Una copa de vino de fresas de Valsequillo puede ser bien acompañada por un trocito de turrones tradicionales, una lasquita de queso flor y hasta con un triángulo de queque de manzana si aún queda hueco para tanta maravilla gastronómica. Después de las catas y la aglutinación de sabores, aromas y jolgorios alimenticios sin par, varias infusiones de especias ecológicas serán suficientes para bajar el bocado y, por supuesto, disfrutar desde primera hora de la mañana de la séptima edición de la feria Gran Canaria Me Gusta.

Los 10.000 metros cuadrados de Infecar se llenan desde hoy hasta el próximo 9 de febrero con 94 puestos que vienen desde todos los puntos de la Isla para mostrar el trabajo y esfuerzo diario de los productores agrícolas y ganaderos. La promoción del kilómetro 0, aquel que se trata de un alimento local, de temporada y que requiere de una serie de procesos ecológicos de tratamiento, ha sido el eje central de la muestra canaria con la unión de 16 ayuntamientos.

Para Jose Luis Ojeda es la primera vez en la muestra y atiende con paciencia a todo aquel que se aventure al final del pabellón 7 y desee endulzarse. Un queque para OliviaUn queque para Olivia es el nombre de su negocio, con apenas tres meses de vida y oriundo del barrio de Tamaraceite de la capital.

La odisea se gestó cuando, de repente, después de varios años yendo a la cafetería que tocaba al lado de su casa a darse el gusto él y su mujer con los postres que preparaba la señora Rosario, la pastelera, vieron que se traspasaba el negocio porque se jubilaba. Una oportunidad que no dudaron en aprovecharla. "Empezamos hace poquito y se ha convertido en una repostería artesanal donde hacemos pedido por encargo con productos de la tierra, 100% natural", comenta Ojeda. "El cambio ha sido para mejor, le tenemos mucho cariño y lo cuidamos con mimo siendo nuestra especialidad el queque, además, Olivia es nuestra hija", de ahí el nombre singular.

Una pareja formada por un empresario de hostelería y una arquitecta han iniciado juntos este camino con las recetas que doña Rosario les regaló en su día, "tenemos queques de limón, canela, frutas del bosque y de manzana, y hemos ampliado un poquito más porque nos demandaban más sabores", apunta. La razón para venir al Gran Canaria Me Gusta es clara: "Darnos a conocer y tener mayor aceptación".

Experiencia y esfuerzo

A quien le sobra fama isleña es al Queso Flor Valsequillo. Los quesos con leche de vaca, mezcla y cabra son marca de calidad y distinción que han sido reconocidas hasta por la competición World Cheese Awards. "Intentamos ser una quesería tradicional del siglo XXI aunando tradición y experiencia", resalta el director comercial Juan Lloret Padrón, que reconoce la labor de los ganaderos que han consolidado una larga carrera de más de treinta años.

Al otro lado del cuadrilátero, embestido de experiencia y mucha labia, está Benito González, propietario de El Cardón y asiduo del envite gastronómico. Su hijo Dailos González lo acompaña en el puesto para atender y aprender las mañas de la venta. "Importamos, molemos, mezclamos y distribuimos nosotros mismos, tanto sin gluten como sin sal ni alérgenos y aditivos, son mezclas naturales", comenta González del jengibre, la cúrcuma, el pimiento dulce o el curry que descansan en las bolsitas expuestas. "Dime qué tienes y te recomiendo una", que si bien tienes un dolor de cabeza o de espalda, la cosa cambia.

En relación a la expansión y al sobresfuerzo que experimenta el sector, el propietario dice sin ambigüedades que "esta iniciativa es importante porque estamos siempre olvidados", afirma, "las grandes empresas que operan en la Isla no nos hacen ni caso". Han venido desde Santa Brígida, en concreto de Sardina del Sur, y plantean próximamente la apertura de un local en el Mercado del Puerto para cumplir con su objetivo: "Sería la primera vez que operamos en la capital en venta directa y sin intermediario".

Las inclemencias del sector

Las visicitudes de la economía primaria estuvieron presentes en las palabras del presidente del Cabildo de Gran Canaria, Antonio Morales, al elogiar las sinergias entre la iniciativa pública y privada para dar cabida a un encuentro donde se entremezclan degustaciones, cocina en vivo y participación de la ciudadanía. "Esta feria se ha convertido en una auténtica referencia en el sector primario, sobre todo para generar conciencia, formación e información sobre la necesidad de consumir producto local, fruto del esfuerzo que hacen cada día los hombres y mujeres del mundo rural".

"El productor es el que más está sufriendo ahora mismo y los intermediarios son los que terminando ganando", coincidió Ana Hernández, alcaldesa de Ingenio, "se está trabajando en ello y desde los municipios estamos intentando que el producto vaya directamente al público, pero no cabe duda de que se tiene que trabajar desde administraciones más altas". Por su parte, Héctor Suárez, alcalde de Telde, tomó el testigo y reiteró que "Gran Canaria requiere de minidestinos como nuestro municipio que le aporten valor añadido, y para nosotros es fundamental conectar turismo y gastronomía y lanzarlo al exterior".

Las naranjas, el ron miel, un poco de sidra de manzana de Valleseco tuestan una paleta de colores vívidos y naturales. "Lo que he visto hasta ahora es sorprendente, cómo tanto los ayuntamientos como las empresas privadas se han esmerado", añadió Francisco Perera, alcalde de uno de los pueblos más bonitos de España, "eso sí, las novedades hay que verlas en el puesto de Tejeda, que si no se pierde la sorpresa".

La chiquillería del colegio San Miguel Arcángel campa por los caminos y Mónica Dalture, la profesora de sexto de primaria, alude a que esta es una excursión para que conozcan los productos de Canarias. "Hemos venido a probar cosas, comimos bizcocho y leche", suelta uno, "es una de las mejores excursiones que he hecho", y ante una queja generalizada ante semejantes palabras, una niña salta pispireta "lo bueno es que puedes comer mucho". Y qué buen paladar tiene Gran Canaria, que hasta los más pequeños reconocen su sabor.