Cuando sobreviene alguna catástrofe a consecuencia de un fenómeno meteorológico adverso, se oyen las voces de quienes consideran esos momentos como únicos. "Nunca se había visto nada igual". La fragilidad de la memoria, cuando no el desconocimiento, son responsables de lagunas que deben refrescarse.

Cuando sobreviene algún tipo de catástrofe asociada a fenómenos meteorológicos se suele oír repetidamente aquello de que nunca antes se había visto nada igual. La fragilidad de la memoria, cuando no el desconocimiento, son los responsables de esos lapsus que en el caso de la calima, los fuertes vientos y las plagas de langostas se refrescan con esta relación.

15 de octubre de 1954. Entre los días 14 y 15 de octubre se desató una de las plagas de langostas más terribles que recuerdan nuestras islas. En días anteriores y durante la invasión se sucedió la presencia de borrascas saharianas, anticiclones saharianos y anticiclones sobre el Atlas que volcaron calima y vientos del SE a las islas.

Octubre de 1958. Canarias sufrió una de las mayores plagas de langosta de su historia. Comenzó el viernes 17 de octubre. Amanecía con vientos cálidos procedentes del sureste, cuando los habitantes del Archipiélago se vieron sorprendidos por la llegada masiva de langosta africana ( schistocerca gregaria). Cuentan las crónicas de entonces que era tal la cantidad de insectos que llegaban desde la costa africana, que el sol llegó a quedar tapado por completo por una gigantesca nube roja. En Tenerife, los municipios más afectados fueron los de Arico, Arona, Fasnia, Güímar, Candelaria y Arafo, además de la Isla Baja. Seis días después, el Gobierno se vio obligado a enviar dos avionetas desde la Península que cubrieron 15 vuelos diarios desde Los Rodeos a las zonas más perjudicadas.

10 de diciembre de 1988. Las autoridades declaraban la situación de máxima alerta en Canarias ante la llegada de numerosos ejemplares de langosta africana, de color rojizo, lo que indica que se encontraban en su fase más voraz. El temporal de viento del sureste con polvo en suspensión dejó incomunicadas por vía aérea a La Palma y El Hierro.

6 y 7 de enero de 1999. Los días previos el viento se enfureció y la mar se crispó hasta que sobrevinieron vientos del suroeste con calima y polvo en suspensión. En aquellas jornadas se desviaron vuelos y cancelaron operaciones marítimas; hubo daños en los puertos; cortes y altibajos del suministro eléctrico y árboles caídos. En Santa Cruz, se vieron afectados el paseo de San Andrés; la escuela de Vela del Cidemat; el Parque Marítimo y parte del muelle Sur.

19 de febrero de 2004. Tras una calima extrema que trajo una plaga de langosta a Lanzarote, una borrasca en superficie dio lugar a precipitaciones y tormentas, acompañadas de viento. Las lluvias más intensas del año en un periodo de 24 horas en todo el territorio nacional se registraron en La Palma aquel 19 de febrero con 183,6 l/m2. El temporal del SW borró la imagen de la playa de Maspalomas en pocas horas. Las olas irrumpieron en el espacio dunar y se adentraron casi 500 metros.

28 de noviembre de 2004. El Gobierno de Canarias declaró la existencia de plaga de langosta en Lanzarote, tras alcanzarse un volumen de al menos dos millones de animales procedentes del continente africano, según el consejero de Agricultura, Pedro Rodríguez Zaragoza. La mayoría de estos ejemplares se concentraron en los municipios de Haría y Yaiza, donde algunos cultivos resultaron perjudicados.

17 de enero de 2005. Una borrasca afectó de una forma atípica al Archipiélago con calima intensa en las islas orientales y diluvio y nieve en las occidentales. Hubo inundaciones en San Sebastián de la Gomera por una tormenta anclada, fuertes precipitaciones en Agulo, Valle Gran Rey y San Sebastián, desbordándose el cauce del barranco de la Concepción en San Sebastián, inundando la central de Unelco y provocando un apagón en la isla.

21 de enero de 2008. Caos en El Hierro por un temporal que dejó a media isla sin suministro eléctrico. Se había declarado alerta naranja por una tormenta de viento huracanado y la fuerte calima afectó, en especial, a la zona del Valle, a Valverde y a los pueblos de El Mocanal y Guarazoca. Durante la madrugada se incrementó la fuerza del viento en estos lugares, superando los 120 kilómetros por hora. Dos torretas de alta tensión de Unelco-Endesa en El Mocanal y Erese cayeron y dejaron sin suministro eléctrico al 50% de sus abonados, cerca de 2.500.