El consulado serbio está en conversaciones con la Diócesis de Canarias para lograr que el obispado ceda a la Iglesia ortodoxa serbia un lugar de culto para la celebración de las liturgias en la zona sur de Gran Canaria, según ha confirmado a este periódico el diplomático de aquel país en la Isla, José María Domínguez Silva. La elección del lugar guarda relación con que en el sur de la Isla es donde residen los más de 200 ciudadanos serbios que viven en Canarias y cuya comunidad alcanza las 1.000 personas.

La presencia de la Iglesia ortodoxa serbia en el Archipiélago se remonta hasta hace ya tres años. De hecho, el padre Marko Dabic ofrece la liturgia a la comunidad serbia en la parroquia de la Presentación de la Madre de Dios en el Templo en el Puerto de la Cruz, en Tenerife. Desde entonces ha realizado actos religiosos esporádicos en Gran Canaria, donde la comunidad quiere establecer también un espacio para la oración. En este sentido, el obispado ha ofrecido a los miembros de esta congregación la utilización del Templo Ecuménico de Playa del Inglés, propuesta que la comunidad ha declinado.

Las conversaciones con la Diócesis de Canarias se alargan debido a que el obispado está desde hace seis meses en un proceso de transición hasta la elección del sucesor de Francisco Cases al llegar su edad de jubilación.

Por ello, mientras las conversaciones llegan a buen puerto, los miembros de la comunidad celebran la liturgia de forma ocasional en una playa del Sur. De hecho, el pasado sábado unas 25 personas participaron en una ceremonia presidida por el padre Marko Dabic en la playa de Los Llanos de los Militares, en el municipio de San Bartolomé de Tirajana.

Escrituras de propiedad

Tras la celebración de la misa, los asistentes aprovecharon la ocasión para manifestarse contra la promulgación de la Ley de Libertad de Religión o de Creencias montenegrina con la que el gobierno de aquella nación pretende expropiar todos los templos de la Iglesia ortodoxa serbia en su territorio. Con una pancarta en la cual podía leerse los templos no se dan, los serbios cargaron contra el gobierno de Montenegro por querer despojarles de sus propiedades religiosas y de su historia, una historia compartida desde 1918, desde la antigua Yugoslavia, hasta la separación en 2006 tras un referéndum.

En la ley validada por el gobierno montenegrino el pasado diciembre para nacionalizar los bienes de la Iglesia se ordena a las comunidades religiosas serbias demostrar documentalmente que son propietarias de los templos que se expropiarán desde antes de 1918, año en que Serbia se anexionó Montenegro; en caso contrario, pasarán a ser públicos y "herencia cultural de todos los ciudadanos". La Iglesia ortodoxa serbia es propietaria de decenas de parroquias y 66 monasterios ahora en suelo montenegrino.

La aprobación de esta norma ha generado gran rechazo en Serbia, una veintena de diputados montenegrinos seguidos de aquella Iglesia fueron detenidos y la comunidad académica ha hecho público un manifiesto firmado por un centenar de profesionales e investigadores que argumenta su rechazo a una norma que, dicen, somete a la comunidad religiosa serbia. Entre otros aspectos, aseguran que "la forma en que se formulan las disposiciones de la Ley demuestra la intención de hacerlas cumplir de manera discriminatoria sobre la propiedad de una sola comunidad religiosa, dado que la situación de la propiedad de las otras comunidades religiosas tradicionales en el país está regulada".