el coste de la obra en su conjunto ascenderá a los 7,5 millones de euros. Pero no es el único que se ha realizado hasta la fecha, ya que a lo largo de estos meses, a la vía se le han ido implementando nuevas medidas para mejorar la seguridad y comodidad así como para minimizar su impacto paisajístico, de tal forma que, aún sin terminar, el recorrido entre Piletas a la villa apenas demora poco más de cinco minutos, como se puede comprobar los fines de semana, cuando el vial abre la tarde de los viernes hasta primeras horas de los lunes.

Los cálculos de momento, es que ese grueso del tramo, es decir el que arranca en la rotonda de Tamaraceite y finaliza en la entrada de Miraflor, pueda estar completamente entregado antes de las fiestas del Pino, para posteriormente rematar el que quede entre Miraflor y la villa. Esto supone más de un año de retraso con respecto al plan inicial.

Pero para el Ayuntamiento de Teror, la demora es bienvenida. Su alcalde, Gonzalo Rosario, asegura que "la gran implicación en este proyecto del director de obra, y de toda la consejería responsable del Cabildo, ha permitido que estemos hablando de una futura carretera mucho mejor que la prevista, y que casi no tiene nada que ver con el planteamiento original".

Rosario destaca, entre otros elementos, la anchura que se le ha ganado a la calzada, como ocurre en la llamada curva de El Chaparral, "que recibe un aumento de siete metros más cuando de desmonte iba a tener poco más de dos. Y es que la vía también tiene una peculiaridad que no tienen otras carreteras del interior grancanario, dado que se trata también de un camino de peregrinaje en el que prácticamente durante todo el año es constante el paso de peatones que suben a Teror para visitar a la patrona.

Un trasiego que, para los usuarios de la carretera, siempre ha sido motivo de no pocos sustos a cuenta de las estrechas curvas sin visibilidad en la que era frecuente encontrarse sin aviso previo a grupos de personas dentro de la calzada, circunstancia que tiene su apogeo semanas antes y después de la festividad del Pino.

Con el nuevo diseño los transeúntes cuentan, en prácticamente todo el recorrido, de un amplio paso que evita ese peligro, con una sustancial mejora también la visibilidad en las curvas gracias al desmonte de taludes. A eso se añadirá una señalética específica que advierta a locales y foráneos que es una vía transitada por peatones y ciclistas. Por último, también dispondrá de las preceptivas barreras biondas, que sustituyen a los antiguos muros, "que eran más pintorescos, sí,", apunta el alcalde, "pero que ya no se ajustan a la normativa vigente".