La calima comienza a remitir tras 48 horas tras superar ayer hasta tres veces los valores límites establecido por la Organización Mundial de la Salud, y lo hace desde la tarde de ayer, cuando el régimen de alisios suplantaba casi de golpe el persistente viento procedente del continente africano.

Un aire cálido, con rachas aún fuertes transportaban hasta entrada la tarde una gran concentración de partículas en la atmósfera, al punto de que en el Mercado Central la estación que vigila la calidad del aire del Gobierno de Canarias, alcanzaba a las 16.00 horas 131 microgramos por metro cúbico de PM2,5, que son aquellas que pueden atravesar la barrera pulmonar y con potencialidad para desarrollar enfermedades cardiovasculares y respiratorias. Hay que reseñar que la OMS considera como valor límite 50 microgramos de partículas en metro cúbico de media en 24 horas.

La capital grancanaria era uno de los puntos más castigados por el polvo en suspensión de todo el archipiélago, si bien en La Gomera se alcanzaba casi los 300 microgramos por metro cúbico a la una de la madrugada.

Poco después del cambio de viento la calidad del aire mejoraba sustancialmente, y de hecho, de nuevo en el Mercado Central, se reducían de 130 a 67 en solo tres horas, y según las previsiones de la Agencia Estatal de Meteorología la tendencia continuará hoy así, con resaca aún en Lanzarote o Fuerteventura para desaparecer durante el fin de semana gracias a un viento predominante de norte.

Parte de este refresco del ambiente durante la jornada de ayer se achaca también a una velocidad del aire que disminuía notablemente con respecto al martes, cuando se llegaron a apuntar también en La Gomera rachas de viento rozando los 130 kilómetros por hora, mientras que ayer no superaron, como máxima de Canarias, los 78 kilómetros por hora en Izaña. Sin embargo no ocurría igual con las temperaturas, que continuaban rondando los 30 grados centígrados, como ocurría en Tasarte, en La Aldea de San Nicolás, con 29,5 grados.

Las demás máximas se anotaban también en la provincia de Las Palmas, en puntos como Teguise, La Oliva y el aeropuerto de Fuerteventura, todas por encima de los 28, 5 grados. Pero igual de rotundas eran las mínimas, como las de Tasarte y sus 22,1 grados a las siete y media de la mañana.

Estos valores irán bajando a partir de hoy de forma más contundente en las medianías y cumbres, gracias a un viento del norte flojo y que también aportará nubosidad al norte de Gran Canaria, pero con la apertura de claros al mediodía, mientras que en el sur, así como en Lanzarote y Fuerteventura, los cielos estarán más despejados y con un aire en ambas islas que puede quedar aún turbio por el polvo en suspensión. La predicción para mañana viernes es un calco de la de la de hoy, salvo por la práctica desaparición del episodio de calima. Así queda un sábado y domingo con mayor refresco de las temperaturas, sin descartar lluvias débiles y dispersas en el norte. El viento recobrará algo de protagonismo, del nordeste moderado, y algo más intenso por la tarde en el noroeste y sureste de Gran Canaria, así como en sus medianías y el interior de Lanzarote y Fuerteventura, donde no se descartan rachas algo más fuertes, según la Aemet.

Pero a la vista no se esperan precipitaciones que puedan remitir el seco año hidrológico que, según el resumen de la situación meteorológica del pasado enero, está sufriendo el archipiélago. Un periodo que arranca el 1 de octubre y que, de momento, la escasez de lluvias está provocando que en amplias zonas de la Comunidad Autónoma, "las precipitaciones no lleguen ni al 25 por ciento de lo normal". A ello contribuye el mes pasado con rotundidad, ya que según la Aemet se encuentra entre " los cinco más secos de los últimos 40 años, junto con los de 1983, 1992, 1995 y 2008".

Además, en cinco puntos de las islas se registraron el día 30 las temperaturas más altas del periodo, como en El Paso, en Agulo, en San Sebastián de La Gomera, Agaete y Arucas, estas dos últimas localidades con 25,4 y 28,5 grados respectivamente.