Canarias se encuentra desde el mediodía de ayer bajo los efectos de una de las calimas más potentes que se recuerdan en años, y que remontan la memoria colectiva a la vivida el día de Reyes de 2002. Y en aquella ocasión se recurría a otra anterior de similares características ocurrida a principios de los 80, como si repitiera un ciclo de cada 20 años.

La de ayer tiene similitudes con la que le precede en efectos como la suspensión de vuelos, pero la de este 22 de febrero los supera ampliamente con el caos provocado especialmente en el aeropuerto de Gran Canaria y los dos de Tenerife a partir de la tarde, porque por la mañana le tocaba en menor medida el turno a los de Lanzarote y Fuerteventura. En suma, 230 vuelos afectados en los cuatro principales aeropuertos canarios. Gando permaneció cerrado durante cinco horas, para abrir a las 21.30 horas.

Pero Gran Canaria iba a tener por la tarde, sobre las seis y media, un invitado no deseado, con un fuego que hacía saltar todas las alarmas en Tasarte y que adquiría gravedad alimentado por unas temperaturas superiores a los 25 grados centígrados, y unas fuertes rachas de viento que obligaba a la población a confinarse en sus viviendas, todo ello con la cercana Inagua temiendo su entrada en el pinar.

El aire del este está siendo literalmente succionado por una borrasca que gira, como todas ellas en el hemisferio norte, en el sentido contrario de las agujas del reloj y que está situada en el oeste y sur del archipiélago, creando una endiablada máquina de fabricar temporales y que no ha hecho más que poner se en marcha porque se espera su continuidad al menos hasta mañana lunes.

De ahí que desde el Gobierno de Canarias se ampliara la alerta de tal forma que a medida que transcurría la jornada, y con unos niveles de visibilidad mínimos, se fueran cayendo de la agenda decenas de actos de carnaval y deportivos.

Algunos ya ayer en las islas orientales, que fue el caso de la gala de preselección de los candidatos de la gala drag de la capital, por la caída de hojas de palmeras, y varios elementos del escenario durante el transcurso del acto, pero la gran mayoría para hoy domingo, como la cabalgata infantil y el concurso de murgas de los más pequeños, así como los programados en Vecindario o la carrera contra el cáncer que se celebraría hoy en Maspalomas. Además afectará a una treintena de encuentros de fútbol de la categoría regional así como a los del baloncesto base, entre otras muchas citas.

Todo esta macedonia de circunstancias motivaba ayer al Presidente del Gobierno de España, Pedro Sánchez, a expresar a las 20.35, hora canaria, a través de un tuit que se encontraba "muy atento a la situación en Canarias ante la calima, el fuerte viento y la evolución del #IFTasarte. Mi solidaridad con todos los vecinos y vecinas afectados y todo el apoyo a los efectivos de emergencia que están trabajando para controlar el fuego".

Se disparan las partículas

Mucho antes, en la perfecta raya del mediodía, era cuando la gigantesca nube de polvo en suspensión se abalanzaba sobre las islas orientales, en una estela que también retrataba el satélite Modis de la Nasa, con una enorme lengua emergiendo de las costas del Sáhara que se dirigía con exacta puntería al archipiélago, ni más arriba, ni más abajo.

Para entender la incidencia hay que remitirse a la forma de intrusión del polvo en suspensión. Primero por Fuerteventura y Lanzarote, que al mediodía registraba en su atmósfera 49 microgramos de PM2,5 por metro cúbico de aire, la máxima del día en la isla, para luego reducirse a la mitad por la tarde, para dejar pasar el grueso por el sur en su camino hacia el oeste.

En Fuerteventura la reducción de la visibilidad a primeras horas ya quedaba por debajo de los 2.000 metros en Puerto del Rosario. Pero menos aún en Lanzarote, donde comenzaban las tomas frustradas de aeronaves que tenían como destino las pistas de Guacimeta y eran desviadas a la isla majorera. Más al norte, en La Graciosa, el viento aullaba con potentes rachas de viento que barría las calles. Todo ese rebumbio se dirigía lento pero seguro hacia Gran Canaria, siguiente escala de la ruta del siroco.

Paradójicamente las primeras tres islas en sufrirlo fueron las que mejor sortearon la situación, ya que fue escampando notablemente por la tarde. Pero en Gran Canaria a las diez de la mañana, aquél aire de la capital que parecía filtrado con apenas 9 microgramos por metro cúbico de aire, se fue enturbiando exponencialmente, de tal forma que a las seis de la tarde se saturaba con casi 600 microgramos de PM2,5 en la estación que el Gobierno de Canaria mantiene emplazada en el mercado central, lo que implica multiplicar por 12 los niveles de insalubridad que fija la Organización Mundial de la Salud.

Y es que la fuerza del viento se convertía en un transportador de mucha potencia, como las rachas de hasta 148 kilómetros por hora, máxima del país, registrada en Izaña, a la que seguían las de 105 kilómetros por hora en Gran Tarajal, y las más peligrosas aún de Tasarte por la evolución del incendio, y que volaba en ocasiones con picos de 99 kilómetros por hora, ello en un ambientemuy seco y cálido que marcaba la máxima de Mogán: 30,6 grados centígrados.

Recomendaciones

En teoría la inestabilidad aún está al ralentí. Porque los modelos sugieren para las próximas horas nuevos embates del polvo en suspensión, de ahí que la Consejería de Sanidad esté recomendado a las personas sensibles extremar las precauciones por la gravedad de los síntomas respiratorios que puede ocasionar el denso polvo en suspensión.

Hay que reseñar que en el anterior gran episodio, el ocurrido hace dos décadas, tras tres días de embate un centenar de personas tuvieron que ser atendidas en centros hospitalarios con problemas respiratorios.

Por este motivo lanzaba ayer sus consejos para paliar en lo posible su incidencia, como permanecer el mayor tiempo posible en las estancias más frescas de la casa y bajar las ventanas. Recurrir a algún tipo de climatización para refrescar el ambiente; evitar el sol directo y tener en cuenta los lugares que producen cambios bruscos de temperatura.

Pero, sobre todo, "evitar salir y hacer ejercicios prolongados" expuestos tanto al calor como al aire contaminado por las partículas en suspensión, y tomar agua muy a menudo e ingerir alimentos ligeros.