Canarias se enfrenta en las próximas horas con el que podría ser uno de los episodios de calima más fuertes de los últimos años, originado por la confluencia de una borrasca que se sitúa al sur y oeste del archipiélago, y la estratégica posición del anticiclón atlántico, según explica la Aemet, un mixturado que provocará vientos muy intensos que pueden llegar a los 120 kilómetros por hora en las cumbres de La Palma, y una intrusión de calima que podría reducir la visibilidad a apenas 1.500 metros.

Por todo ello el Gobierno de Canarias activaba a las nueve de la noche de ayer viernes la alerta por vientos, subrayando que las áreas más afectadas por este motivo serán las de los municipios del norte y el oeste de las islas de mayor relieve, las medianías y zonas altas de las vertientes este y sur, y las cumbres, así como La Graciosa, y el norte, parte del interior y el oeste de Lanzarote y Fuerteventura.

A este cóctel, que a su vez mantiene a la agencia estatal con sus respectivos avisos amarillos activados, se suma también otro aviso amarillo por mala mar para el domingo en todas las aguas del archipiélago.

El desarrollo de la inestabilidad comenzará a notarse significativamente a partir del mediodía de hoy, cuando la visibilidad podría reducirse en torno a los 3.000 metros y unas temperaturas al alza, que podrán alcanzar los 29 grados centígrados tanto en Tenerife como en las islas de la provincia de Las Palmas.

A esas horas del día comenzará a soplar el viento de componente este a sureste con fuerza en las zonas altas, para ir aumentando su intensidad a medida que van pasando la jornada, según la predicción de la Aemet.

Durante la madrugada del domingo la velocidad del viento irá en aumento, empeorando tanto la situación en el mar como en las zonas altas, y ahora importando desde el continente africano una gran densidad de polvo en suspensión.

Así es como el día amanecerá con aviso naranja por fuertes rachas de viento, "que podrán ser huracanadas", según subraya la Aemet, en las cumbres de Gran Canaria y La Palma, así como buena parte del norte de Tenerife, y todo el territorio de las islas de La Gomera y El Hierro, manteniéndose el amarillo en el resto de zonas tanto por polvo en suspensión como por vientos y fenómenos costeros.

Las temperaturas seguirán en torno a los 28 grados centígrados, la visibilidad será menor aún, "especialmente en la segunda mitad del día", y el viento del este llegará en rachas que en algunos puntos superarán los 90 kilómetros por horas e incluso podrán alcanzar picos de 120 kilómetros por hora en las zonas más altas del archipiélago.

Para el lunes y el martes, se espera que al viento y la calima se apunte un nuevo meteoro, la lluvia, sobre todo en las islas orientales donde pueden llegar a ser moderadas y en forma de chubascos, con un refresco de las temperaturas pero con el viento soplando aún de componente este y con mucha fuerza en la primera mitad del día. En las cotas de mayor altura será de componente sureste, con rachas también muy fuertes.

El martes 25 esas precipitaciones, siempre según el pronóstico de la Aemet, podrán venir acompañadas de tormentas en la parte más occidental de la provincia de Santa Cruz de Tenerife, y débiles en el resto, pero seguirá presente una persistente calima, con su consiguiente reducción de visibilidad.

Todo esto por venir, según las predicciones de la agencia estatal, mientras ayer se vivía la preceptiva calma antes de la tormenta, con unas temperatura máximas en torno a los 24 grados centígrados, unos vientos en calma, salvo rachas puntuales de 63 kilómetros por hora en La Gomera, y eso sí, unas temperaturas mínimas significativas, como los más de dos grados bajo cero que se apuntaban en la estación meteorológica de Izaña.