El incendio en la reserva natural de Inagua, estabilizado desde la tarde de ayer pese a que nuevos focos amenazaron las poblaciones del barranco de Siberio, es la principal secuela que queda del temporal de calima y viento que desde el sábado puso en jaque a todo el Archipiélago canario. El fuego, iniciado en el barrio Tasarte, no se podrá dar por extinguido hasta dentro de varios días, según los cálculos de los técnicos del Cabildo de Gran Canaria.

Los aeropuertos de las Islas ya operan con normalidad, con un incremento de vuelos para devolver a sus lugares de origen a los miles de pasajeros que quedaron bloqueados el domingo por el cierre del espacio aéreo.

Las zonas turísticas también han recobrado el pulso tras reparar los daños del viento y el polvo en suspensión, mientras que los hospitales se mantienen a la expectativa ante un previsible incremento de pacientes con enfermedades pulmonares a causa de la fuerte calima.

La llegada del alisio ha comenzado a limpiar la atmósfera de este a oeste y para hoy miércoles se prevé una bajada de las temperaturas máximas, que ayer volvieron a rondar los 30 grados centígrados en puntos de todo el Archipiélago, según datos de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet).

Cuatro días después de que se iniciará en la Degollada de Tasarte, por causas aún por determinar, el Cabildo declaró estabilizado el incendio forestal de Inagua a las 20.00 horas de ayer, aunque aún se mantienen "puntos calientes" en el interior de ese espacio protegido por las dificultades para acceder a ellos. Las llamas han avanzado "mansamente" y, en principio, no han causado daños irreversibles en la flora y la fauna.

La utilización de los dos hidroaviones llegados desde la Península y de los helicópteros de La Gomera y El Hierro están facilitando las tareas de extinción, que siguen hoy con la ventaja de que anoche se enfrió la zona por la llegada del alisio.

Contrafuegos

Un dispositivo de 150 personas luchó todo el día de ayer en el interior de Inagua para evitar que las llamas se extendieran por las barrancos de La Aldea y Siberio hasta los barrios de El Carrizal, El Toscón y El Juncal, todos ellos en el municipio de Tejeda.

Durante la madrugada del lunes al martes el incendio descendió de forma lenta por el barranco de Lina, con un frente de un kilómetro, y obligó a los equipos de extinción a ensanchar la pista forestal de Inagua en previsión de tener que realizar una maniobra de contrafuego para evitar que las llamas saltaran a los pinares de Pajonales y Ojeda, según informaron el presidente del Cabildo grancanario, Antonio Morales, y el jefe del servicio insular de Medio Ambiente, Luis Fernando Arencibia, que precisaron que ese camino de tierra de tres kilómetros tiene ahora un ancho de 27 metros.

El primer contratiempo surgió por la mañana, pues a causa de las altas temperaturas aparecieron nuevos focos en la zona de Pino Gordo, por encima de la presa de La Aldea. "Son puntos aislados, pero con el calor podrían generar problemas", explicó Morales en su comparencia del mediodía, en la que también estuvo acompañado por sus dos vicepresidentes y socios políticos, Miguel Ángel Pérez y Concepción Monzón, y por la consejera de Medio Ambiente, Inés Jiménez.

"Se está haciendo un esfuerzo enorme para que el fuego no llegue a los barrancos de La Aldea y Siberio y pueda afectar a los núcleos de población de El Juncal, Carrizal y El Toscón", resaltó el presidente.

No obstante, ni siquiera se llegó a barajar el desalojo de esos barrios de Tejeda porque desde Pino Gordo hasta el cauce de los barrancos quedaba suficiente longitud para frenar las llamas. "Seremos precavidos y si hay previsión de que puede afectar a la población se empezarían con las evacuaciones", apuntó Arencibia.

Poco tiempo después de que se detectaran los focos de Pino Gordo despegaron de Gando los dos hidroaviones del Ministerio de Fomento, que durante todo el día estuvieron cargando en la dársena del Puerto de La Luz, primero de norte a sur y después en sentido contrario al cambiar el viento. El helicóptero del Gobierno de Canarias no intervino ayer porque está en reparación, pero sí pudieron llegar los de La Gomera y El Hierro, toda vez que mejoró la visibilidad. También se incorporó otro helicóptero para la coordinación aérea de todos los aparatos.

Pese a la "preocupación" por el flanco abierto en Pino Gordo y la baja humedad, los equipos de extinción empezaron a valorar la posibilidad de estabilizar el incendio antes de que llegara la noche por la disminución del viento y la entrada del alisio, que podía dirigir el fuego hacia las zonas ya quemadas los días anteriores.

A falta de acceder a las zonas afectadas ayer, el Cabildo mantiene el cálculo de unas 1.000 hectáreas quemadas, de las unas 400 hectáreas corresponderían a la Reserva Natural Integral de Inagua y el resto a Tasarte y a las otras zonas altas de La Aldea. El dispositivo, que aún permanecerá varios días en la zona para vigilar, está formado por los equipos Bravo y Presa del Cabildo, la Unidad Militar de Emergencias (UME) y los bomberos del Consorcio de Emergencias de Gran Canaria, en tareas de apoyo y enfriando las zonas quemadas de Tasarte.

Endemismos

Preguntado por los daños en el espacio protegido de Inagua, donde se encuentra una colonia del pinzón azul y numerosos endemismos vegetales, Morales dijo que los datos son alentadores porque se trata de un fuego que no ha afectado a grandes masas boscosas, sino que se ha extendido a ras de suelo.

"En cuanto se extinga entrarán los especialistas para hacer una valoración del daño al medio natural; es un incendio de superficie, no de copa, y ha avanzado lentamente, por lo que creemos que el daño no es grave, pero tendrán que decirlo los técnicos", subrayó el presidente.

Respecto a la situación en Tasarte, declaró que es de "normalidad" pues todas las personas desalojadas el sábado y el domingo se encuentran ya en sus hogares. El próximo lunes se celebrará una reunión entre varios consejeros del Cabildo con el alcalde de La Aldea, Tomás Pérez, para poner en marcha los equipos de inspección que analizarán los daños en las viviendas y en las fincas.

Una vez valoradas las pérdidas, el Cabildo destinará una partida económica para hacer frente los perjuicios causados y colaborará con el Ayuntamiento y las familias para paliar las consecuencias del incendios. En una primera visita del consejero de Sector Primario, Miguel Hidalgo, se ha visto que no hay daños en las explotaciones ganaderas, aunque sí en los invernaderos a causa del viento, no por el fuego.

"El consejero nos ha dicho que los cultivos afectados son mayormente de autoconsumo y que los animales son domésticos; una vez valorados los daños y el coste económico para afrontarlos, el Cabildo de Gran Canaria pondrá en marcha los mecanismos de ayuda, como ocurrió en los incendios del pasado mes de agosto en varios municipios de la cumbre", insistió Morales.