Los dos incendios forestales del pasado fin de semana en Gran Canaria, uno iniciado el sábado por la tarde en Tasarte y otro el domingo por la mañana en las proximidades del Roque Bentayga, fueron accidentales o intencionados, pues ya se ha descartado que el origen del fuego se debiera a causas naturales.

Una vez controlados ambos incendios -el de Tejeda el mismo domingo-, los agentes de la Brigada de Investigación de Incendios Forestales (BIIF) del Cabildo han iniciado las pesquisas para determinar las causas, según anunció el presidente Antonio Morales.

En el primer caso, los equipos

de emergencias llegaron cuando el incendio ya estaba extendido, pero por las imágenes tomadas por los ciudadanos se acotó una zona del posible inicio del fuego en la Degollada de Tasarte, según explicó Federico Grillo, quien apuntó que ahora hay que rastrear allí "para encontrar indicios de lo que pueda quedar".

Una vez pasada la fase peligrosa, comienza una investigación en la que la BIIF aplicará el Método de la Evidencia Física, "un riguroso procedimiento que se extiende durante cuatro meses para poder entregar a la Fiscalía de Medio Ambiente un informe detallado que dé cumplimiento a su objetivo de determinar el origen, la causa, la motivación y a ser posible el autor", según adelantó el Cabildo en una nota.

La Brigada no puede informar sobre su trabajo mientras esté la investigación en curso y entregadas las conclusiones a la Fiscalía, que ha elogiado en diversas ocasiones la exquisitez de sus informes. "El procedimiento es laborioso y garantista", explicó el coordinador de la Brigada, Juan Carlos Santana.

El trabajo consiste en rebobinar la secuencia del incendio. "Es como un ser vivo, nace, crece y muere", explicó Santana, quien detalló que se trata de desandar el camino recorrido por las llamas hasta llegar al punto de origen, y ello lo hacen con un estudio topográfico del lugar, el modelo de incendio, el tipo de combustible vegetal y la climatología del día.

Con la ayuda de banderillas rojas y blancas, y leyendo el avance, la intensidad y gradientes de daño en piedras, ramas y el terreno, logran llegar al lugar de inicio para descubrir el foco y el medio de ignición.

Para ello, lo primero que hacen es acordonar la zona y trazar calles de 50 centímetros que estudian milimétricamente con lupas, detectores de gases, de temperaturas e incluso imanes, hasta dar con la causa. Aunque logren un primer indicio evidente, incluso ello hay que acreditarlo, y hasta que no haya sido probado no es una conclusión válida ni para la justicia ni para ser informada a la sociedad.

El Cabildo de Gran Canaria es el único que cuenta con Brigada de Investigación de Incendios Forestales y la constituyó como medida preventiva porque solo conociendo la causa se pueden tomar medidas para prevenirlas, subrayó el inspector, quien subrayó que la causa natural no ha sido acreditada nunca de hecho en Gran Canaria, ya que el cien por cien tiene detrás una causa humana, y de ellas la mayoría son por imprudencia y las menos las intencionadas.

Las imprudentes son por actos humanos en los que no se respetaron las medidas objetivas de seguridad, en la mayoría de las ocasiones por actividades de riesgo como el uso de maquinaria en temporada de riesgo de incendio forestal, por lo que el Cabildo no cesará en su empeño de lograr que la sociedad tome conciencia de que vive en una era en la que los fuegos forestales son un riesgo real.

En Tasarte se ha comprobado cómo las casas limpias de maleza y residuos alrededor apenas sufrieron daños, sin embargo otras no solo tenían acumulación de vegetación seca, sino residuos inflamables, incluido un vehículo, lo que incrementó los daños, ya que el fuego encontró de qué alimentarse hasta llegar a la propiedad e incluso colarse dentro y destruirla.