El polvo en suspensión procedente del Sáhara por el fuerte viento de hasta unos 117 kilómetros por hora en el Archipiélago ha manchado el blanco característico del casco histórico de Agaete, dejando una imagen especialmente. Las paredes del municipio se despertaron teñidas de un marrón que se hizo notar a medida que el aire se limpiaba durante la tarde. Todo ello en una jornada en el Norte de la Isla en la que las rachas de viento amainaban y la normalidad se recuperaba después de un fin de semana con numerosas incidencias como caídas de árboles y desperfectos en postes de telefonía y luz.

En Agaete no se reportaron mayores sucesos por culpa de la calima y los fuertes vientos más allá del polvo que cubrió las viviendas, las calles y que generó poca visibilidad en toda la población norteña. Desde la carretera de La Aldea de San Nicolás solo se podía divisar la urbanización Las Candelarias, mientras que la Iglesia Matriz de Nuestra Señora de la Concepción no podía verse. Portavoces del Ayuntamiento de Agaete han destacado que la calima en la villa es fuerte, pero que hasta ayer no se había registrado un número "inusual" de personas afectadas por enfermedades respiratorias, aunque han destacado que en el centro de salud están "sobre aviso" porque los síntomas de las afecciones respiratorias suelen manifestares después de tres días de estar expuestos al polvo en suspensión.

A unos 40 kilómetros, en Teror, la situación fue diferente y es que en ese municipio se registraron más incidencias, aunque ninguna de peligrosidad. Una de ellas fue la posibilidad de desprendimiento de las planchas del auditorio, por lo que desde el ayuntamiento se activaron los recursos necesarios para atornillarlas y para ello también solicitaron la colaboración de los bomberos ya que la altura sumada a la ráfaga de viento podía ser peligroso para los trabajadores del Consistorio que se encontraban trabajando para ajustar la cubierta.

Además, el alcalde Gonzalo Rosario destacó que durante el domingo las planchas de los techos de algunas viviendas volaron y un pino cayó sobre la carretera entre Teror y Valleseco, pero actuó el Servicio de Carreteras. Rosario también destacó que durante la jornada de ayer se dedicaron a recoger las ramas de árboles que se cayeron por el viento.

"Hoy nos dedicamos a recomponer todo, barrer y limpiar. Las palmeras se quedaron podadas prácticamente", destacó el alcalde, que también agradeció que no se tuviera que lamentar ninguna desgracia personal. Además, ayer el viento les dio una tregua, aunque seguía presente el polvo en suspensión.

Por su parte, en Santa María de Guía, el Ayuntamiento decidió cerrar las instalaciones deportivas durante el día de ayer debido a la calima, mientras que el viento levantó el porche de una casa situada en Montaña Alta y se llevó consigo algunos árboles de la zona de El Junquillo.

Además de tumbar ramas, al caer la noche se vieron afectados postes de luz que terminaron ladeados, una situación que fue solventada por la compañía eléctrica Endesa durante la jornada de ayer. Cabe destacar que esto no afectó, según el alcalde Pedro Rodríguez, al suministro eléctrico. En cuanto a la limpieza, Rodríguez destacó que "dedicamos todo el personal del Consistorio a limpiar las carreteras de las medianías porque había muchas hojas y ramas".

En Gáldar, un restaurante sufrió pérdidas importantes durante el domingo a causa del temporal y es que la calima y el viento impidieron que los clientes, que ya habían hecho reserva, acudieran a la cita. Para el dueño del Restaurante Marisquería Fragata de Jean Paul, el domingo fue un "completo desastre", ya que casi todas las reservas fueron anuladas "porque nadie salió de su casa".

El negocio de Jean Paul fue, según él, el único que abrió sus puertas anteayer a pesar de la tormenta de arena, aunque destaca que desde ayer están volviendo a la normalidad. "Estamos trabajando un poco", apuntó Jean Paul, que sí pudo trabajar con normalidad el sábado. "Cambiamos todos los manteles, contratamos personal extra para la limpieza y yo mismo he tenido que colaborar, hemos trabajado juntos", relató el dueño de la marisquería.

Langostas africanas

Un vecino de Visvique se percató de la presencia del insecto en su vivienda durante el fin de semana. El estudiante de auxiliar de veterinaria, Héctor Sarmiento, contó a este periódico que el sábado vio aparecer en su casa una langosta africana. El joven relató que se encontraba en la azotea de la vivienda con el fin de "observar el panorama" y percatarse del tiempo que hacía en su localidad cuando vio un "bicho grande". En un primer momento creyó que se trataba de un saltamontes pero al acercarse se dio cuenta que debía ser otro insecto.

Seguidamente, Sarmiento comenzó a realizar una búsqueda rápida en Internet para identificar de qué especie se trataba. Ahí se dio cuenta de que era una langosta africana. "Llamé a mi profesor y le envié una foto y me corroboró que se trataba de ese bicho", explicó Sarmiento. "Ayer en la mañana había como unas 20 o 30 volando continuamente, desde la calle no se apreciaban, solo desde las alturas, yo he visto libélulas y no son", concluyó el estudiante.